Deseos para año nuevo
2006. No nos engañemos, inicia un año difícil y conflictuado. No hay en el horizonte elemento objetivo alguno que lo desmienta.
La Nación está en riesgo. No verlo es negación y fuga: todas las instituciones están desvencijadas y devienen inservibles.
El jefe de las federales hace tiempo se fugó de la realidad. El barco hace agua y va a la deriva entre tormentas y arrecifes. Los ánimos son rijosos y sobran quienes desean incendiarlos en la disyuntiva de ellos o la nada.
Mañana los escándalos, las campañas de Presidente y candidatos, sus pleitos de verdulera y la cháchara mediática y embrutecedora que los acompaña y guía tratarán de narcotizar nuestras alertas.
Avenir quisiera desear paz y felicidad para este 2006, más no podrá haberlas sin antes despertar.
Sean pues nuestros deseos por que nadie robe nuestra realidad para engañarnos con la suya, por que los ruidos y fuegos de artificio no aturdan nuestro ser, por que sepamos lo que hacemos y a dónde nos dirigimos.
No deseamos felicidad, que ello es mucho pedir; tan sólo deseamos que cada quien se encuentre a sí mismo.