Alternancia, oposición
La presidenta con A, con la alternancia en Chile sufre y sufre una calentura que pone en crisis su cabeza fría que tanto presume en sus decisiones públicas.
En la perspectiva de la señora con A, en México no es posible porque su gobierno y su partido, Morena, cuentan con el respaldo del pueblo sabio.
Bajo esa lógica política México está condenado a cancelar la alternancia electoral.
Sin embargo, a la presidenta con A, dado que vive ensimismada en su visión de país y en servir a dos amos, el peje y el vecino del norte, Donald Trump, no registra los sucesos que impactan la credibilidad de su gobierno y de su Movimiento.
Dada su miopía política no pondera lo que significa el 2026.
Se le olvida que es un año político donde sus correligionarios se comerán entre ellos para seguir en la ubre del poder al costo que sea.
La elección de distintos cargos de elección popular a nivel federal, estatal y municipal darán cuenta de su hambruna política y, por tanto, de sus métodos para lograr su objetivo:
Ser parte de la "casta divina" que decide el rumbo del país.
En ese escenario de estar en la mesa del poder los morenos de todos los tamaños se sienten con el derecho de disfrutar los manjares del poder.
Para lograr su propósito apuestan a varios factores:
A la necesidad de la propia presidenta con A de mantener el respaldo de su jefe, el peje, aceptando "inmoralidades" en aras de permanecer en el cargo.
Los morenos, a sabiendas de su reputación pública, no pueden jugar electoralmente solamente con su imagen, requieren de una vestimenta que les dé una opción ante el electorado, es decir, lo que queda de la marca peje y apostar por la marca Morena.
Otros morenos apuestan a su momento político, no importa si ponen a la deriva a su partido, como es el caso de Félix Salgado, en Guerrero y Saúl Monreal, en Zacatecas.
Los aliados de Morena, el Verde y Movimiento Ciudadano, solamente les importan sus intereses, al tener el cinismo político de formular una ley electoral exprofeso para mujeres, donde las beneficiarias son las esposas de los gobernadores de Nuevo León y San Luis Potosí.
Y en este juego perverso de ganar al costo que sea, lo hacen a sabiendas que el INE, el Tribunal Electoral y el crimen organizado están de su lado.
Pero, además, de estos episodios vergonzosos también se suman los de la huésped de Palacio Nacional.
La presidenta con A ya se quitó la máscara y ahora actúa como dirigente de Morena, al servicio de su jefe local, el peje, para defender sin ningún pudor a Cuba y Venezuela.
Y con esa actitud pública desdeña a su otro jefe, Donald Trump.
Provocando un recelo innecesario con la Casa Blanca.
Como gobernante la presidenta con A deja mucho que desear sobre su formación académica.
Ergo.
Se tienen sus respuestas a temas cotidianos.
El pago de luz, diciendo si consumen menos pagan menos.
En el tema de salud, al pasar de la mega farmacia a los carritos del bienestar para evitar las filas.
Ambos ejemplos ofenden a la gente.
En esa circunstancia, la alternancia es viable en el 2027 y en el 2030, al darse un ambiente de hartazgo en la sociedad e inclusive en el pueblo sabio.
Como resultado de:
La ambición y el cinismo político de los morenos al apostar a los fines electorales sin esconder sus métodos porriles y a que la ciudadanía opte por la sensatez, por cuidar su presente en temas básicos: Salud, Seguridad y Economía familiar.
Escenario de Realidad que influirá en principio, en la aduana del 2027, donde se exprese el refrán mexicano:
"Del plato a la boca de caé la sopa".
Ya se verá.
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