Y en eso llegó René

Raúl Moreno Wonchee

La nave va

El arribo de René Juárez a la dirección nacional del PRI es una buena noticia, desde luego para los miembros y simpatizantes del tricolor que siguen siendo muchos, quizá mayoría mientras los votos no demuestren lo contrario. Y también para muchos ciudadanos que sin ser priistas ni simpatizar siquiera con el partido, le reconocen un papel muy importante en la política mexicana. Al tomar posesión de su cargo, el político guerrerense hizo una declaración sensacional que demuestra el aserto anterior y rompe la tendencia confrontacionista que se ha venido enconando en la campaña por la Presidencia: Al PRI le preocupa –cito de memoria— que luego de las elecciones el país quede dividido. Una preocupación que trasciende los resultados electorales para inscribirse en el más alto interés nacional. No faltará quien le responda que la mejor manera que tiene el PRI de defender la tan preciada unidad nacional es ganar las elecciones. Y René Juárez llega a eso, a relanzar las campañas del partido y a José Antonio Meade en la pelea por la Presidencia de la República. Las tareas están a la vista: afinar la organización del Partido y su estructura electoral, armonizar el ideario reformista del candidato con los postulados revolucionarios del Partido, depurar la propaganda de la rebaba conservadora que ha trabado la difusión de las propuestas y compromisos del candidato. Y lo de siempre y por ello muy importante: fortalecer la unidad partidista respetando a los militantes y reconociendo el papel de los sectores y organizaciones. La política es ciencia infusa. René Juárez es un político experto cuya sola presencia disolvió la insidia anayista de la declinación.