Mejores mañanas
Desmañanados y retrazados para nuestra cita, gozando del tráfico matinal de esta bella y civilizada ciudad, entre mentadas de madre, señoras despavoridas en camionetas asesinas y con celular en riestre, en medio de un tsunami de microbuses y minitaxis, dejábamos correr apaciblemente el tiempo en medio del Beirut en que los segundos pisos han convertido al periférico.
Frente a nosotros el caos, tras nosotros el diluvio, a nuestros lados el averno; y para deleitar tan bello amanecer ¡Gutiérrez Vivó en vivo! ¿Quién dice que la vida no es perfecta?
Era muy temprano y ya los políticos y funcionarios públicos, no importaba su signo, habían sacado de sus casillas al oráculo (bueno, al menos de esta estación, que cada iglesia tiene su santito).
Desgañitándose lanzaba rayos y centellas a diestra y siniestra: "No me cabe en la cabeza tanta estupidez", decía refiriéndose -no a la propia- a la de los homónidos objeto de sus críticas.
Crítica y furia se retroalimentaban rápida y exponencialmente conforme sus generales reportaban al aire las torpezas, ruindades y tropelías de funcionarios públicos o ciudadanos que, a su juicio, se comportasen lejos de los cánones del Señor de la Radio.
El océano de microbuses, taxistas, desperate wives, baches y tráfico se empequeñeció ante la ira denodada y flamígera posesionada ante el micrófono. México y el mundo no se merecen, según su acalorado parecer, este gobierno, estos funcionarios, estos partidos, estos policías, estos ciudadanos, estos sindicatos, estos ejidos, estos empresarios.
Me queda la impresión que lo único que México se merece son a los pontificadotes de nuestros medios de comunicación y, but of course, sus dueños.
En eso estábamos cuando mi hijo me dio la solución: "¿Y por qué, mejor, este hijo de... no nos gobierna con su gabinete de sabios y se acabó perro y rabia?".
Así que hemos decidido impulsar la asociación civil "Amigos de Gutiérrez" para llevarlo hasta la Presidencia de la República.
No sé, a ciencia cierta, si de lograrlo no nos saldrá más malo que Fox y la pestañitas juntos, sólo de algo tengo certeza: México gozará de mejores noticieros y mañanas con él ocupado en otros menesteres.
Se aceptan donativos y prometemos (¿dónde lo he oído?) transparencia.