El PRI a la basura

Toda decisión política tiene su circunstancia, su lógica y su propósito. La deplorable circunstancia que prevalece en lo que se dice ser el PRI en el DF es de todos conocida.

La lógica de que el nuevo PRI y Peña Nieto hayan optado por entregar este bastión a Cuauhtémoc Gutiérrez, puede responder a haber decidido olvidarse del Distrito Federal para cualquier empeño político y aliento electoral. De ser el caso, ojala hubiesen optado por Noroña. El ultraje a la ciudad hubiese sido menos humillante.

Sin embargo, el propósito de tan oprobiosa entrega y suicidio no alcanzo a verlo por ningún lado.

Cuauhtémoc Gutiérrez es lo peor que le puede pasar a organización alguna. Es un troglodita que solo sabe destruir, una bazofia que convierte en basura todo lo que toca. Es lo que retrata: voracidad, exceso, violencia, detritus.

La inmundicia de lo que devino a ser el PRI en el DF no es fortuita, es producto de su violencia generalizada, brutalidad sin medida y traición.

Gutiérrez es troglodita a sueldo de los gobiernos perredistas del DF. Eso lo sabe hasta un niño de pecho.

Si lo subastáramos, los más violentos matarían por él. Pero que un partido que llega al poder y se sitúa en condiciones de recomponer sus tejidos rotos o rasgados "opte", porque, entiendo, es el término que utilizó Cesar Camacho al darle la bienvenida, opte, reitero, por él, no tiene explicación alguna.

¿Qué puede esperar el PRI de semejante sujeto? ¿Qué se pretende construir con él?

¿A dónde va el PRI en el DF?

¿Cuál es su agenda? Y, de haberla, ¿con quiénes, además de Gutiérrez, creen Peña y Camacho que la van a alcanzar?

¿Quiénes, además de los golpeadores a sueldo de Gutiérrez, podrán sumarse a esfuerzo alguno en este nuevo PRI en el DF?

Por lo pronto, propongo a los dirigentes nacionales de ese partido se ahorren recursos y vergüenzas, y cambien la sede del PRI en el DF a los Tiraderos de Tulyehualco. La Ciudad no merece que éstos se traigan a Puente de Alvarado.

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