PARRESHÍA

López Obrador da clases de totalitarismo

López Obrador da clases de totalitarismo

Foto Copyright: lfmopinion.com

La forma es fondo y es respeto. López Obrador no lo conoce.

La esposa del César no solo tiene que serlo, sino parecerlo, o, si se quiere: en política la forma es fondo.

Sin duda el presidente puede desear lo que le venga en gana y su pecho puede no ser bodega; pero no se trata ni de deseos personales, ni de capacidad de almacenaje, sino de Estado de Derecho, división de poder y dignidad institucional y política.

Arturo Zaldívar podrá ser el arquetipo de justicia de López Obrador o el de la sumisión, pero el titular del poder Ejecutivo federal no puede intentar influir en la opinión pública y menos en las y los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre a quién debe parecerse quien lo suceda en la presidencia del pleno de la Corte.

Bien pudo describir el presidente las cualidades que debiera tener quien asuma próximamente la presidencia del poder Judicial federal: conocimiento, experiencia, rectitud, reconocimiento, honradez y lo que usted quiera sumarle, pero decir que debe ser como su chómpiras, es un insulto al poder Judicial y a los mexicanos.

En lo personal Zaldívar sale con un desprestigio labrado a pulso, con una cordillera de juicios por despidos injustificados y abusos de poder en contra de la judicatura federal y con una cerviz bastante más abultada que su abdomen.

Aún así, el presidente adelantó: quien lo suceda en la presidencia de la Corte “debe parecerse al ministro Zaldívar. Ha hecho una buena labor a pesar de que, con todo respeto, ese poder estaba, y sigue estando, muy echado a perder”, apuntó el mandatario federal.

Pobre Zaldívar, tendrán que parecerse a él, pero el poder judicial que preside y deja, según su gran amigo López Obrador, está echado a perder.

Y tras de ello, con una incongruencia muy propia de él, el presidente pide a los ministros y ministras actuar con autonomía, independencia y elegir a alguien íntegro y “no a una gente corrupta, facciosa, simuladora y pelele de intereses creados”.


A contrario sensu, quien no se parezca a Zaldívar, según sus cánones y perspectiva de López Obrador, será corrupto, faccioso, simulador y pelele.

¡Vaya manera de llevar un trato digno y respetuoso entre poderes!

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#Zaldivar
#SCJN
#DivisonDePoderes
#Respeto
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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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