LO DE HOY

Lucecitas de navidad

Lucecitas de navidad

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Será, dice, una feliz navidad. Él que todo lo sabe y todo lo ve: ya lo vio. Nadie más a ras de piso.

De noche, cual rufián o demonio; guarecido entre las penumbras como sediento vampiro; por los aires entre lémures en espera de ser reconocidos y contados, o, al menos, recuperados de las profundidades del océano, llega. Nadie lo ve. Con nadie habla. De todos se esconde. ¿Qué teme?

Dice haber visto “desde el aire” lucecitas de navidad encendidas en su supervisión ¿nocturna y despegada del piso?

Será, dice, una feliz navidad. Él que todo lo sabe y todo lo ve: ya lo vio. Nadie más a ras de piso.

¿Habrán sido las lucecitas de la casa del comandante de la Base Naval, tú? Quizás las luces de navegación del helicóptero. Porque Acapulco tiene otros datos. Datos de basura, de muerte, de desempleo, de dengue, de enfermedades gastrointestinales, de hambre, de desesperanza, de desespero, de coraje. De oscuridad.

Pero de noche todos los gatos son pardos y toda luz en la oscuridad de Acapulco es en su mente febril una familia reunida en torno a una mesa servida de manjares y parabienes, entre regalos, cánticos, alegria y paz.

Pero muchos ni techo tienen. Todos ni gobierno.

Lucecitas de navidad. ¡Tantita madre!

Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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