LA ECOLOGIA COMIENZA CON NUESTRO CUERPO, MENTE Y ESPIRITU.
Viviendo en el campo es fácil notar los nuevos patrones que padece la naturaleza, así en los mares, en los glaciares, en las montañas. Ciertamente en las ciudades se hace difícil esta percepción en función de la cantidad de concreto que nos rodea, de los contaminantes que respiramos, del aire turbio que no permite mucha visibilidad, hasta de los ruidos que emergen y el estrés que se extiende por doquier.
A ello contribuye la sensación de inseguridad en la que vivimos y la tecnología que nos aísla de la comunidad y nos escapa de la realidad.
No obstante, siempre hay oportunidad para reflexionar, y qué mejor que hacerlo en contacto con la naturaleza. Así que tomemos la posibilidad y revisemos nuestras circunstancias, para decidir si es conveniente mantenernos inmóviles o activarnos de alguna forma a favor de nuestro planeta. La casa de todos.
El deporte puede ser una vía pero también lo es el arte; lo es la ciencia mediante la observación, la investigación, el desarrollo. Inclusive la religión en la modalidad que sea.
Oportunidades hay muchas, pero urgencias solo una. Y ésa, es ahora.
Hoy debemos Salvar al Planeta.