El empeño político de arrebatar la libertad

REFLEXIONES DESDE LA PSICOLOGÍA POLÍTICA

EL EMPEÑO POLÍTICO POR ARREBATAR LA LIBERTAD
Primera parte

Ya John Stuart Mill nos planteaba la importancia de defender al individuo frente al gobierno, sea cual fuere su ideología, igual un monarca, un presidente o un tirano.

Es indispensable contar con los recursos necesarios para ponerle un límite a la intervención del poder del gobierno en las actividades y decisiones de los simples ciudadanos. Los tiranos, en su ambición por el poder, tienen un enorme apetito por controlar a los demás, sea como esclavos o como sumisos mental y socialmente a sus iniciativas, via el miedo, y las amenazas.

De una u otra manera se busca dominar personas, riquezas, territorios y todo lo que se les antoje, el deseo es esclavizar y someter. Por ello, los regímenes autoritarios se las ingenian para encontrar la manera de convertir al pueblo en su víctima principal y así apagar cualquier intento de oposición o levantamiento.

Uno de sus más importantes recursos es atemorizar con la muerte a quienes se resistan y por ello el uso de la fuerza, el control de los alimentos y los bienes del individuo, se ha logrado utilizar como herramientas efectivas para doblegar cualquier intento de sublevación.

Por un lado se esclaviza por medio de la dependencia al patrón, al amo, al gobierno o a la autoridad, haciendo que los alimentos escaseen o cualquier producto indispensable para la actividad diaria. De esta forma se fuerza a que no haya otra alternativa más que seguir las indicaciones a cambio de un plato de alimentos, de un litro de gasolina, o de un pase para el médico. Los ricos muy fácilmente se sacuden de ese modo de sometimiento, en cambio los pobre no. De aquí que es fundamental comprender que muchos sistemas de gobierno, como sucedió en los feudales, mientras más pobres los súbditos, más sumisos y dependientes. Por ello mismo los sistemas políticos se encargan de generar pobreza y de hacer promesas de salir de ella, siempre y cuando entreguen su voluntad y sumisión a quien les proporcionará la satisfacción a sus necesidades. Por ello, Etienne de La Boétie en su libro sobre la voluntad de servir, argumentaba que los gobiernos, incluso los más tiránicos, requieren del apoyo del pueblo. A los que ya tiene convencidos de que es el gobierno quien proporcionará de recursos y bienes necesarios para salir de su miseria. Es trasmitir la idea de que sin el riego que te proporciona el poder del gobierno, no podrás sobrevivir y te marchitarás. De aquí que en realidad, la clave en el ejercicio del poder es que siempre el pueblo considere que esa agua, que requiere para vivir, la decide conseguir por su propia voluntad y no forzado u obligado a hacerlo. Aquí está el secreto del poder que han logrado muchos regímenes, finalmente se trata de convencer a la población de que su sumisión es voluntaria y con un consentimiento libre.

Y es que La Boétie le da a la libertad un carácter de natural: "A decir verdad. Es muy inútil preguntarse si la libertad es natural, ya que a nadie puede mantenérsele en servidumbre sin dañarle; nada hay en el mundo más contrario a la naturaleza, completamente razonable, que la injusticia. La libertad es, por tanto, natural. Por ello, en mi opinión, no sólo hemos nacido con la libertad, sino también con la pasión de defenderla" ( Discurso de la servidumbre voluntaria. P. 22.)

Resulta muy evidente, bajo esta opinión, que los regímenes tiránicos u autoritarios no duran mucho, si atentan contra la libertad en forma directa, habrá de inmediato una franca oposición y defensa. De aquí que el recurso más viable es que el sometido y gobernado la entregue por propia convicción, y se someta por voluntad.

El poder finalmente requiere del consentimiento del pueblo, de una u otra manera, sin esa voluntad no dura mucho el tirano. Es como el hijo de un padre autoritario, si se somete a él, es porque no encuentra otra alternativa, que quedarse bajo el yugo de sus reglas y autoridad; pero en cuanto tenga la oportunidad se va de la casa y se sacude el dominio y el mando que atenta contra su libertad. Pero si en cambio, el padre autoritario, recurre al convencimiento y a otorgar todo tipo de beneficio a su voluntaria sumisión, entonces existen menos posibilidades de irse, porque le encuentra un beneficio directo a su entrega de la voluntad. Lo mismo que una esposa sometida y obediente que no tiene ni recursos ni techo a dónde ir, que prefiere quedarse bajo el poder del marido que vivir en el desamparo.

Convencer al súbdito de que es su mejor opción y así arrebatarle cualquier idea de libertad que pueda surgir, con tal eficacia y destreza que el súbdito ya no conciba otra forma de vivir, más que al amparo del gobierno. Un pueblo así, se acostumbra a vivir en la sumisión, y apaga el apetito de buscar alternativas, porque está convencido de que ha sido libre para entregar su voluntad al tirano, tal y como la esposa que se ha entregado en matrimonio a un marido que la controla y domina.

Sin embargo, nos indica La Boétie: "Con frecuencia, los hombres pierden su libertad por ser engañados, pero engañado por sí mismos con más frecuencia que seducidos por otro."

Lo increíble es que una vez que el pueblo sometido "cae frecuentemente en un olvido tan profundo de su libertad que le resulta imposible despertar para reconquistarla. Sirve tan bien y tan voluntariamente que se diría que no sólo ha perdido su libertad, sino que ha ganado su servidumbre."

Al principio se puede tener algo de resistencia ante los engaños y abusos del poder de un tirano, pero al pasar los años y sobre todo las siguientes generaciones han sido ya "alimentados y educados en la servidumbre sin ningún otro horizonte, se contentan con vivir tal y como han nacido y no piensan en tener más bienes o derechos que aquellos con los que se han encontrado. Consideran que la condición en que han nacido es su condición por naturaleza."

Acabas por "acostumbrarte a tragar el veneno de la servidumbre sin encontrarlo amargo", nos cuenta La Boétie.

Eso explica porqué se llega a un punto de quedar sin pensamiento y razonamiento crítico hacia los abusos del poder, ya no se ve otra alternativa, que la de seguir entregando la voluntad sin intentar sacudirse una esclavitud que se ve como un sometimiento voluntario y sin que sepa amarga.




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