La Estupidez Humana: Un Virus Contagioso que Amenaza a la Humanidad

La estupidez humana es un fenómeno que ha intrigado a filósofos, científicos y pensadores a lo largo de la historia. Entre ellos, a dos muy destacados, Albert Einstein y Noam Chomsky, que han abordado este asunto con preocupación.

Albert Einstein, el famoso físico, consideraba la estupidez humana como una amenaza a la supervivencia de la humanidad. En sus palabras, "La estupidez humana es una fuerza más poderosa que la gravedad". Einstein creía que la estupidez se propagaba rápidamente, especialmente en momentos de crisis, y que podía llevar a la humanidad a la autodestrucción. No se necesitan de armas y guerras, basta con ejercer la estupidez de algunos o la suma de muchos, y es más que suficiente para acabarnos.

A su vez Noam Chomsky, lingüista y activista político, comparte la preocupación de Einstein. Y argumenta que la estupidez humana es un fenómeno que además puede ser fácilmente manipulada y explotada por los políticos y líderes corruptos. En su libro "Manufacturing Consent", Chomsky describe cómo los medios de comunicación y los sistemas de poder pueden moldear la opinión pública y crear una cultura de la estupidez. Especialmente en los periodos electorales.

Cuando la estupidez se contagia en el colectivo, se crea un ambiente propicio para la manipulación. Los individuos que carecen de pensamiento crítico independiente se convierten en seguidores ciegos de líderes e ideologías que promueven la destrucción y la injusticia. Esto se refleja en la historia, como en los regímenes totalitarios y fascistas hasta los movimientos extremistas.

La estupidez humana, si llega a hacer muy contagiosa puede, como lo asegura el italiano Carlo Cipolla, llevar a consecuencias devastadora como:

- La destrucción del medio ambiente.
- La explotación y opresión de grupos marginados.
- La guerra y los conflictos
- La erosión de la democracia y la justicia

Einstein y Chomsky nos alertan sobre los peligros de este contagioso y maligno comportamiento humano individual y colectivo.

Es hora de tomar conciencia y actuar. Debemos fomentar la educación al pensamiento crítico y la responsabilidad individual, para prevenir la propagación de la estupidez. Solo así podremos crear un mundo más justo, equitativo y sostenible.

La democracia debe de fomentar más la decisión de personas que hagan menos estupideces y no lo contrario, para no permitir que la masa populachera, haga más estupideces en las urnas de manera más inconsciente e irresponsable.

No se puede dejar que la masa ignorante, poco enterada y con baja cultura sea la que tenga en sus manos las decisiones importantes de los destinos de una Nación.

Ese es quizás uno de los mayores errores de este estilo de democracia que practicamos, dar el derecho al voto sólo por nacimiento y edad. Su educación, consciencia y responsabilidad con la sociedad no cuentan.

Por eso la educación es fundamental para tomar decisiones informadas y responsables. Una persona educada puede analizar información, evaluar opciones y tomar decisiones que beneficien a la comunidad. Sin embargo, la educación no es un requisito para votar en la mayoría de las democracias.

La conciencia y la responsabilidad también son esenciales para tomar decisiones que beneficien a la comunidad. Una persona consciente y responsable puede considerar las consecuencias de sus decisiones y actuar en beneficio de todos. Sin embargo, no hay un mecanismo para evaluar la conciencia y la responsabilidad de los votantes. La democracia es un sistema imperfecto que enfrenta desafíos como la desinformación, la manipulación y la falta de participación ciudadana. A pesar de estos desafíos, la democracia sigue siendo el mejor sistema para garantizar la libertad y la justicia. Es necesario perfeccionarla lo más pronto posible o seguiremos siendo gobernados por sujetos elegidos por estúpidos, que no tienen ni idea de lo que hacen en las urnas y son fáciles víctimas de la demagogia y la propaganda.

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