No debiera ser su primacía enviar a Innsbruck para su identificación los más de 100 restos óseos que duermen el sueño de los justos en algún rincón olvidado de la 4T desde hace cinco años[...]
En esta dictadura del uno no hay violencia ni coacción, hay lo que hay: lo habitual, lo cotidiano, el paisaje; la obviedad, donde el poder es de nadie.[...]