DE LO COTIDIANO A LO CLÁSICO

A quién le ha pasado, que...

A quién le ha pasado, que...
Oscar Wilde

De lo cotidiano a lo clásico.
A quién le ha pasado, que…?

En una escena de la película que estaba yo viendo, el personaje, quien era un ávido lector ermitaño de avanzada edad, se encuentra sentado frente a una mesa repleta de ordenadas torres de libros de páginas gastadas. Parece nostálgico. Se toma su tiempo para leer el título de cada libro, haciendo una minuciosa selección de aquellos que separa formando nuevas torres y aquellos que prácticamente decapita, pues va arrancando, de los que decide que no regresarán a su biblioteca, la portada para arrojarla a la chimenea. En una de las que arrojó al fuego, vi cómo el retrato del autor del libro recién mutilado, empezaba a chamuscarse; mientras se desfiguraba el rostro entre las llamas, pensé en su novela clásica que leí hace tiempo. Cerré los ojos, me concentré para recordar su nombre pero por más que yo le insistía a mi memoria, esta no me ayudaba, pero eso sí, la cara del autor "la veía" perfectamente en mi mente, al igual que su peinado, su traje, chaleco, postura y bastón también, su nombre, no.

¿A quién le ha pasado, que tienes el nombre en la punta de la lengua? – ¡Aquí, aquí lo tengo!- decimos tocando con el dedo la punta de la lengua.

Y así estuve unos minutos, tratando de recordar su nombre "inmortal", como un reto para saber quién podía más, si mi memoria o yo. De repente, al igual como me ha ocurrido en otras ocasiones, me llegó a la cabeza al mismo tiempo que una enorme sonrisa de triunfo: -Difunto, Oscar Wilde, ¿no que no me acordaba de ti?

Escritor nacido en Dublín, Irlanda el 16 de octubre de 1854. Fue poeta y dramaturgo de la época del Londres victoriano tardío. Escribió comedia, ficción, tragedia, cuentos de hadas y ensayos, entre otros. Joven vanidoso, ingenioso y excéntrico, que gustaba de relacionarse con personas de la alta sociedad. A los 37 años de edad, casado con Constance Lloyd, en una fiesta de clima extravagante, conoció a Lord Alfred Douglas apodado "Bosie", de 23 años de edad, de quien Wilde se enamoró perdidamente y con quien mantuvo una relación de 4 años. Aunque "Bosie" era un joven mimado y caprichoso, que gastaba a manos llenas, Wilde cedía ante sus antojos e imprudencias, pues lo amaba. El marqués de Queensberry, padre de Bosie, al sospechar de la relación de su hijo con Wilde, inició una incansable percusión hasta llevar a Wilde ante el jurado, donde fue condenado a prisión por su homosexualidad. Al salir Wilde de prisión, enfermo y arruinado económicamente, Constance decide romper toda comunicación con él, tras enterarse de que Wilde busca retomar su amistad con Bosie. (Se dice que el primer amante de Wilde, fue Robert Baldwin Ross). Al ser rechazado por Constance, por sus amigos pero sobre todo el abandono del caprichoso Lord Douglas al notar que Wilde estaba en banca rota, Wilde, desesperado y en la miseria, decide mudarse a París bajo el falso nombre de Sebastián Melmoth; en la ciudad de las luces, Murió solo y despreciado.

Del enlace entre Constance y Wilde, llegan sus dos hijos: Cyril, quien muere en la Primera Guerra Mundial en las fuerzas armadas británicas, y Vyvyan, quien, como su padre, se dedicó a escribir.

Entre las obras de Wilde, se encuentran: "La importancia de llamarse Ernesto", "El príncipe feliz", "Una casa de Granadas" (que dedicó a su esposa), De profundis (carta que le escribe a Boris en donde menciona que el haberle conocido le arruinó la vida) y varias obras más.

Muere a la edad de 46 años. ¿La causa? No se sabe con certeza, aparentemente de meningitis.

La única novela que escribió es considerada como un clásico dentro del género de ficción gótica: "El Retrato de Dorian Gray" cuyo título en inglés es "The Picture of Dorian Gray", publicada por primera vez en 1890. Aunque el tema causó controversia, en la actualidad se le califica como un clásico moderno dentro de la literatura occidental.

En "El retrato de Dorian Gray" se exponen temas como:
- La admiración de un joven artista por la belleza hacia otro joven, del cual realiza un retrato.
- La importancia que el joven le da a la belleza de la vida, que algún día desaparecerá.
- La satisfacción que pueden llegar a provocar los sentidos.
-El goce por la sensualidad.
-El aferre a querer ser joven por siempre, es decir, mantener la apariencia joven, tal y como aparece en el retrato.
- La vanidad, el ego y la eterna juventud.
-El Narcisismo: amor a la imagen de sí mismo, observándose de forma patológica.
- La lujuria, cuyo recordatorio a través de cada pecado y los vicios arraigados, hace que la figura se vaya desfigurando y, con el paso del tiempo, envejeciendo, lo cual lo lleva al odio y a la locura.

Hay una frase de él, que a mi parecer engloba su pesar al sentirse fallecido en vida: "Estoy muriendo por encima de mis posibilidades".

Laura Acosta

Laura Acosta

Desde niña asistí a clases de pintura; de adulta he estudiado en diferentes talleres de arte, técnicas como grabado en placas de acero, monotipo en acrílico, distintas técnicas de pintura y dibujo. En la actualidad pinto, expongo mi obra e imparto clases de pintura. Otra de mis grandes pasiones es la literatura. He estado en diplomados y talleres de poesía, cuento fantástico y clásico y creatividad literaria; en este último aprendí a leer varias de las obras consideradas clásicas, y he colaborado en la elaboración de libros de arte, en el área de dinámicas para alumnos de secundaria. Así mismo doy clases de literatura y lectura de novela y cuento, a adultos.

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