PARRESHÍA

Eyaculación Precoz

Eyaculación Precoz

Foto Copyright: lfmopinion.com

No por mucho madrugar amanece más temprano.

Asumo que corresponde el beneficio de la duda. Es probable que muchas cosas se puedan hacer de manera diferente, que otras haya que desterrarlas para siempre y alguna habrá que inventarlas desde cero.

A fin de cuentas, serán sus tiempos y responsabilidad.

Es lo segundo, sin embargo, lo que me llama la atención.

Puedo entender y hasta aceptar que quiera deshacerse de toda la burocracia, sus lacras y costos moviendo las dependencias a provincia, o bien utilizar el tema como globo de Cantoya para entretener al respetable, e incluso puedo comprender su necesidad psíquica de estar todos los días en el centro de la noticia.

Lo que simplemente no entiendo, aunque le otorgo el beneficio de la duda, es la necedad de adelantar vísperas y responsabilidades.

El más alegre y agradecido debe ser Peña Nieto, quien, relegado a un segundo plano, se enconcha para no dar cara a la debacle priísta, al reclamo anticorrupción y al final desastrado y lamentable de su gobierno.

Le ayudan -a López obrador, no a Peña- la abyección medrosa de nuestros medios y su intelectualidad a nómina; incapaces de tocarlo con el pétalo de una rosa.

Es patético ver que donde todo era desconfianza, negativismo y hasta buling, hoy sea loas, sobreponderación y genuflecciones.

López Obrador puede cometer la mayor de las pifias que nuestra comentocracia aplaudirá cual foca en celo.

Hay en lo que ha ido plateando el candidato electo cosas interesantes y hasta brillantes, pero otras que levantan dudas y generan escepticismo, pero no hay voces, salvo algunas aisladas en las redes, que cuestionen su anuncios.

Por otro lado, hay en él un afán de continuar en campaña, de ocupar todo el espectro noticioso, de adelantar los tiempos. Designaciones, programas, iniciativas, reformas y todo tipo de declaración e información pueblan las informaciones hoy, en una mezcla temática que va desde si lo seguían la cine y los besos que reparte, hasta la política exterior mexicana y la posible muerte del federalismo mexicano.

Es tal el cúmulo de mensajes que, sumado a lo pusilánime de la capacidad crítica de nuestra intelectualidad y medios, resulta casi imposible centrar la discusión en algún tema, abonando, así, a la superficialidad.

Cuál, me pregunto, será su afán protagónico, cuando faltan cinco largos meses para empezar a hacer lo que hoy anuncia.

Me parece que estamos presenciado una eyaculación precoz, similar a la de Van, en "Ada o el ardor" de Nabokov, quien "trató de paliar su inexperiencia mediante una acción expeditiva, y no logró otra cosa que derramar en el felpudo de la entrada lo que la chica le hubiera ayudado de buena gana a introducir de puertas adentro".

Cinco largos meses de anuncios ininterrumpidos de cara a una población alienada en expectativas desbordadas pueden resultar fatales e iniciar la responsabilidad de gobierno con una cuenta no en ceros sino en rojos.

Por otro lado, ese afán de ser el ombligo de la nación va significarle que desde hoy la gente le empiece a pedir resultados, si Peña Nieto se ha difuminado y todo el espectro público lo centra su persona, la señora que va a entregar su petición, el político que va a cobrar su premio, el empresario que busque congraciarse o conservar sus privilegios, el burócrata que teme perder su trabajo y hasta la iglesia católica que siempre pesca en río revuelto y más ahora que otras religiones la han desplazado del centro del poder -razón suficiente para que Francisco I acepte participar en una mesa de consulta sobre pacificación de un Estado con el que como Jefe de otro guarda relaciones diplomáticas-, todos, sin consideración de los tiempos políticos, le exigirán respuesta inmediata a sus reclamos, y la mafia del poder ya no será óbice para paliar el desencanto y desengaño.

Insistimos e insistiremos, no por mucho madrugar amanece más temprano.


#LFMOpinion
#TiempoYPolítica
#EyaculacionPrecoz
#Expectativas

Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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