Es hora de definir
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En política se requiere que tengamos la capacidad de decidir. De tomar una postura y de apoyar un tipo particular de política o ideología.
Si bien hay quien pueda ser más neutral o como bien dicen, ser de centro, también es válido, incluso, llegar a autodefinirse como parte del partido abstencionista dentro de una democracia, se vale. Aunque no hay que confundir tal decisión con la apatía o el desdén, peor aún con la pereza o la indiferencia.
La geometría política es el arte de ubicar las posturas ideológicas dentro de supuestos espacios, es decir, de derecha o de izquierda, de centro o de una serie de combinaciones entre tales posiciones, como decir que eres de centro izquierda o de centro derecha.
Pará hacer política hay que tomar una posición en esa geometría y autodefinirse y ser capaz de argumentar tus razones del por qué has tomado una decisión de ese tipo.
Por desconocer las implicaciones ideológicas de cada posición en la geometría política puedes vivir sin darte cuenta de que estás apoyando algo que no sabías o de plano ignorabas.
Se utilizan formas visuales imaginarias para analizar la dinámica social, los planes de gobierno, la manera de distribuir el poder y las relaciones que se establecen con la sociedad y los otros poderes, como el ejército y la religión.
Por ejemplo, la izquierda política busca la igualdad económico social y apoya la intromisión activa en la economía con programas específicos de bienestar social, igualdad de género y derechos humanos. Pone especial énfasis en la redistribución de la riqueza y suelen tener filosofías de tipo socialistas y hasta llegar a identificarse con el las variantes actualizadas del comunismo.
En cambio la derecha le pone límites a la intromisión del gobierno en la economía y permite más que las empresas se desarrollen abiertamente en un ámbito de libertad, respetando la propiedad privada y el ejercicio de las empresas. Apoyan políticas económicas basadas en el mercado y una menor regulación del gobierno. Suelen ser propensos a defender los valores tradicionales y la identidad nacional.
Por ello, las posturas de centro tienden a buscar un equilibrio entre ambas posiciones, subrayan la moderación, la estabilidad económica, la paz social y la búsqueda de soluciones prácticas y eficientes a los problemas político sociales.
Existen otras opciones al combinar las diferentes posiciones, como centro izquierda o derecha o de ultraderecha y así sucesivamente. Y cada quien se puede ubicar donde mejor le parezca. Así que, es el momento de ir definiendo tu postura, para que tomes más consciencia de tu participación política.
Aunque resulte un camino más exigente, tenemos que aprender a definir y a decidir, a identificar las diferencias ideológicas y políticas que nos ofrecen los candidatos y los partidos políticos.
Ese es el gran reto de las democracias, el cuidado que debemos de tener de que la ignorancia y la apatía no inunden la indiferencia por los asuntos de la comunidad.
Porque si dejamos que nos gane, entonces tenemos gobiernos populistas elegidos por una mayoría ciega y sumergida en los pantanos de la propaganda y la manipulación mediática. Con mentes que han sufrido de la cirugía de su capacidad de pensar y documentarse. Les ha sido extirpada su libertad, han quedado atrapados en la esclavitud de un soberano dictador que les indica lo que debende pensar y realizar.
Entonces nos tenemos que someter al dictado irresponsable de las mayorías inconscientes y perdidas en la oscuridad del no saber ni qué pasa. Y cómo aún así votan y respaldan a los aspirantes al poder, con su ignorancia, resulta que hemos de acatar una decisión hecha con los pies y no con el cerebro.
Promover el voto no es suficiente, se trata de promover el pensar con libertad, el enterarse de la diversidad de ideologías y propuestas, de entenderlas y de poder decidir con responsabilidad.
Definir y ayudar a que los demás lo hagan, con mayor conocimiento. A que conozcan de verdad a los candidatos y su trasfondo, que vean un poquito más allá que lo que está en sus narices y en la propaganda cotidiana que circula por doquier.
Ánimo, que no hay peor lucha que la que no se hace.
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