POLÍTICA

Andrés Manuel, la democracia y el periodismo

Andrés Manuel, la democracia y el periodismo

Foto Copyright: lfmopinion.com

Creerle o no

Guillermo Mora Tavares
Colaborador Invitado


En tiempos de la Cuarta Transformación ya en marcha, el dilema es muy simple: Creerle o no a Andrés Manuel López Obrador.

El Movimiento de Regeneración Nacional que lidera, es precisamente eso. Un movimiento más que un partido político, que busca sacudir la conciencia y basamentos anquilosados, para el renacimiento y resplandor de la grandeza mexicana. Con todo, todo lo que implica, sin omisiones ni excepciones. Con sentido político y conocimiento de la Historia. Con inclusión y sueños sin límite. Con humildad y honestidad. Con debate y no con mayoriteos ni descalificaciones. Con valentía y valores. Con activar el crecimiento económico, acompañado de políticas públicas para abatir la pobreza y la desigualdad. Con actitud inteligente y limpia para enfrentar al crimen y a la inseguridad y, recuperar la paz. Con civilidad política y madurez democrática.

Periodistas y Medios, no son ajenos, ni pueden serlo.

Todo lo contrario, están en la cancha nacional, en papel protagónico. Visualizo la gran transfiguración del Periodismo mexicano, la primera en verdad desde la Colonia, aunque hubo relámpagos que hicieron historia. Visualizo la gran oportunidad de los Medios para nacer –por supuesto que hay espacio y, urgencia de medios nuevos – , renovarse o morir. Y, también, una nueva época para el Periodismo, en el contexto de la Transformación que ahora vivimos. Con transparencia en las relaciones con el Poder y las audiencias. Con libertad y seguridad para ejercerlo. Con identidad propia y sin disfraces, ni connivencias como las que están muriendo. Sin prebendas, sin chayote, pues.

Entonces, procede que los políticos se dediquen a la política, con sentido democrático y amor a México. Los empresarios, a emprender y generar riqueza y prosperidad. Los académicos e investigadores, a enseñar e innovar. Los periodistas, a hacer periodismo. Los medios, a servir a la Sociedad.

Cada uno a lo suyo. Así de simple.

PERIODISTAS Y MEDIOS

Jamás he cruzado una palabra con Andrés Manuel. Pero lo conozco a través de lo que dicen de él mexicanos de todos los confines, especialmente los grupos excluidos y vulnerables. A través de sus cercanos, amigos, intelectuales y colaboradores. A través de algunos discursos y libros, como los discursos en el Estadio Azteca y en el Zócalo, al cierre de campaña y la noche de la victoria. A través de sus acciones por la reconciliación. A través de su fidelidad al quehacer político. A través de sus bromas ¡vamos!, como la del catre y la hamaca en Palacio Nacional, que tomaron en serio quienes sólo leen los encabezados.

Con su vocero, Jesús Ramírez Cuevas, me identifico por nuestra condición de ser Reporteros y, tener una doncella llamada Democracia. Tampoco he cruzado palabra ninguna con él. Pero he seguido casi todas las entrevistas y mensajes que ha dado, en las cuales traza, cada vez con mayor claridad, la política de Comunicación Social que viene y, para mí, abre la puerta a la transfiguración de los Medios y al resplandor del Periodismo mexicano.

Provoca un dilema igual que Andrés Manuel: Creerle o no.

De ambos sé que son demócratas y, en sus trabajos internos, debaten y analizan, con apertura, tolerancia y entendimiento las posiciones contrarias. En un ambiente de libertad y respeto. Nade que ver con lo que a principios de 2016 me decían algunos amloistas: No, los gringos no lo van a dejar llegar; no, no la mafia del poder le va a robar el triunfo otra vez; no, no va a ser Presidente, es muy terco.

Nada, nada que ver. Andrés Manuel estudió para ser Presidente, en la Universidad de la Vida, en las aulas de tierra, aire, agua y fuego. Sus condiscípulos, las adversidades, la desigualdad, la injusticia y la historia. En varios tramos, Ramírez Cuevas lo acompañó, hasta la fecha, como reportero, documentalista, editor y vocero.

