Se Chingaron
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La noche del 4 de junio festejaron los morenistas la muerte del Dinosaurio –léase PRI— y reencarnó en ese mismo momento en otro Dinosaurio llamado “requetebién”, que será la nueva identidad del próximo gobierno mexiquense.
Pero también esa noche se mostró la rentabilidad de encapsular a la candidata como estrategia de Imagen, para evitar que durante la campaña electoral se presentaran lapsus innecesarios que pusieran en riesgo las ventajas de encabezar las encuestas –simuladas y formales— frente a su oponente, para que el electorado diera por hecho una elección consumada antes de la jornada electoral.
La expresión del dirigente de morena lo sintetiza: se chingaron.
En otras palabras, los morenistas mostraron el oficio de cómo ganar una elección al PRI—añejo, al cumplirse la regla: “el alumno superó al maestro”, el triunfo electoral de su candidata es su mejor premio.
Sin duda la partitura que marcó el director de la orquesta –léase el inquilino de Palacio— funcionó como reloj suizo.
La primera, convocar en su oficina a los dirigentes de su partido, así como a los gobernadores y a los responsables de la Secretaría de Bienestar de operar los programas sociales, para reiterarles a los presentes, su compromiso a favor de la 4t. Y,
La segunda, las mañaneras lograron su propósito, que el pueblo sabio refrendará su lealtad hacía su jefe, de votar el día de la elección en contra de la corrupción que representan los priistas.
En ese contexto, las instancias electorales no batallaron, imitaron al changuito: “No Veo, No Escucho y No Hablo”.
Con ese escenario electoral no hay riesgo de perder la elección.
Hoy, ese modelo electoral es motivo del inquilino de Palacio para encontrarse, por tercera ocasión, ahora, en un restaurante del Centro Histórico, con las corcholatas, los gobernadores y los operadores de los programas sociales y decirles la fórmula es muy sencilla:
Unidad + Lealtad + Disciplina + Indecencia= Triunfo Electoral.
Este patrón de cómo ganar una elección será el referente para el 2024, para apuntalar no solo a la corcholata elegida; sino también, a los demás cargos, en disputa, para “garantizar” su triunfo.
No apegarse, es perder, lo ganado. Ergo, Coahuila.
El punto de esta novela pejista, es cómo mantener el modelo Edomex sin que se resquebraje, la invitación a cenar, tuvo mensajes obvios: cero protagonismos, el único héroe, soy YO, —léase el inquilino de Palacio— y cero iniciativas personales, ¡te hablan Marcelo Ebrard!, no hacerlo es ser objeto de la furia del tabasqueño.
En esa línea, el criterio para lograr ser el favorito de AMLO, es simple, es nada más observar cómo está compuesto su gabinete y demás cargos de su interés personal:
Noventa por ciento de lealtad y diez por ciento de capacidad profesional.
Con estos parámetros a la vista, facilita y dibuja a la corcholata preferida y descarta al aspirante que presume su hoja de vida como divisa para ser postulado.
El triunfo electoral del Estado de México y que la candidata mostrara un perfil apegado a los criterios del inquilino de Palacio, no fue motivo para perder la elección; al contrario, facilitó su manejo, sin chispar.
El modelo pejista, ¿será suficiente, en el 2024? Ya se verá.
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