Fiasco…
A la presidenta con A y a su partido Morena les está pasando el síndrome del "Chicharito", fallan en el momento oportuno y provocan en el respetable
decepción.
Circunstancia que ha obligado a la presidenta con A transitar en varias rutas para recuperar territorio y credibilidad a favor de su figura, de su gobierno y de su Movimiento.
1.- Verse como heroína, ante los embates de la derecha.
2.- Continuar apostando en la imagen de "víctima" para no cargar culpas ajenas, y
3.- Mostrar un perfil humanitario, estilo la hermana Teresa, a través de los programas gubernamentales a favor de la familia.
Estrategia de comunicación que depende de las habilidades del Chicharito para cobrar un penalti y poder seguir enamorando al pueblo sabio y a la sociedad que no entra en ese renglón.
En esa perspectiva, el incremento al salario mínimo, la jornada laboral de 40 horas y las farmacias del bienestar, como logros inusuales se quedan en un largo aaaaahhh... de propaganda.
Zanahoria del bienestar que no cubre al México real.
Ergo.
Los productores agrícolas y los transportistas ven a distancia a la presidenta con A y a su gobierno.
Así como los diversos colectivos que demandan salud, seguridad y justicia.
Como resultado de la impericia del Chicharito para cobrar un penalti y vestirse de gloria frente a sus seguidores.
Ante ese fiasco.
Hoy, los grupos sociales cuestionan la capacidad del gobierno y demandan no solamente una sonrisa de cartón, sino soluciones tangibles a sus necesidades.
Las verborreas y las concentraciones de apoyo a la presidenta con A ya no llenan los oídos de los demandantes.
Ejemplo de ello es que el Chicharito salió por la puerta de atrás, ante el riesgo de que lo insultaran e inclusive que lo agredieran por representar su persona un fiasco.
Esta analogía futbolística tiene un sentido, si la presidenta con A no sabe medir el ánimo de la afición, léase la sociedad, frente a un México que exige respeto y resultados, la señora con A corre el riesgo de perder lo ganado: el poder.
Al tiempo.
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