Ingratitud

El inquilino de Palacio tiene fama pública de ser ingrato con la gente que le ha abierto la puerta de la política; pero también con la gente de a pie que ha confiado en sus propuestas de gobierno.

La elección del 2018 es el mejor ejemplo.

Las familias de Ayotzinapa se quedaron esperando.

Al político emblemático Porfirio Muñoz Ledo lo usó y luego lo marginó.

Al Poder Judicial le ofreció respeto y cero injerencias a su vida interna; hoy su presente está a la deriva.

Juró respetar la Constitución, pero su moral está por encima de la Ley.

Cambio el voto ciudadano por programas sociales para mantener su confianza.

Le hizo creer a su corcholata que le delegaba el bastón de mando de la 4t.

Cuida su tranquilidad imponiendo a sus recomendados en áreas sustantivas de gobierno.

Ha utilizado la adulación para "amarrar" a su corcholata para que se apegue a su voluntad.

Usa su figura presidencial para citar a Omar García Harfuch, próximo Secretario de Seguridad Ciudadana, para reiterarle que la "paz es fruto de la justicia", sin importarle que con estas acciones públicas atropella a su corcholata.

En el caso del "Mayo" Zambada involucra a la corcholata con expresiones de solidaridad a favor del gobernador de Sinaloa.

Se victimiza ante el gobierno de Biden por el caso del "Mayo" Zambada.

Ante la detención del "Mayo" Zambada, por los gringos, la respuesta del inquilino de Palacio: "nosotros, no fuimos".

Zafarse de sus propios dichos ha sido su constante desde quE se inició en las plazas públicas y en los pasillos de la política, obteniendo una ganancia, ya sea desde una prebenda hasta un cargo público.

Hoy, la circunstancia por primera ocasión le puede hacer una mala jugada, perder lo ganado: exhibirlo ante su pueblo sabio y sus seguidores,como un personaje mezquino sin escrúpulos.

Ya se verá

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