Epifanías

Democracia o encuestocracia

Democracia o encuestocracia

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Que no nos confundan: dar opinión, no es lo mismo que elegir y votar.

Democracia o encuestocracia. ‘That is the question’. — Nuestras imposturas de partidos, sus “comités de expertos” y bufaladas buscadoras de candidaturas nos vienen encaminando —no tan inocentemente— a una peligrosa perversión de la democracia. De uno y otro lado del espectro electorero se presume una democracia y episodios históricos ciudadanos nunca antes vistos, donde confunden democracia con encuesta. Ni el Frente, ni Morena hicieron ejercicio democrático y ciudadano alguno; a lo más que se acercaron fue a levantar unas encuestas de dudosa factura.

Que no nos confundan: preguntar opinión, muestrear, no es lo mismo que elegir y votar. Elegir es una acción de libertad y pluralidad; un ejercicio político ciudadano de soberanía. Encuestar es aplicar una metodología científica con rigor técnico y representatividad muestral para medir y proyectar opiniones; no decisiones. Sus resultados no vinculan ni siquiera a quien los levanta.

Nuestros votos los decidimos y ejecutamos nosotros, los reciben y cuentan nuestros conciudadanos, expresan la soberanía inmanente en el pueblo y vinculan a la constitución a los sujetos de su mandato: los mandatarios. Las "encuestas" en México hasta las levantan robots, sin saber quién les contesta al teléfono o si existe quien dice ser una persona en las redes. En las encuestas en persona, según la senadora Citlalli Hernández, Morena ponderó el valor de las respuestas por condición social y geográfica. Una especie de humanismo discriminatorio.

Decir que sé es un demócrata consumado por atender a unas encuestas es una aberración política y un insulto a la democracia. Cuando mucho sé es un “demoscopatra”.

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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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