LA NAVE VA

Democracia y autoestima

Democracia y autoestima
Institucionalidad democrática

por Raúl Moreno WoncheeSi en México la vida no vale nada, mucho menos la democracia. Bueno, lo de la vida es una forma de reafirmar el instinto de conservación negándolo, un intento de aparentar una valentía extrema que exhibe un temor que se busca ocultar. Y lo de la democracia, por el estilo: valor primigenio de la idea nacional de la que, ni por un extremo ni por el otro se le puede desvincular. La nación mexicana es fundada por Hidalgo y Morelos con la supremacía democrática de la insurgencia. Luego los federalistas la unifican, los liberales le atribuyen laicidad y soberanía. Y en la lucha armada revolucionaria se forja la Constitución de 1917 con la que desde entonces defendemos su independencia e integridad, y sustentamos la convivencia pacífica y civilizada, lo que ha propiciado que el trabajo y el talento de los mexicanos haya construido un país del que tenemos sobradas razones para estar orgullosos y que es visto en el mundo con estimación y respeto. También es cierto que México sufre grandes carencias y que la desigualdad es una grave injusticia y un obstáculo para el desarrollo. Pero hoy no sólo tenemos instituciones aptas para avanzar en la superación de los problemas nacionales, también la experiencia política que puede corregir malas decisiones. Si la revocación de mandato y la drástica disminución del subsidio a los partidos no hubieran sido derrotadas en el Congreso, en las próximas elecciones federales la intervención del Presidente avasallaría a los partidos ya debilitados por la severa merma de sus recursos. Esa distorsión mutilaría al Poder Legislativo. Alguna mezquindad buscaba el Ejecutivo en tan inicua inequidad que dañaría gravemente la institucionalidad política y la autoestima democrática de la sociedad mexicana. Esa derrota quizá entristezca al Caudillo pero sin duda favorece la democracia y al Presidente.

Raúl  Moreno Wonchee

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