Entre tal amistad y simbiosis, con la mira de trascender, es que se da la oportunidad histórica para lo que aquí llamo la transfiguración de los medios y, el resplandor del Periodismo mexicano.

La relación Medios-Poder, es un tema sobrediagnosticado, analizado, controvertido, lleno de verdades y mitos, a veces insana otras no, cuesta arriba para los de a pie y honestos, culmen de pingües negocios para la elite, patente de corzo para muchos que se volvieron magnates por su silencio o alabanzas.

Para qué seguirle. Ejemplos sobran.

Con motivo del triunfo electoral arrollador, inobjetable e irreversible, surgió nerviosismo grande entre los grandes medios: Se acabarán las prebendas, negocios, condonaciones fiscales y del IMSS, el chayote, la publicidad oficial desmedida y discresional, las doradas playas de la connivencia.

Y, entonces, cometieron el primero de sus mayores errores: Despedir al alma y razón de ser: a decenas y cientos de Reporteros, a los de a pie. De pasadita, quizá con ánimo fallido de congraciarse, a analistas o directivos de todo tipo, con razón o sin ella.

Dentro de todo, hay excepciones que –como el lema de la Real Academia Española de la Lengua – limpian, fijan y dan esplendor a la vida nacional y al Periodismo. Principalmente medios nuevos: Animal Político, Aristegui Noticias, la vena periodística de Mexicanos Unidos contra la Corrupción y la Impunidad, La Silla Rota, entre otros. De los impresos, Proceso.

En México, en los 90s, Reforma y la revista EPOCA fueron los precursores del periodismo en Internet, a partir de hacer digital las respectivas versiones impresas. Más adelante, las tecnologías y herramientas permitieron evolucionar al diarismo, a lo inmediato, pero con éxito parcial. En su momento, La Jornada en Internet fue líder, desplazada en poco tiempo por el Universal on line. La explosión de portales llevó a una aventura fallida: Los contenidos noticiosos de El Universal y La Jornada, eran replicados, copiados o fusilados sin rubor. Hasta los errores o fake news. Fue necesaria la aparición de los sitios ya mencionados, para que la modalidad del periodismo digital sentara sólidas bases y un futuro promisorio de impacto global.

Ahí está el reto y la oportunidad en esta Cuarta Transformación: Hacer del Periodismo lo que en realidad es, un Servicio. Servicio al lector, a las audiencias. Publicar información útil, que sirva. En cualquiera de los géneros: Noticia, crónica, reportaje. Especialmente, periodismo de investigación. Además, privilegiar la calidad y no la cantidad, ni las fake news o el copy-paste. Dentro de todo ello, aportar cada uno, desde su enfoque, ideología o interés de grupo, su cuota correspondiente a la vida democrática.

Aquí está la bisagra del Poder-Medios-Democracia.

La gran oportunidad de la que vengo hablando. En el contexto de lo que describe Jesús Ramírez Cuevas: transparencia en la relación Gobierno-Medios, medios transparentes con sus audiencias e intereses, medios públicos al servicio de la sociedad para dar voz a los que ahora usan pancartas en mítines y plantones. Medios que pongan en primer lugar a la Información y al Reportero.

De la mano de todo esto, viene la política de recomposición de las oficinas de Comunicación Social. Es cierto, hay demasiada opacidad e inutilidad. Requieren eficiencia y austeridad. Que sean auténticas oficinas de información, manejadas por Periodistas. Por cierto, es un secreto a voces que quienes autorizaban los millonarios convenios de publicidad, en casos muy precisos, pedían moches del 30 al 50 por ciento. Desde mero arriba. Esto se acabó.

Con amigos chamanes, de los pueblos originarios, venimos hablando de que nos tocará ver el renacimiento de la grandeza mexicana. Hoy agrego, también del Periodismo mexicano. Señores dueños de Medios, es la gran oportunidad.

Conclusión, cada uno a lo suyo. Y a Andrés Manuel y Jesús Ramírez Cuevas, creerles o no.

En mi caso, les creo.




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Redacción LFM Opinión

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