Epifanías

Frivolidad

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Las elecciones del 24 serán las elecciones de la frivolidad: veleidosas, insubstanciales y hasta deplorables.

Frivolidad. — Si algo caracteriza al psiquiátrico en que se ha convertido la política, es lo frívolo, por su naturaleza insubstancial y veleidosa. El mal hasta pareciera pandémico. Se esparce cada mañana desde Palacio y replica en unos enanos llamados gobernadores, algunas chinches con charola del Congreso de la Unión y en floreros escondidos tras los rincones. De ahí hasta perderse entre partidos, sociedad civil y abajofirmantes, que cambiaron lo que alguna vez fueron la transición democrática, las causas sociales y las capillas intelectuales por el espectáculo, el meme y el TikTok. Los medios, siempre plegados al raiting, hacen su mejor esfuerzo para no quedarse atrás antes de desaparecer. Las elecciones del 24 serán, pues, las elecciones de la frivolidad: veleidosas, insubstanciales y hasta deplorables en personeros, causas, conductas y resultados.
¡Bienvenidos Mariana y Samuel!

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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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