EL IFE A LA DISTANCIA

Dos democracias

Dos democracias

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Domingo pardeando, en un descuido de mi ocio fin semanero surge la pregunta: ¿la respuesta ciudadana es directa o inversamente proporcional a las campañas electorales? Preocupa que la única constante en estas elecciones sea la incredulidad de vastas franjas de la sociedad. Nuevamente el mexicano vuelve a ser presa de la saturación de mensajes encontrados que sólo lo mueven al rechazo, a la apatía y a la refracción hacia todo lo político.

Intentar penetrar en la espesa jungla de las declaraciones electorales de partidos, candidatos y funcionarios es tan temerario cual pretender seguir las modificaciones legislativas, acuerdos y pactos que en pos de la credibilidad se efectúan sin que las impugnaciones adelantadas, las imputaciones infundadas y las descalificaciones genéricas, por su parte, mengüen un ápice.

Dos son las democracias que se viven en México: la de los partidos y la autoridad electoral que, como los lances del demonio de Tanzania, se nos presenta como una gran bola de polvo de donde salen gritos, miembros descuartizados, lagartijas y signos de improperios; y la del mexicano común y corriente que sólo quiere hacer elecciones que los propios partidos no desconozcan.

Algunos partidos deberían tener en cuenta aquella canción de odio, quiero más que indiferencia, porque el rencor duele menos que el olvido, al diseñar sus estrategias de campaña ya que pareciera que en vez de despertar el interés, la tranquilidad o la ira del mexicano, sólo lo mueven a la indiferencia.

¿Ayuda a nuestra democracia involucrarnos en uno de los programas más ambiciosos a nivel mundial, como lo fue la fotocredencialización, para terminar descalificándolo, por simple profesión de fe?

¿Fortalece a nuestra democracia sustentar las campañas electorales en la descalificación de nuestras leyes, instituciones, instrumentos y procedimientos electorales?

¿Abona a la participación ciudadana llamar por un lado a votar y por otro anunciar la profecía del fraude más grande de la historia humana?

¿Es dable pisar con un pie el riel de la vía democrática, que es el de la legalidad e institucionalidad, y con el otro el de una Convención fanfarrona que la niega y pretende suplantarla?

¿Qué malabarismos hay que hacer para impulsar una elección democrática al tiempo de coquetear con un "gobierno de transición"?

El mexicano común y corriente, ese que le vale un bledo los apetitos y avatares de los partidos políticos, de los protagonismos en capucha y en sotana y de las histerias electorales ¿qué piensa del desempeño de nuestros partidos?

¿Están todos los partidos, sus candidatos, sus campañas, sus programas y sus planteamientos a la altura de lo que los mexicanos esperamos de ellos?

Los partidos, así como tienen muy presente sus derechos y prerrogativas en tanto entes de interés públicos, debieran también considerar que de ellos tienen que responder ante el que tiene la verdadera y última palabra: el elector que aún no se ha expresado en esta discordancia de voces.

Esperemos que su palabra no sea ni de olvido ni de indiferencia.

#LFMOpinión
#IFE
#PartidosPolíticos
#ApatíaElectoral

Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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