Sí va a pasar, el problema es cómo
“Eso no va a pasar en México”, se curó en salud la presidente desdoblando su inconsciente: nadie le estaba preguntando eso.
Hablaba de las elecciones en Chile que, raro, ¡las reconoció!
Pero como siempre adelantó su parecer de que en México una fuerza opositora al régimen no puede, ni aun hipotéticamente, ganar elecciones.
Pero de eso se trata la democracia: que los malos gobiernos puedan ser desplazados civilizadamente.
Cuando ello no es posible, surgen las guerras civiles y la quiebra de las naciones.
Lo más singular, sin embargo, fue su argumento, algo así como aquí hay tenemos mucho pueblo, “aquí hay mucho respaldo popular”, reflejado en “las encuestas”.
¿Pues quién cree ella que eligió por una amplia mayoría en Chile? ¿O es que quiere decir que allá la mayoría es espuria si no es de su mismo signo? ¿No insulta a los ciudadanos chilenos por elegir libremente su gobierno? Reconoce las elecciones, pero parece no reconocer su legitimidad.
Aquí, dice, aunque lo dudo, la gran mayoría está con nosotros (Morena). Pero, suponiendo sin conceder, allá la gran mayoría ya no estuvo con Boris ni con el proyecto fracasado del Foro de Sau Paulo.
La otra que no se sostiene es que, dice, aquí tenemos una gran cohesión política, lo cual es aún más falso. Morena está enfrentado a muerte, la presidente no controla todas las áreas de su gobierno, ni cuenta con la lealtad de muchos gobernadores de su partido, ni menos con él. En Morena hay de todo, bueno, tienen a Noroña, Brugada y a Cravioto… lo único que no tienen es cohesión interna: son un champurrado de voracidades, mediocridades, ignorancias y soberbias; carecen de los instrumentos institucionales y de los aprendizajes conductuales para construir acuerdos.
Pero ese no es nuestro problema, lo que ven hoy en Chile y buena parte de Latinoamérica les hará cerrar aún más las vías democráticas. La reforma electoral que próximamente envíe al Congreso Sheinbaum, no será para potencializar libertades y derechos ciudadanos, sino para prácticamente anularlos.
Llegaron democráticamente, pero no se van a ir por la misma vía, habrá que sacarlos.
Aquí no va a pasar, le falto decir, porque no se los vamos a permitir, primero muertos.
Y una olla exprés sin válvula de presión siempre termina por explotar.
PS. No sabemos cómo resulte este quiebre a la derecha, pero sin duda es aíre y luz en un mundo de tinieblas y locuras.
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