PARRESHÍA

Lo único que aprendió López Obrador

Lo único que aprendió López Obrador

Foto Copyright: lfmopinion

Mientras en el centro político del país el círculo rojo disertaba entre sí sobre un México moderno, democrático, industrial, globalista y pujante; México ahondaba sus desigualdades, injusticias, corruptelas, inseguridades e incomunicación.

Pocas cosas aprendió López Obrador en sus 18 años de campaña por los caminos de México. Pero le bastó con una para revolucionar la comunicación y percepción en México.

Mientras en el centro político del país el círculo rojo disertaba entre sí sobre un México moderno, democrático, industrial, globalista y pujante; México ahondaba sus desigualdades, injusticias, corruptelas, inseguridades e incomunicación.

La comunicación mediada tradicional era para las élites, económicas y estudiadas.

Poco podía hacer López en ese ámbito. No es que se le bloqueara el acceso a los medios, es que poco tenía que decir en ellos y su mensaje no penetraba.

Él se sentía más cómodo a ras de tierra y allí aprendió a comunicar con un lenguaje distinto y efectivo. Lenguaje que lo llevó a la presidencia y con el que ha gobernado y pretenderá seguirlo haciendo.

Por desgracia el lenguaje no solamente es llano sino manido, lleno de rencor, odio y resentimiento; es una lengua vindicante, estigmatizadora, mendaz. Pero efectiva.

Y nosotros seguimos escuchando a los mismos de siempre, inmersos en una conversación endogámica, que nos satisface, pero no nos alimenta ni nos permite ver más allá de nuestras capillas y camarillas.

Tenemos que aprender a callar y a escuchar a los diversos. Esos a los que López escuchó durante sus pasos perdidos por el desierto.

Te invito a escucharme en “La comunicación de López Obrador”.

#LFMOpinion
#Parreshia
#LopezObrador
#Comunicacion
#Percepcion
#Politica

Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

Sigueme en: