PARRESHÍA

Requiem a los derechos políticos ciudadanos

Requiem a los derechos políticos ciudadanos

Foto Copyright: lfmopinion.com

Obedecer y callar

Como quítame estas pulgas ayer, ante nuestro pasmo postelectoral, se evidenció un suceso que debió haber cimbrado nuestras alarmas democráticas, las que aún sobrevivan.

La Presidenta de Morena y Héctor Díaz Polanco, Presidente de la Comisión de Honestidad y Justicia del mismo, anunciaron cual prefectos de internado ingles a los miembros de lo que será su fracción parlamentaria en la Cámara de Diputados que queda prohibido crear corrientes, grupos, tribus o clubs de Toby, a riesgo de expulsión.

El mundo al revés, ambos presidentes, de Morena y de su Comisión de Justicia, son los primeros obligados a velar y garantizar los derechos políticos de sus militantes, no a restringirlos con amenazas de expulsión.

Los derechos de expresión, participación y asociación son Derechos Humanos y deben ser potencializados, no conculcados.

Lo que hace Morena ante nuestros ojos es una señal ominosa. Si a los de casa y confianza les ordena obedecer y callar, qué nos espera a los simples mortales.

Lo que más me aterra es el silencio de los otrora abajofirmantes, paladines de todo derecho y causa justiciera. Todo indica a una de dos: o el tsunami los barrió o siempre formaron parte de él.

Si la medida hubiese sido impuesta por el PRI hubiera ardido Troya. Hoy ni una hoja de árbol se movió. El tiurnfo democrático empieza por devorarse a sí mismo y nadie se altera.

Si eso no es presidencialismo vertical, si no convierte a los diputados en levanta dedos, si no nos dice que regresamos al pasado de "Sí, Señor Presidente"; no sé que pueda ser.

La expulsión de un partido, por cierto, es la mayor sanción posible y debe obedecer a una conducta previa y debidamente tipificada como ilegal por el partido, probada ante su propia Comisión de Honestidad y Justicia, y resuelta bajo el debido proceso y la garantía de audiencia. Contra, ella, incluso cabe juicio ante el Tribunal Electoral.

Los derechos del militantes se introdujeron hace años a la Constitución, no son gratuidad del Partido, no son instrumentos de control político de su dirigencia, son derechos políticos ciudadanos constitucionalmente consagrados.

Cuando dirigentes, por cierto, encargados de garantizar los derechos de los Morenos, utilizan la figura de expulsión como látigo partidista (Party Wip), para arrear a su rebaño legislativo, la democracia debe vestir de negro y los ciudadanos poner sus barbas a remojar.

Una prueba más de las inconsistencias fundacionales de nuestra democracia.

Dos "parajodas" al canto: Morena hunde sus orígenes en La Corriente Democrática del PRI, más que en el PSUM o en el Comunista Mexicano; lo más que se atrevió a decir Jorge De la Vega de la corriente priísta fue quinta columna, pero nunca la prohibió y menos la amenazó con la expulsión, como hoy lo hace Yeilkold de la Croix, heredera ignorante de sus pasados. Por otro lado, Héctor Díaz Polanco, Presidente de la Comisión de Honestidad y Justicia, o presenta su renuncia al cargo o tendrá que excusarse de conocer cualquier recurso contra el partido de sus militantes, después de haber tomado partido como lo hizo. De ahora en adelante todo recurso ante justicia partidaria en Morena tendrá que iniciar recusando al Presidente de justicia partidaria, quien ya adelantó su posición pro expulsión.

PS.- Lea usted en estas páginas Liberalismo y democracia en tiempos lopezobradoristas, le va a interesar.


#LFMOpinion
#DerechosPolíticos
#Corrientes
#Morena
#Derechos

Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

Sigueme en: