Muere Miguel de Cervantes Saavedra
El viernes 22 de abril, Miguel de Cervantes rinde el último suspiro. Al día siguiente, en los registros de San Sebastián, su parroquia, se consigna que su muerte ha ocurrido el sábado 23, de acuerdo con la costumbre de la época, que sólo se quedaba con la fecha del entierro: como se sabe, es ésta última la que se conoce hoy en día, y en que se celebra cada año en España el Día del Libro. Cervantes fue inhumado en el convento de las Trinitarias, según la regla de la Orden Tercera, con el rostro descubierto y vestido con el sayal de los franciscanos. Pero sus restos fueron dispersados a finales del siglo XVII, durante la reconstrucción del convento. En cuanto a su testamento, se perdió. Quedan las obras del raro inventor, como él mismo se llama en el Viaje del Parnaso, a quien el Quijote le valió entrar en la leyenda.
El 20 de abril, dicta de un tirón el prólogo del Persiles, y concluye dirigiéndose al lector:
Mi vida se va acabando y al paso de las efemérides de mis pulsos, que, a más tardar, acabarán su carrera este domingo, acabaré yo la de mi vida [...]. Adiós gracias; adiós donaires; adiós, regocijados amigos: que yo me voy muriendo, y deseando veros presto contentos en la otra vida.
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Con información de cervantesvirtual.com