Múgica descolorido

La concentración de los morenistas, de los beneficiarios de los programas sociales y de sus simpatizantes en el Zócalo capitalino el pasado 18 de marzo, para celebrar un aniversario más de la expropiación petrolera por Lázaro Cárdenas sirvió finalmente de escenario para que el inquilino de Palacio diera rienda suelta a su tema preferido: la elección del 2024.

Aprovechando el ambiente de vítores que provoco en los asistentes su discurso de “justiciero” por enfrentar a los conservadores y a los gringos de manera pública, lo utilizó de plataforma para marcarle la ruta a la corcholata designada. Pero también para expresar que a él no le temblaran las corvas para elegir a la corcholata afín a la 4t, a diferencia del General Cárdenas al optar por Manuel Ávila Camacho.

En otras palabras, con la ovación de la concurrencia declaró que el optara por su Francisco Mújica, por encima y a pesar de todo, para que su proyecto de “transformación” continúe y no se trunque.

Pero el inquilino de Palacio, a pesar de ser un “conocedor” de la historia del país, se le olvida que la sucesión presidencial del siglo XX y la del presente siglo responden al: “Momento Político” que se vive.

Que revise el tiempo de Ernesto Zedillo y su papel en el juego sucesorio, al ser el artífice principal de la alternancia electoral a favor del candidato del PAN en el 2000.

Aprovecho el hartazgo ciudadano en contra del PRI y sus gobiernos, para dar lugar a los prerrequisitos de “ayuda” del gobierno de Clinton: Combatir la corrupción, ergo, la detención de Raúl Salinas, el hermano incómodo del ex presidente Salinas y propiciar una democracia electoral, entre otros, para salir de la crisis financiera del país, como resultado del error de diciembre del 94.

La elección del 2018 estuvo de la mano de los propios “machuchones”; por un lado, evaluaron el ambiente de inseguridad pública que se venía acumulando desde Vicente Fox hasta Enrique Peña Nieto; además, de la corrupción e impunidad que fue pan de todos los días en el gobierno de Peña Nieto, alimentaron la fórmula requerida: la censura abierta de la población en contra del PRI.

Con ese escenario en mano, le abrieron la puerta al tabasqueño para que la olla de presión no estallara. Aprovecharon su historial y lo combinaron con el hartazgo de la gente, teniéndose el resultado conocido: el voto de castigo.

Hoy, al quinto año de su gobierno, no ha variado su actitud brabucona como estilo de gobernar, al provocar confrontaciones innecesarias para el país, pero, útiles para legitimar su figura de “justiciero”, frente a los suyos, le han generado a lo largo de su gestión victorias pírricas a su figura y a su administración.

Pero, esas acciones de pleito callejero con todos los entes públicos y privados, por exhibirlo o censurarlo, por sus medidas autocráticas, lo han puesto en una polarización que rayan en la inmoralidad pública, en su propio prejuicio y de sus corcholatas.

Ejemplos, el INE y la Corte, por el plan “B”. El gobierno gringo a través del Departamento de Estado, por su Informe Anual de Derechos Humanos, capítulo México.

Además de una ciudadanía dispuesta a defender el Estado de Derecho, como forma de vida, como se mostró en las manifestaciones públicas del 13 de noviembre del 2022 y del 26 de febrero del 2023.

Y de manera especial la manifestación del 8 de marzo, donde las mujeres salieron a la calle a defender la integridad de su persona, ante un gobierno sordo y miope.

Hacen un escenario escabroso del 2024 para el inquilino de Palacio y su corcholata preferida. Poniéndolo, día tras día, en una situación endeble frente a sus anhelos de permanencia en el poder.

Al parecer el timing político no le favorece, sus márgenes de maniobra se empiezan a reducir para verse como el “justiciero” que lo puede todo bajo la consigna: “no me salgan con que la ley es la ley”.

Su sonrisa socarrona no será suficiente para cubrir el cinismo por maniobrar al INE y desconocer las observaciones de los gringos en materia de Derechos Humanos.

No abonaran a su causa, únicamente, la ovación de sus seguidores para imponer a su corcholata y triunfe en la elección presidencial del 2024; al final del camino no será suficiente para que le garantice continuidad e impunidad.

Si no que le pregunte al ex presidente Zedillo, por la magia para salir airoso en un momento de crisis de legitimidad del propio sistema.

De lo contrario, corre el riesgo de que su General Múgica se quede en una buena ocurrencia o le dé la razón al presidente Cárdenas su decisión a favor de Ávila Camacho.

Al tiempo.

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