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Los Desaparecidos en México, en el NYT

Los Desaparecidos en México, en el NYT

Foto Copyright: Wotancito by wikimedia

1000 mil desaparecidos

Y volvemos a ser nota en el New Yok Times… con los desaparecidos.

Casi 100 mil personas han desaparecido en México, empieza la nota del diario neoyorkino. Sus familiares buscan pistas entre los muertos.

"Yacen en tumbas clandestinas esparcidas por el desierto, mezclados en fosas comunes, o descuartizados y esparcidos en laderas desecadas", avanza el texto ilustrado por fotografías a color de restos de vestimentas halladas en estos lugares.

"Enterrados sin nombre, a menudo todo lo que queda una vez que sus cuerpos han desaparecido son las carcasas vacías de una persona: una sudadera ensangrentada, una blusa con volantes, un vestido hecho jirones.

"En todo México, las madres deambulan bajo el sol abrasador, hurgan en la tierra y siguen el aroma revelador de la carne en descomposición con la esperanza de encontrar un rastro que apunte a su hijo o hija desaparecido".

"Para la mayoría, las respuestas nunca llegan", cierra la introducción de la nota titulada "Desaparecidos".
Las fotografías son de Fred Ramos, el texto de Oscar López. El primero documenta gráficamente la búsqueda, como en Chihuahua donde fotografió la ropa encontrada en cuerpos aún no identificados.

Por su parte, Oscar López da testimonio en reportaje sobre las búsquedas y entrevistas con familiares de las víctimas.

"Es una incertidumbre muy fea que no se la deseo a nadie", recoge de Noemy Padilla Aldaz, con dos largos años busca de su hijo, Juan Carlos, quien tenía 20 años cuando desapareció tras salir de su turno nocturno en una taquería.

"Si supiera que él está muerto, pues ya supiera que ya no está sufriendo", dijo. "Pero no sabemos. Y es más una tortura eso de no saber".

El umbral de desaparecidos se acerca ya a los 100 mil, según números de la Comisión Nacional de Búsqueda de México, que lleva un registro que data de 1964.

Saldo omnipresente de una guerra sin fin contra el narcotráfico. Los homicidios, sin embargo, crecen inexorablemente por arriba de 30 mil al año actualmente.

Los noticieros se pueblan de imágenes macabras de cuerpos colgados en puentes o arrojados al borde de las carreteras como advertencia y publicidad. Las técnicas de tortura se hacen cotidianidad con apodos creativos.

Pero aún así la desaparición no deja de ser el más cruel de los golpes. Las familias no tienen un cuerpo que llorar, tampoco respuestas, ni siquiera una simple certeza, un consuelo antes de la muerte.

La memoria colectiva de México está llena de ausencias que acreditan demoledoramente la incapacidad de una sucesión de gobiernos para frenar el derramamiento de sangre y llevar justicia al crimen.

"La desaparición es quizá la forma más extrema de sufrimiento para los familiares de las víctimas", dice Angélica Durán-Martínez, profesora de ciencias políticas de la Universidad de Massachusetts, en Lowell, experta en violencia en América Latina.

Las más de las veces son madres quienes portan carteles y pancartas con los rostros desbordantes de sus desaparecidos en plazas públicas y marchas sin fin, suplicando información del paradero de sus hijos.

Y restos se encuentran, y por miles, pero la tarea de identificar a los muertos puede ser ardua. A veces lleva meses de excavación entre la maleza, peinando la tierra en busca de diminutos fragmentos de hueso, muchos de los cuales pueden ser demasiado pequeños o estar demasiado desgastados para identificar el cuerpo.

Para Durán-Martínez, la crisis de los desaparecidos en México no solo habla de la prevalencia del crimen organizado, sino, también, de la propensión de las fuerzas de seguridad del Estado a participar en la violencia.

Un ejemplo de todos conocido es la desaparición de 43 estudiantes de una escuela rural de magisterio en la localidad de Ayotzinapa (2014). La investigación en tiempos de Peña Nieto culpó a un cártel de la droga local (Guerreros Unidos) y a la policía municipal. Pero esa explicación ha sido ampliamente cuestionada por expertos internacionales, incluida la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que consideró que el proceso había estado "empañado por la tortura y el encubrimiento".

Se cree que los estudiantes están muertos, pero nadie sabe dónde están sus cuerpos, quién lo hizo o por qué.

El gobierno de López Obrador ha intentado reparar estas atrocidades y ayudar a las familias a encontrar respuestas. Además de relanzar una investigación sobre el destino de los 43 estudiantes. Personalmente López Obrador ha dado apoyo a la Comisión Nacional de Búsqueda para localizar a los desaparecidos.

Comisión que es presidida por Karla Quintana Osuna, abogada formada en Harvard que trabajó en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Cuando inició su responsabilidad al frente de la Comisión de Búsqueda en 2019, había unas 40 mil personas oficialmente reportadas como desaparecidas en México.

Con los registros recopilados de todas las fiscalías estatales de todo el país, Quintana pudo determinar que el total era mucho mayor y, ahora, es más del doble. Aún así, hay fiscales estatales que no reportan completamente sus cifras, dice y sostiene que el recuento es ahora mucho más preciso que en años anteriores y está disponible en internet

"Pero localizar desaparecidos sigue siendo una tarea monumental", declara.

"El reto es abismal, es titánico", explica Quintana en un país donde solo se resuelve una fracción de los crímenes. "Mientras no haya justicia, se está mandando un mensaje claro de que esto puede seguir sucediendo".

Según César Peniche Espejel, fiscal general del estado de Chihuahua, uno de los más violentos de México, la mejora de la tecnología forense y de los equipos de búsqueda, como los drones, han ayudado a encontrar los cuerpos, Pero mientras las autoridades no sean capaces de acabar realmente con los grupos del crimen organizado, estos esfuerzos seguirán siendo una gota en una marea sangrienta que, dijo, añade miles a la lista cada año.

Y sí, según los últimos datos, entre septiembre de 2020 y el final de julio, se ha denunciado que otras 6 mil 453 personas están desaparecidas o no localizadas.

"Todos los días, todos los días en todo el país se siguen reportando desapariciones", dijo Peniche. "Esa es la parte que no ha podido la federación encauzar".

A las madres, como Noemy Padilla, solo les queda buscar en todo México y preguntarse qué pasó con sus hijos.

"A veces siento que mi hijo puede estar vivo. Y a veces me hago a la idea de que ya no", dijo. "Pero sigo teniendo la esperanza".

Con información del New York Times.



Publicado en The Búnker.

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Redacción LFM Opinión

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