Patines del bienestar

La presidenta con A ahora nos da otra cara de sus "habilidades", patinando en asfalto, en contraste, al peje, que le da pavor patinar en temporada de huracanes.

La señora con A, a sabiendas de que el tiempo político se le agota, para darle una respuesta a Donald Trump más allá de la entrega de narcos a la justicia gringa, hoy aprovecha la coyuntura de la desgracia que viven los estados de Veracruz, San Luis Potosí, Querétaro y Puebla, para darse un baño de pueblo que le dé la legitimidad requerida ante el Tsunami que ese le avecina con los vecinos del norte.

Ante esa circunstancia, la presidenta con A prefiere correr el riesgo de resbalarse patinando sobre lodo.

El costo para ella lo amerita.

Salirse del guion de su jefe, el peje, le implicó costos de Imagen, como le sucedió en Poza Rica.

Donde los damnificados dirigidos por terceros -léase el peje- o realmente auténticos, pusieron a prueba su oficio político y su popularidad.

Los hechos no sólo mostraron su impericia de no saber patinar en el lodazal, sino expresaron su personalidad de intolerante.

El convocar a la gente que guardará silencio, para que ella hablara, como diría el clásico, sin querer: diseño su nueva marca política: "El dedo flamígero del silencio”.

No es lo mismo un escenario a modo que un escenario natural.

A pesar de ello, la presidenta con A insiste en el baño de pueblo y recorre las entidades y municipios afectados a fin de vestirse de legitimidad ante los tiempos difíciles que le avecinan a finales del mes de octubre.

En aras de verse con la población damnificada como una presidenta con A, empática,se tropieza con sus acciones públicas y con su propia lengua.

Para justificar la incompetencia del gobierno, la inmoralidad de la autoridad al entregar los apoyos a la gente con el sello guinda de morena y de centralizar la ayuda que brindan los mexicanos en general, para ser ellos los buenos de la película: dar con sombrero ajeno.

Realizar todas estas bondades, tiene nombre: ruindad.

Pero, mostrar miserias políticas ante la tragedia humana a la presidenta con A,no le hace ruido.

A ella le interesa ser todo terreno, para vestirse de legitimidad y seguir en su papel de víctima ante los comentócratas y frente a su jefe, el peje.


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