EL IFE A LA DISTANCIA

Exterminio ciudadano

Exterminio ciudadano

Foto Copyright: lfmopinion.com

Cero y van tres. El "IFE del viejo oficialismo" a hacer de las suyas: organizar una elección federal sin incidentes mayores ni irregularidades que puedan imputarse a la autoridad electoral.

Al igual que en 91 y 94, el IFE vuelve a entregar en 97 buenas cuentas, como una organización profesionalizada, responsable, transparente, imparcial, eficiente y eficaz. Los cazamapaches no pudieron presentar en charola de plata la cabeza (tan ansiada) de algún funcionario electoral del nivel ejecutivo responsable de ilícitos o irregularidades.

Lo anterior no quiere decir que el IFE sea una institución angelical y ajena a cualquier violación o desvío del deber ser. Por supuesto que en él, como en toda organización humana, puede haber quien o quienes no cumplan debidamente su función e inclusive delincan al ejercerla.

Los puede haber hoy, los pudo haber ayer y los podrá haber mañana; que la conducta antijurídica no es privativa de administración alguna. Por ello habrá que estar siempre alertas para prevenirla y, de darse, sancionarla con todo el rigor de la ley. Pero de allí a calificar a la institución en su conjunto como indigna de confianza y sospechosa de las más despreciables trapacerías electorales, median tres elecciones federales que demuestran objetiva y consistentemente la seriedad, profesionalismo y honorabilidad de la generalidad de sus funcionarios, quedando por acreditar y, por supuesto, sancionar severamente, aquellos casos concretos e individuales de excepción que lleguen a presentarse.

Obvia señalar que el nivel de profesionalismo y desempeño no es parejo a lo largo de toda la estructura.

Si bien el saldo es favorable, cualquier visita a órganos distritales, locales y aún nacionales muestra deficiencias, desconocimientos o franca irresponsabilidad en algunos de sus funcionarios, independientemente, por cierto, de su año de ingreso y nivel. La necesidad de profundizar los trabajos del Servicio Profesional Electoral es inobjetable Como lo es, también, que su instrumentación no debe regirse por ningún propósito de facción.

Se preguntarán por qué escribo lo anterior. Lo hago porque este logro que acredita a las estructuras ejecutivas del IFE será paradójicamente utilizado en su contra. Sí, precisamente con el éxito de la organización de esta elección ha dado inicio la temporada de caza del funcionario electoral de rango ejecutivo. Habiendo cumplido su tarea ya no le es de utilidad al "nuevo IFE" que asume como privativa y personalmente suyos los logros de este esfuerzo que es de naturaleza institucional, como con propiedad y en justicia lo expresó el consejero presidente José Woldenberg.

El funcionario electoral ejecutivo de carrera, sin distinción de merecimientos ni desempeños, será perseguido, cazado y exterminado para dar paso a la simiente ciudadanizada, anunciada por sus profetas (Reforma 13-VII-97): "Y el aparato ciudadanizado expulsará del paraíso electoral al operativo". Anunciación doble, porque por un lado sentencia a muerte a lo que llaman "el aparato operativo", por otro nos informa del monopolio que se ha hecho de ciudadanización y de la capitis diminutio a que se somete al funcionario operativo que, bajo esta óptica, se le niega inclusive su ciudadanía.

Ojalá y en su exterminio se respeten, al menos, las reglas del buen cazador; se reconozcan los derechos de estos funcionarios y no se utilicen armas prohibidas como el macartismo, la difamación, la acusación genérica y mediática, o el linchamiento público.

La temporada de caza ha dado pues inicio. El exterminio es seguro. Por esta especie nadie habrá de levantar la voz. Lástima y vergüenza.

Pero si existe certeza en el exterminio, no sucede lo mismo con que el proceso del 2000 pueda presentar a su conclusión las prendas de una organización profesional, eficiente y eficaz como las tres anteriores. Porque puede ser que mientras que el nuevo IFE se dedique, con obsesión institucionalizada, a cazar mapaches, nadie haga los trabajos operativos de organización; labor técnica, compleja, especializada, modesta y discreta sobre la que se despuntan y sustentan las elecciones y el IFE mismo, ciudadanizado u operativo, nuevo o viejo, y demás clasificaciones y absurdos producto de una parcialidad interna que pone en duda la imparcialidad que tanto se presume hacia afuera.

#LFMOpinión
#IFE
#Woldenberg

Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

Sigueme en: