PARRESHÍA

Un punto de partida

Un punto de partida

Foto Copyright: mexicolectivo.com

Por respeto y en consideración a quienes trabajamos largos meses en su confección; para repatriar su texto del destierro, salvarlo del olvido y de la ignominia, y ponerlo al alcance de quienes lo quieran conocer, lo publico y guarezco aquí.

El 29 de enero de 2023 un grupo de ciudadanos preocupados por México dimos a conocer un documento al que llamamos “Un punto de partida”. En él discursamos, a nuestro juicio, los problemas más ingentes hoy en México en un afán enunciativo, no conclusivo, con el propósito de abrir espacios y tiempos ciudadanos a la deliberación pública y, en consecuencia, delinear una nueva visión de país. Pensar a México, pues.

Pero Un punto de partida nunca partió.

Tras su presentación jamás se ha vuelto a mencionar, sus contenidos no han sido objeto de deliberación alguna, su difusión es inexistente. Cualquiera diría que avergüenzan y ofenden a quienes hoy operan a su amparo. De hecho, desde el anonimato de un "equipo operativo", los tacharon de desinformados, errados, descuidados, contrarios a los derechos humanos y discriminatorios. Lo paradójico del equipo, además de su invisibilidad, es que siendo su naturaleza operativa ejerza atribuciones deliberativas y condenatorias.

Recientemente diversas personas me han consultado por el texto, incluso me lo han pedido al no poderlo localizar fácilmente.

Por respeto y en consideración a quienes trabajamos largos meses en su confección; para repatriar su texto del destierro, salvarlo del olvido y de la ignominia, y ponerlo al alcance de quienes lo quieran consultar, lo publico y guarezco aquí, en LFMOpinión, no sin antes destacar una vez más su plural autoría y su carácter preliminar y deliberativo.

Su cometido, hoy, sigue siendo más urgente que nunca: generar espacios y tiempos plurales y ciudadanos, auténticos, abiertos y generosos para perfilar una nueva visión de México.

El texto que aquí consigno es el autorizado por todos los participantes originales de aquel grupo, llamado en un principio 20N, por haberse constituido el 20 de Noviembre de 2021
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Un Punto de partida



México debe ser una hazaña de todos los días, una hazaña necesaria y comprometida; personal y colectiva, intransferible e irrenunciable; una hazaña más grande que nuestros problemas, más grande que nuestras confrontaciones. Esta hazaña, de igual manera, debe ser superior a las problemáticas actuales: violencia, inseguridad y desigualdad; juventudes desgarradas por el crimen, el narcotráfico, la drogadicción, así como la carencia de expectativas y la polarización artificial y estéril. Superior al problema de las mujeres marginadas y violentadas en sus familias, en su comunidad y en su trabajo; de las madres solteras, madres adolescentes y mujeres, niñas y niños sometidos a la trata y explotación sexual; por supuesto, superior a los contratiempos de las personas mayores, enfermos crónicos, personas con discapacidad, niños con cáncer y quienes caen en desesperación, pobreza y soledad.

México es una proeza mayor que las personas desaparecidas, desplazadas o en condiciones de migración y que no encuentran justicia, respuesta ni apoyo; mayor que las comunidades inmersas en territorios y economías bajo el control del crimen organizado, que son objeto de abuso, despojo, robo, violación, subordinación, cobro de piso y extorsión; mayor que los que viven en la espera de la dádiva asistencial o de las remesas. Superior que las y los doctores, enfermeros y personal médico sobre-explotados, sobre-expuestos y sobre-estigmatizados; que las y los niños y adolescentes que pierden aprendizaje y se ven obligados a abandonar la escuela; mayor que las y los policías, periodistas y activistas que sufren estigmatización, atentados y homicidios; que las fuerzas armadas maltratadas y desnaturalizadas. Mayor que las y los servidores públicos bajo acecho y en desecho; que los emprendedores en la incertidumbre y que las miles de personas sujetas a prisión preventiva oficiosa sin justificación clara, desposeídas de justicia pronta y expedita. Mayor, claro, que los pueblos originarios, históricamente discriminados y despojados de sus tierras, culturas, lenguas y recursos; y mayor que la misma dignidad y prestigio nacionales puestos en duda en el ámbito internacional.

Sabemos que es tiempo de sanar heridas y apaciguar los ánimos, de mirar el futuro con entusiasmo y generosidad, con decisión y firmeza para construir un México mejor. Es tiempo de atrevernos a lo extraordinario y hacerlo orden de todos los días, de civilizar el futuro e impedir su clausura. La división debe cesar. México debe ser uno, plural y solidario. Estamos conscientes de lo que hace falta: seguridad, paz y certidumbre, inversión, empleo formal y digno, salario remunerador, desarrollo, salud, nutrición, educación, servicios, bienes y apoyos en seguridad social, justicia, transparencia, rendición de cuentas, verdadero combate a la corrupción y a la impunidad. Por sobre todo, compromiso con la verdad, la democracia y las condiciones de vida digna. Pero antes, necesitamos reencontrar el catalizador que nos haga vibrar de nueva cuenta en sintonía. Dicho catalizador lo llevamos dentro, es ese ánimo que nos conmueve y estremece; esos profundos sufrimientos y alegrías que ninguna capacidad de comprensión alcanza a entender. Ese catalizador es México, ese sentimiento y decisión para trabajar por y para nosotras y nosotros.

Una duda surge entonces: ante tantos y variados engaños y desengaños, ¿por qué y en quién creer? ¿Cómo volver a confiar? Las juventudes miran calladas, recelosas; las urnas se vacían, partidos y políticos se pelean en solitario. Muchos buscan quién nos pueda salvar. Nosotros creemos que es tiempo de construir una nueva visión de país, propia de todos, sin exclusiones ni rencores; es nuestro deber hacerla realidad.

El documento que tienes en tus manos no es sólo uno más: es un punto de partida. Puede que, de él, al final, no quede ni una coma, porque lo importante es pensar y conversar en colectivo un México posible y diferente, unido en un propósito superior a toda parcialidad: demostrar que México no tiene una sola voz y que su representatividad es plural e inabarcable. Se trata de volver a latir en y con México. No buscamos decir lo que la mayoría quiere oír, sino de verdad escuchar a todos, abrir un espacio de respeto, reencuentro y deliberación para, así, inaugurar un tiempo de y para la ciudadanía; forjar en colectivo una nueva visión y emoción de País. Pensar a México desde abajo, desde todas sus regiones, desde todos sus sectores; desde la mirada del “otro”, en un esfuerzo de ponernos en sus zapatos y circunstancias.

¿Qué buscamos? Algo nuevo y diferente, un espacio y un tiempo ciudadanos que nos permitan construirlo en concordia, con una visión de futuro arrojada, generosa, justa; una acción donde cada quien asuma y construya su propio liderazgo. Que, armonizados, configuremos un liderazgo ciudadano plural y diferente a aquellos prefigurados, aparentes o impuestos. Lo conocido ya no alumbra nuestro camino ni nos es funcional: queremos deliberar nuestros problemas en libertad y pluralidad; queremos perfilar, en colectivo, un futuro propio y compartido. Queremos dejar fluir nuestra ciudadanía sin prefigurar conclusiones.

Sabemos que las consideraciones, así como las propuestas que construyamos, serán plurales; como tales, podrán tener expresiones, derroteros y actores diversos y de cualquier índole: social, sectorial, regional, nacional, política, académica y hasta electoral, pero, esos serán otros tiempos, discursos, agendas y acciones. Lo nuestro es un inaugurar un nuevo comienzo; sus diversos puertos de arribo serán de quienes los imaginen y construyan, tan plurales como México mismo. Éste es, pues, un ejercicio entre iguales, de ciudadanas y ciudadanos, de cualquiera que tenga algo que decir, algo que compartir, una idea o propuesta que hacer valer en favor de nuestro país. Una nueva oportunidad de construir juntos un futuro mejor. Un grupo variado de mexicanas y mexicanos te invitamos a sumar tu persona, voluntad, entusiasmo, ideas y propuestas a un espacio ciudadano, a un nuevo tiempo ciudadano, en los que todos concurrimos, sin importar nuestras divergencias, en calidad de ciudadanas y ciudadanos, a título personal, en igualdad, libertad y pluralidad, con una idea de unidad, de futuro, y un solo propósito: México, nuestra hazaña de todos los días.

Enero 2023





Un MÉXICO en paz y con desarrollo



Lo que pasa hoy en México nos duele y distancia: inseguridad y violencia, deterioro de la salud pública y la educación, creciente pobreza, estancamiento económico y desempleo, falta de gobernabilidad y de respeto a las leyes.

México va en franco retroceso. Somos un país de contrastes y contradicciones, cruzado de injusticias y desigualdades, por sobre ella una pandemia que nos arrastra en su avalancha de incertidumbres sin fin. No existe un solo rubro de condición de vida de los mexicanos que no haya sido deteriorado: salud, educación, seguridad, trabajo, economía, cultura, ciencia, familia, medio ambiente, vivienda, justicia, convivencia, autoestima.

Los gobiernos no alcanzan a ver más allá de sus juegos de poder y están más confundidos que nosotros. Pocos atienden los dolores de la gente y la construcción de propuestas democráticamente consensuadas que hagan el mejor uso posible de los recursos públicos en beneficio de todas las personas, especialmente de aquéllas que enfrentan mayores dificultades para atender por sí mismas sus necesidades básicas.

Como país hemos fracasado en la construcción y el desarrollo de seres humanos dignos, solidarios y respetuosos del Estado de derecho. Por el contrario, ha avanzado la destrucción del escaso tejido social, la confianza, la seguridad y la esperanza en una vida mejor. Los niveles de desigualdad, pobreza, discriminación, corrupción, violencia e impunidad nos hablan de un país malogrado y en retroceso.

Pero nuestra desgracia no empezó ayer. Es cierto, construimos instituciones en el pasado con mediocres rendimientos económicos y poca justicia distributiva; tuvimos por décadas abusos y sinrazones de las élites políticas y económicas, y otros poderes asociados. Somos un país engañado y explotado; fundado en un sistema de privilegios, complicidades y favores, en el despojo de los frutos del esfuerzo de millones de mexicanos.

Las políticas públicas han carecido de integralidad, coordinación y articulación en la diversidad social y territorial de México. Llevamos 50 años sin un proyecto económico, social, político y cultural de largo aliento, ni visión sostenida que tenga por objetivo mejorar el bienestar de la población. México se niega y reinventa cada sexenio. Nuestro reto es valorar cada asunto en sus méritos y conservar y fortalecer todo aquello que funcione.

Muchos son nuestros problemas, pero estamos obligados a priorizarlos: cuando todo es importante, nada lo es. Entre las grandes prioridades nacionales destacan: 1. Proteger la vida física, integridad y patrimonio de las personas y las comunidades. 2. Mejorar los sistemas de salud. 3. Proveer una educación integral y de vanguardia. 4. Elevar el nivel y la calidad de vida de las y los mexicanos.

Aquí se abordan algunas de ellas, no en modo conclusivo sino como una provocación a construir juntos una conversación ciudadana tan urgida hoy en México.

Al final de cada apartado incluimos temáticas a ponderar como una respetuosa invitación a deliberar en colectivo.



Paz, concordia y democracia



Seguridad, legalidad y justicia



La inseguridad pública, la violencia, el crimen organizado y el narcotráfico son manifestaciones del mismo problema, el más grande y agresivo cáncer y riesgo de México.

Sólo por el número de muertos, en los cuatro años del actual gobierno, a noviembre de 2022, se habían acumulado 137,539 homicidios. En ese periodo hubo, además, 49,581 desaparecidos, ambas cifras superiores a las registradas en el mismo lapso en cualquier sexenio anterior. Como referencia, en el 2000 hubo 10,700 homicidios que, para el 2021 ascendieron a 36,000, sin contar los desaparecidos, casi tres veces y medio más. En el mismo lapso pasamos de 9 a 31 homicidios dolosos por 100,000 habitantes. De cada 100 delitos que se cometen solo 6.4 se denuncian y de ellos solo 14% se resuelven, lo que equivale a una impunidad del 99 por ciento.

El problema nos viene de muy lejos. La violencia afecta familias, población y economía. De las 50 ciudades más peligrosas en el mundo, 8 son mexicanas: Zamora, Ciudad Obregón, Zacatecas, Tijuana, Celaya, Ciudad Juárez, Ensenada y Uruapan. En la mayoría de ellas, por cada 100,000 habitantes hay más de 100 homicidios por año.

En numerosas zonas del territorio nacional se está perdiendo gobernabilidad. Ante la ausencia y sustitución del Estado en sus tres órdenes de gobierno reina el narco. Los delincuentes deciden qué ocurre, quién vive, quién muere y qué tributos se les pagan. Toman, además, el control de la economía, las estructuras de gobierno y la vida misma de la sociedad. Siendo el crimen organizado un fenómeno global, se evaden soluciones internacionales y la indispensable coordinación con otras naciones.

La presencia del crimen organizado provoca corrupción, impotencia y desasosiego en los cuerpos de seguridad de los tres niveles de gobierno. La alta responsabilidad de la seguridad pública se ha encargado a la Guardia Nacional, mayoritariamente integrada por policías militares y militares, quienes saben hacer acto de presencia y obedecer; inhiben, pero no saben investigar crímenes ni combatir delincuentes. Sus miembros requieren de formación y capacitación policial. Su mando civil requiere de compromiso constitucional, político y presupuestario.

Los sistemas estatales de seguridad no han sido mejorados ni han recibido recursos. Tampoco se ha depurado al personal de la procuración e impartición de justicia, ni se ha establecido un plan de largo plazo para que mejoren sus habilidades y actitudes. La situación de los sistemas estatales es deplorable: el buen personal está ofendido y ha perdido buena parte de su vocación, autoestima y sentido de responsabilidad. Hoy no sólo no se identifica a los asesinos, tampoco a los asesinados: hay entidades que no tienen servicio médico forense, capacidad de conservar cadáveres y ni siquiera identificarlos.

Cada vez más la población pierde la confianza y el respeto en las instituciones de seguridad pública. Se insulta, golpea y corre de las poblaciones a las Fuerzas Armadas y Guardia Nacional. A los policías se les asesina sin misericordia. Los reporteros que cubren el fenómeno de la inseguridad lo pagan con su vida: en México mueren más periodistas que en zonas de guerra. El año pasado ocupamos el primer lugar mundial de periodistas asesinados.

Vivimos en el umbral de ser un Estado ingobernable y que las organizaciones de narcotraficantes sean catalogadas por Estados Unidos como grupos terroristas, con graves consecuencias para México. Preocupa la inserción y dispersión del crimen organizado en los procesos electorales y estructuras del poder público.

El acceso a la justicia es un tema central, pero la procuración e impartición de justicia son un viacrucis para los pocos que las usan. Están muy alejadas de las personas y, a veces, son hasta peligrosas. El sistema judicial no es accesible a los mexicanos, ni física, ni económica, ni procesalmente; está saturado, no ha crecido acorde al ritmo demográfico, ni a la distribución territorial de la población, ni al aumento de ilícitos ni de juicios. El rezago judicial tiene que abatirse: cerca de la mitad de las personas que están en la cárcel llevan años recluidas en espera de sentencia y se abusa de la prisión preventiva.

Los órganos de justicia requieren del respeto, apoyo interinstitucional y vigencia de la división de poderes para cumplir, en el marco de su autonomía y especialidad, sus responsabilidades constitucionales.

La seguridad en México carece de rigor científico, profesionalismo y coordinación. Los políticos deben sacar las manos de las agencias de seguridad. El incremento de la violencia, el poder del crimen organizado y la infiltración de sus organizaciones mundiales son inadmisibles. Se requiere un servicio profesional de carrera, con estabilidad laboral y personal especializado con horizontes de desarrollo y comprometido con la seguridad de las personas.


Gobernabilidad y democracia



Hoy vivimos en México un Estado omiso en el cumplimiento de sus obligaciones, que concentra el poder con autoritarismo y discrecionalidad, que se militariza, que destruye instituciones; con una democracia bajo acecho y con grandes ineficiencias. Hoy falta gobernabilidad, tenemos un gobierno que no es responsable ni plural, que no ofrece certidumbre y sin autonomía ni independencia judicial total y con un poder Legislativo en gran parte sometido y abyecto. Las políticas de inversión y las cuentas públicas, así como los programas de gobierno, son un desastre.

En la actualidad, el gobierno mexicano se comunica y se construye con la mentira, la negación y la ilegalidad. Se niegan los problemas. No hay cultura de legalidad y las instituciones públicas están rebasadas o asfixiadas desde dentro. Hay intentos por instaurar un régimen unipersonal de concentración de poderes en el que se reine y someta, no se gobierne para mejora de la vida de las personas.

Hoy, con honrosas excepciones, México carece de un aparato de administración pública honesto, profesional, funcional y políticamente neutral. Padecemos un presidencialismo unipersonal, con endebles equilibrios y sin diseño ni organización colegiada. Los controles políticos a cargo del Legislativo deben ser enriquecidos y fortalecidos.

La estructura institucional en México ha sido debilitada, necesitamos mejorarla y reforzarla.

En un Estado de derecho, todos –los tres poderes, la sociedad y los individuos– se sujetan a la ley y la cumplen dentro del orden social y en libertad, y en todos los ámbitos: desde el respeto a los derechos humanos hasta el cumplimiento del reglamento de tránsito. En él, se lucha por erradicar la impunidad. La impunidad es más grave que la inseguridad misma.

Las medidas y los ritmos de un mundo globalizado han sacado de escala y funcionalidad al Estado nación. En su conjunto, nuestro sistema –político, social y económico– dejó de ser funcional hace mucho. Urge pensar en una nueva forma de organización social, económica y política que sirva para elevar los niveles de vida de las personas.

La democracia está en riesgo, tanto por su asedio desde el poder, como por los desencantos populares, impotencias institucionales y corruptelas impunes. Hoy sabemos que la democracia puede entronizar a sus más acérrimos enemigos y que sin ella no hay libertad ni dignidad posibles. Nuestras reformas políticas fortalecieron a los partidos, pero no a la ciudadanía. Por ahí debemos empezar. La nueva democracia deberá reconstruir confianza y fraternidad: con libertad, pero con respeto a la ley.

México está agraviado por los abusos a la ley de quienes deben servirla. El corrupto se apropia de manera abusiva de lo público para engrandecer su riqueza y su poder en detrimento de la sociedad en su conjunto. Hoy el combate a la corrupción es una frase que intenta engañar y disimular la verdad, y ocultar los nulos resultados, a pesar de los esfuerzos que contra ella se enderezan desde la sociedad organizada. La corrupción goza de cabal salud: en los hechos se le castiga selectivamente. Las normas e instituciones contra la corrupción han tenido una implementación deficiente y lenta.

Se ha diferido poner en marcha una política integral anticorrupción y se ejercen los presupuestos sin control legislativo. Priva la simulación en todas las áreas, destacando el Servicio Profesional de Carrera de la Administración Pública Federal, el manejo discrecional de subsidios, transferencias, ahorros, subejercicios presupuestales y gastos indirectos del Presupuesto de Egresos de la Federación. En muchos casos, los subejercicios presupuestales son deliberados para reintegrar recursos que luego se utilizan sin control alguno.

En esta administración se privilegian las compras sin licitación. Los cargos públicos son ocupados por cercanía y lealtad política, en lugar de por competencia y mérito, y el Ejecutivo asigna presupuesto sin contrapeso alguno del Legislativo. Mucha de la inversión pública es estéril. Se ha burocratizado la lucha contra la corrupción con procedimientos cada vez más enredados y confusos.

Temáticas a ponderar:
• Aplicar la ley sin distingos.
• Reducir la impunidad.
• Hacer exámenes de control de confianza a la Guardia Nacional y a policías estatales y municipales.
• Construir desde abajo las policías.
• Disminuir la inseguridad, el crimen, el narcotráfico y la corrupción.
• Implementar estrategias de seguridad y justicia de largo plazo.
• Capacitar, suministrar recursos, equipos y sistemas de inteligencia suficientes y adecuados; mejorar los salarios de todos los cuerpos de seguridad pública.
• Rearticular estrategias, desarrollar capacidades y establecer coordinación en los tres niveles de gobierno, trabajar sobre territorio y población, privilegiar información e investigación.
• Fortalecer integralmente el sistema de justicia.
• Establecer una coordinación con el Poder Judicial y efectuar periódicamente una evaluación integral de desempeño.
• Impulsar fuertemente la participación ciudadana. Tanta sociedad como sea posible. Tanto gobierno como sea necesario.
• Ampliar y esmerar los controles sobre el Ejecutivo. Fortalecer las instituciones autónomas y respetarlas.
• Quitarle facultades a la SHCP para impedir el manejo discrecional del presupuesto.
• Implantar una simplificación administrativa, y mejorar la transparencia y la rendición de cuentas.
• Fortalecer la cultura de la legalidad y los derechos ciudadanos.
• Defender la democracia y sus instituciones.
• Simplificar procedimientos y acotar gastos administrativos.
• Formar la clase política del futuro. Más democracia y organización ciudadana
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Igualdad y calidad de vida



Salud, educación y cultura



Si en algo somos deficitarios es en la calidad de vida de los mexicanos. El sistema de salud en México se ha ido desmantelado y el desabasto de medicamentos sigue cobrando vidas. La población vacunada ha bajado dramáticamente: sólo un tercio de los niños han sido vacunados; antes la cifra era el 95%. Cinco millones de vacunas caducaron en bodegas en plena crisis de salud. Se tiene acceso a los servicios de salud sólo por la afiliación como trabajador, no como un derecho humano.

El Instituto Mexicano del Seguro Social camina a su minimización, como consecuencia lógica de ampliar su cobertura poblacional sin incrementar sus capacidades estructurales, condiciones operativas y sin una política pública de salud definida. Al IMSS y al ISSSTE les han ido drenando sus recursos; las pensiones del primero ascenderán en 2024 al 6% del PIB. Urge resolver sus carencias y problemas.

El repliegue del Estado en rubros de salud ha obligado a la población a atenderse en el sector privado. Durante la pandemia, el 70% de los infectados –58% de la población– acudió a tratarse en la medicina privada, mayormente en consultorios de farmacias. El manejo epidemiológico de la pandemia fue ineficiente y político. A agosto de 2022, el número real de muertos es superior a las 700,000 personas. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la esperanza de vida al nacer se ha reducido de 75 a sólo 70 años.

A cuatro años de haber desmantelado el sistema de compra y distribución de medicamentos para el sector público no hemos podido reestablecer un sistema confiable y eficiente y seguimos retrocediendo. A inicios del 2021 el IMSS-Bienestar tenía apenas un 74% de surtimiento de medicamentos y en el primer cuatrimestre del 2022 cayó a un 71%, el más bajo de los últimos 6 años.

La educación en México hoy es de mala calidad y no facilita la movilidad social. La instrucción y las estancias infantiles han sido desatendidas, y la escuela de tiempo completo ha sido cancelada. Hoy se pasa de año escolar por inercia, no por conocimientos.

Mientras que en el ciclo escolar 2017-2018 en educación básica el país alcanzó un nivel de cobertura del 95.2% para los niños de edades entre 3 y 14 años, a partir del ciclo escolar 2018-2020 este nivel ha venido cayendo año con año y en el periodo 2020-2021 fue de tan solo 92%.

De acuerdo con los resultados de la última prueba Pisa aplicada en el país, sólo el 55% de los educandos logra un aprendizaje suficiente en lectura, 53% en ciencias y 44% en matemáticas. Estos niños y niñas no están preparados para continuar con estudios de educación superior, ni cuentan con posibilidades para desarrollarse en la sociedad del conocimiento. Estas son las evaluaciones de niñas y niños en la escuela, pero tenemos 5 millones de analfabetos que bajan aún más el umbral nacional de oportunidades a futuro.

Los maestros son el techo de la educación. No puede crecer la educación de los niños y niñas si no se prepara mejor a cada docente. Es urgente que los maestros cuenten con verdaderos programas de mejora continua, que les permitan superar gradual, sistemática y progresivamente su función en el aula. Los derechos laborales del magisterio deben respetarse, este es un elemento sustantivo del derecho a la educación. Las obligaciones de los maestros deben seguir vigentes.

El desarrollo de México empieza por el desarrollo de la población; de las mexicanas y los mexicanos. La universalidad del conocimiento, el libre pensamiento, la libertad de cátedra, la laicidad en la enseñanza, contraria a la ignorancia y sus efectos, a las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios; el aprender a aprender, el civismo, la cultura abierta a la duda y a la creación deben encaminar nuestros pasos.

La cultura, la ciencia, la investigación y la innovación tecnológica son sectores lastimados y en el olvido, con pocos recursos públicos y disminuidas perspectivas. En ellos se procesa la conciencia de México y se anida su desarrollo y el futuro de su inteligencia.


Pobreza y desigualdad



El combate a la pobreza está en franco retroceso y deterioro. Los programas sociales no han compensado los efectos negativos combinados de violencia, economía y pandemia. Los alivios pasajeros de las políticas sociales, además de escasos, pueden desaparecer por cualquier contingencia, nacional o internacional, o por una mala gestión de gobierno.

Al tercer trimestre de 2022, la pobreza laboral en México alcanzó al 40.1% de la población, nivel superior al mismo periódo de 2019, cuando cuando alcanzó 39.6 por ciento. Si bien, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) admite que se presentaron trimestres consecutivos a la baja, al final del al tercer trimestre del año pasado, la condición de pobreza laboral se incrementó en 1.8 puntos porcentuales, al pasar de 38.3%, en el segundo trimestre de 22, a 40.1 por ciento, lo que implica una pérdida de todo el avance logrado previamente. Si se compara con el tercer trimestre de 2021, se observa una mejoría marginal, pues en ese entonces se ubicó en 40.7%. Sin embargo, estamos ante 51.6 millones de población mexicana que no puede adquirir la canasta alimentaria básica con su ingreso laboral.

Por ámbito rural y urbano, la pobreza laboral muestra mejoría en las áreas rurales, toda vez que el indicador previo a la pandemia era de 54.6% y ahora es de 53.2%, es decir, 1.4 puntos porcentuales arriba. No obstante, la pobreza laboral en el ámbito urbano es superior a tiempos anteriores a la crisis por COVID-19, ya que la población con ingresos menores a los necesarios para adquirir la canasta alimentaria fue de 36.% en tercer trimestre de 2022, mientras que en 2019 era de 34.8 por ciento en el mismo periodo.

Cabe resaltar que, el valor monetario de la canasta alimentaria tuvo incrementos de 14.1% y 13.8% en el ámbito rural y urbano, respectivamente, en 2022. Mientras que la inflación general anual promedio se ubicó en 8.5%, es decir, los aumentos en alimentos superaron la inflación.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala que alrededor de 33 millones de mexicanos enfrentan algún nivel de inseguridad alimentaria por el aumento de precios en la canasta básica. Aunque, se estima que alrededor del 46% de la población mexicana, según datos del CONEVAL, es vulnerable al aumento de precios en los alimentos, es decir, casi 58 millones de mexicanos, siendo los más afectados los niños y adolescentes. En ese sentido, el tema ya no es enfrentar la pandemia sanitaria sino enfrentar la inseguridad alimentaria.

En el año 2020, 66 millones de mexicanos, poco más de la mitad de la población nacional, carecieron de acceso a la seguridad social en sentido amplio.

La caída histórica de los salarios viene desde los años setenta, orillando a las familias a desarrollar estrategias para lograr ingresos suficientes: migrar; extender el horario laboral, dobles y triples jornadas de trabajo; más miembros de la familia en busca de ingreso –incluso menores, adolescentes y adultos mayores–, economía negra. Ello se ha agravado con los recortes a programas, apoyos, instituciones, fondos y personal, que privaron de soportes a personas y familias: servicios de salud, comedores comunitarios, atención a víctimas de violencia, entre otros.

De los 36 países de la OCDE, el gasto de bolsillo para satisfacer necesidades básicas es hoy en México el más elevado: 41% contra una media de 11 por ciento.

Las transferencias monetarias directas a las personas, en vez de apoyos en precios, bienes y servicios, obligan a las familias a destinar el efectivo recibido a la compra de bienes y servicios de empresas del mercado.

El tiempo es hoy la variable de ajuste para enfrentar el creciente deterioro de las condiciones de vida de los mexicanos. En la actualidad, la familia mexicana dedica más tiempo a trabajar que a vivir, obteniendo a cambio menos ingresos. Una nueva categoría de pobreza surge entre nosotros: la del tiempo.

Violencia, desigualdad y discriminación construyen el muro que hoy impide la subsistencia y el desarrollo de los más desvalidos.

Temáticas a ponderar:
• Rediseñar el sistema de salud; asignarle más presupuesto, ampliar su cobertura y lograr un ejercicio más efectivo y oportuno.
• Recuperar eficacia en los programas de vacunación y los niveles de vacunación a toda la población.
• Asegurar el cuadro básico de medicinas en todas las instituciones públicas de salud.
• Crecer la prevención y el primer nivel de salud.
• Terminar, completar, equipar y, en su caso, restaurar y mantener, la infraestructura pública de salud.
• Contratar el personal que sea necesario para que funcionen bien los servicios de salud.
• Transforma todas las escuelas básicas en escuelas de tiempo completo.
• Revisar a fondo planes de estudio y libros de texto, con un enfoque de conocimiento y habilidades.
• Impartir capacitación permanente a los maestros y establecer estímulos por desempeño y antigüedad.
• Diseñar políticas públicas para cultura, ciencia y tecnología, con presupuesto consecuente y voluntad política.
• Según las Naciones Unidas, la mejoría en el nivel de vida se logra con un crecimiento de salarios por arriba de la inflación; con el acceso a servicios de salud y educativos de calidad, y con buenos sistemas de comunicación. Es la manera más eficiente de combatir la pobreza y la desigualdad
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PROSPERIDAD



Economía



La economía mexicana se derrumbó. Su caída se ahonda cada año. La inflación es la más alta en décadas. Este será un sexenio de crecimiento cero, lo terminaremos con un deterioro significativo en el PIB per cápita y una pésima distribución del ingreso de que se tenga memoria. La macroeconomía ha podido sortear hasta el momento los problemas financieros y fiscales, pero a un alto costo, ya que, si bien se han elevado los salarios mínimos, este aumento peligra ante la inflación. Las finanzas públicas se verán cada vez más ajustadas.

Al ser deficitarios en energía, los ingresos captados por las exportaciones petroleras cubren tan solo el 55% del valor de las importaciones de gas natural y productos, lo que ha generado una salida neta de 12,600 millones de dólares en 2021 y de 19,100 millones de dólares en los primeros diez meses de este año. A esto hay que añadirle que el procesamiento del crudo en el sistema nacional de refinación en las condiciones actuales le implica al país una pérdida considerable, lo que significó que Pemex Transformación Industrial, después de amortizaciones, depreciaciones y costo neto de los beneficios a los empleados, terminara el año pasado con una pérdida de 325 mil millones de pesos y con una pérdida acumulada al mes de septiembre de este año de 111, 100 millones de pesos. Por último, el subsidio al precio de las gasolinas, que en octubre del 2022 alcanzó los 400 mil millones de pesos (cifra que representa el 80% de los ingresos petroleros y el 10% de los ingresos totales del Gobierno Federales), prácticamente equivale a la suma de los presupuestos ejercidos al mismo mes de octubre en educación (272 mil millones), salud (117 mil millones) y seguridad (38 mil millones).

La captación fiscal será menor a la proyectada, porque la economía crecerá posiblemente a la mitad de lo previsto. Las pensiones y los sueldos costarán más. La inflación se mantendrá alta cuando menos un año más, debido a causas internacionales y a la baja inversión nacional para producir. La elevación de las tasas de interés le representará al gobierno un gasto adicional de 200,000 millones de pesos.

La infraestructura del país es insuficiente para el tamaño de población y de la circulación de mercancías y personas. Muchas de las principales carreteras se construyeron hace más de 50 años, cuando sólo había el 1% de los vehículos que hoy existen. Faltan vías de trenes en varios lugares de la República. Faltan metro y mejores vías de comunicación en las ciudades. Urgen grandes sistemas de agua potable. México demanda un gran programa de obra pública para proveer mejores servicios de comunicación, transporte, agua potable y drenaje.

No existe la libre competencia de manera irrestricta, es sólo un artilugio semántico. Se requiere atender los intereses de las partes y compaginar el interés general con el individual legítimo. Las concesiones y empresas públicas no pueden ser contrarias al interés de los consumidores, al medio ambiente y la sostenibilidad económica del país.

Nuestra política comercial es simplista, acumula acuerdos comerciales sin ton ni son, sin buscar el crecimiento del valor agregado en el país, el desarrollo nacional, la producción y el empleo. Se desmantela la banca de desarrollo sin tomar en cuenta la eficiencia productiva y el empleo. Decae el ingreso per cápita del país, el contenido nacional de lo exportado y la ampliación del mercado interno.

Urge crear una economía para el siglo XXI, ambientalmente sustentable y económicamente sostenible, que recupere el camino del progreso previsible y posible para México: un México de prosperidad con justicia. Se tiene que romper el círculo mortal de falta de crecimiento, desarrollo, distribución y bienestar.

Hoy un Estado de bienestar es económicamente imposible, debemos generar una sinergia solidaria entre Estado, mercado y familia.


Empleo



La incorporación de México a la economía mundial se hizo castigando el poder adquisitivo del salario y disminuyendo lo que se considera el salario social. Por más de cuatro décadas, se adoptó una política que no restituyó a los salarios su pérdida anual por el alza de precios y tampoco distribuyó con justicia la riqueza, ni la productividad. Fue una política de despojo de los ingresos por trabajo que afectó a más de las dos terceras partes de las familias del país que viven de vender su fuerza laboral.

El poder adquisitivo del salario mínimo disminuyó 70% entre 1982 y 2018. Para 2021, la proporción del ingreso nacional correspondiente al trabajo se ubicó en sólo 28%, a pesar del aumento de la población ocupada. En comparación con la región de América Latina y el Caribe, el nivel del salario mínimo real de México está entre los más bajos. En 2020, la OCDE lo ubicó en último lugar entre sus miembros.

En 2020, con la pandemia, se perdieron 1,700,000 empleos formales y cerca de 10 millones de informales. México fue uno de los pocos países del mundo cuyo gobierno no brindó apoyo a las pequeñas y medianas empresas para conservar a su fuerza de trabajo. El ingreso promedio de los hogares mexicanos cayó 5.8% entre 2018 y 2020. Los ingresos vía trabajo disminuyeron más de 10% en el mismo periodo. México es el país de mayor estrés laboral: en 2020 y 2021, lo sufrieron el 63% de trabajadores, entre ellos, las más afectadas fueron las mujeres, con el 65%. El grupo más sometido a la vulneración resultó el que incluye a personas de 30 a 49 años.

La generación de empleos, prestaciones y derechos ha sido insuficiente frente al crecimiento de la demanda de trabajo de los jóvenes. Las condiciones laborales de los empleos ya existentes fueron flexibilizadas con los años. Las empresas en el sector formal de la economía empezaron a reducir o incumplir las prestaciones previstas por la ley y la seguridad en el trabajo: se ampliaron las jornadas laborales, proliferaron contratos temporales y por honorarios. De igual manera, aumentaron los trabajos sin contratos o con esquemas de subcontratación, sin acceso a la seguridad social. Actualmente, el 56% de la población trabaja en condiciones de informalidad; cerca de un 26% en el sector informal de la economía y otro tanto en condiciones de informalidad en el sector formal.

Se conculcó el derecho de los trabajadores a la libre sindicalización, a la huelga y a defender sus derechos. Las organizaciones de trabajadores fueron utilizadas por los gobiernos para violar los derechos humanos laborales e impedir la exigencia de su cumplimiento.


Productividad



La productividad social y económica del gasto público es ridículamente baja e, incluso, negativa. El nuevo aeropuerto Felipe Ángeles sólo transporta al 1% de los pasajeros que utilizan el Benito Juárez de Ciudad de México. La refinería Dos Bocas va a costar más del doble del presupuesto original, 13 veces más que la de Deer Park, con la misma capacidad, y aún se desconoce cuánto producirá y a qué costo. El tren Maya costará más de tres veces su presupuesto original, y los expertos estiman que no podrá cubrir ni siquiera sus gastos de operación durante varios años.

En los últimos 40 años, hemos carecido de una política integral y persistente para atender la precariedad que enfrenta la población ocupada que trabaja en condiciones de informalidad.

La agricultura, la ganadería, la pesca y el aprovechamiento de los recursos forestales se encuentran en el abandono, y el mundo entero se encamina a una época de hambrunas. Hay que reconstruir las unidades de producción con criterio regional y de integración racional de cadenas productivas, teniendo en el centro al productor, al producto, a la biodiversidad y a la generación de alimentos.

Hoy, además de las sequías, hay retrasos en la liberación de los recursos para el agua, su infraestructura y operación, así como subejercicios en su empleo. Urge desarrollar una planeación hídrica nacional y una cultura de su uso tecnificado.

Temáticas a ponderar:

• Acotar las facultades del presidente de la República.
• Elevar el crecimiento económico anual a 5% o más.
• Llevar la inversión total a un mínimo del 28% del PIB.
• Hacer evaluación de resultados del gasto público; corriente y de inversión.
• Generar 1,200,000 empleos anuales.
• Brindar estímulos y seguridades a la inversión.
• Elaborar un Programa Nacional de Infraestructura, con criterio y obras de beneficio a la población, ampliando la cobertura y calidad de los servicios públicos.
• Priorizar inversión y gasto en salud, educación y seguridad.
• Revisar el sistema de salarios y el de pensiones.
• Dejar de utilizar recursos fiscales para subsidiar la ineficiencia de las empresas públicas, y, en lugar de ello, cuando así se justifique, utilizarlos para modernizar y eficientar sus operaciones. Dejar de subsidiar el precio de los combustibles
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Marginación y discriminación



No hay grupos vulnerables per se, los hay “vulnerabilizados” por la desigualdad y la discriminación.


Ser mujer en México



Sobre la mujer mexicana gravitan viejos y nuevos problemas, como la trata, vientres alquilados, infancias transexuales y maternidad infantil; su invisibilidad e inseguridad y la brecha salarial entre hombres y mujeres, entre otros. Con la pérdida de empleos, la mayor carga en labores domésticas y cuidados durante la pandemia se soportó sobre las espaldas de las mujeres. El Estado subrogó en ellas su retiro de la seguridad social. Las mujeres suman a sus problemas los de sus hijos, dado el deterioro en la calidad de la educación, el abandono escolar, las crisis emocionales, su manipulación, extorsión y control por parte de la delincuencia y de la policía, así como inducción al narcotráfico y a las adicciones. El peso de las decisiones de cancelar el apoyo a las guarderías infantiles y cerrar el programa de escuelas de tiempo completo ha gravitado sobre las madres de familia, limitándoles sus posibilidades de incorporarse al trabajo productivo.

La violencia de género en México es estructural e institucional. Al interior de hogares, escuelas, lugares de trabajo, espacios comunitarios y transporte, la mujer enfrenta discriminación, acosos, hostigamiento sexual, violaciones y feminicidios.

Gran número de mujeres mayores que no cuentan con pensión, ni jubilación, tienen que depender de sus hijos.


Niñez, adolescencia, juventud y adultos mayores



Las personas mayores enfrentan diferentes tipos de violencias, especialmente las mujeres, las más de las veces por integrantes de su núcleo cercano; muchas, en condiciones de trabajar, carecen de accesos al mercado laboral. Para el actual gobierno es un sector sin más necesidad que un apoyo clientelar mensual de transferencia monetizada.

Lo más preocupante sobre la problemática de la niñez y adolescencia es su invisibilidad, seguida por las violencias ejercidas en su contra. Se carece de una política pública para los jóvenes que sea transversal, multisectorial y con enfoque de género; las becas en dinero no les brindan la oportunidad de incorporarse a actividades mejor remuneradas ni les aseguran acceso a la seguridad social, ni a servicios de calidad en materia cultural, deportiva y de recreación.

El reclutamiento criminal de menores y adolescentes de ambos sexos es un problema nacional; su riesgo es creciente y en muchos casos implica la trata y el secuestro por parte del crimen organizado global. En México son asesinados siete menores por día.

El confinamiento por la pandemia disparó entre los niños, adolescentes y jóvenes cuadros de depresión y ansiedad agravados con la cancelación de servicios públicos psiquiátricos. El daño causado por el aislamiento en la pandemia para los niños y niñas menores de cinco años es grave, por ser una etapa crucial de su desarrollo cognitivo, de socialización, de aprendizaje de habilidades y seguridades para la vida.

Temáticas a ponderar:
• Atacar institucional e intersectorialmente la violencia de género, discriminación y exclusión en general.
• Rescatar la seguridad social como obligación de Estado.
• Políticas públicas para grupos marginados que les brinde apoyo para emprender actividades productivas o acceder a empleos remunerados y les brinde acceso a la seguridad social y a servicios de calidad en materia cultural, deportiva y de recreación.
• Política pública transversal, multisectorial y con enfoque de género para niños, adolescentes y jóvenes
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Globalización y medio ambiente



Medio ambiente



Descuidamos el medio ambiente, desdeñamos las causas del cambio climático y dilapidamos los recursos naturales necesarios para la sostenibilidad de los ecosistemas.
Se abandona el acceso a fuentes de energía modernas y sostenibles, baratas para la mayoría de la sociedad, capaces de suministrar lo requerido para soportar los procesos productivos y que no sean contaminantes.
Las empresas del estado, Pemex y CFE, deben transformarse en empresas productivas, verdes ecológicamente y que no reciban subsidios.

México es un país diverso geográfica, étnica, social, económica y culturalmente. Esta condición implica retos y amenazas más allá de las discordias políticas propias de toda pluralidad. Nuestras divergencias son hoy un fenómeno que vincula de manera diferenciada a las localidades con la globalización, imponiéndoles perspectivas, cargas y ritmos que enfrentan y trastocan el desarrollo local y regional con la inmediatez, desterritorialización y deshumanización del capital financiero globalizado.

Las metrópolis constituyen un enorme activo para el desarrollo nacional, un reto para su ordenamiento territorial y desarrollo urbano, y un gran desafío para entender y atender sus vulnerabilidades en todos los ámbitos. Carecen de suficientes, seguros y buenos sistemas de transporte colectivo. Casi 80 millones de mexicanos –63%– viven hoy en zonas metropolitanas.

Las fronteras son dos regiones con realidades y oportunidades distintas que involucran, además de condiciones de vida, migración, seguridad, crecimiento desmesurado, derechos humanos, medio ambiente, cohesión social, aculturación, infraestructura y relaciones internacionales. Su población sufre dispersión, rezago social y pobrezas varias. Se precisa de políticas específicas y diferenciadas para la atención de metrópolis y fronteras.


México en el mundo



El mundo se transforma acelerada y profundamente. La migración perfila ya un mundo sin fronteras: los derechos también migran. En la esfera política, militar, tecnológica y estratégica, se dibuja un mundo más bipolar. La invasión de Rusia a Ucrania está catalizando una división de los países en dos polos: en uno, están Estados Unidos, la Unión Europea y los aliados a la OTAN y, en otro, China, Rusia y sus aliados.

Resulta urgente que México aproveche la inversión extranjera que está saliendo de China y otras naciones asiáticas por la relocalización –el nearshoring– que prevalece en la economía internacional, lo cual requiere de un gran y ambicioso programa de infraestructura pública y de facilitar todos los apoyos y autorizaciones normativas necesarias. Para ello, México requiere una política exterior moderna que ponga siempre al centro de sus objetivos y estrategias los intereses superiores de las mexicanas y los mexicanos, impulsando la paz y la seguridad internacionales, la promoción y protección mundial de los derechos humanos y el desarrollo incluyente y sostenible. Nuestro país necesita también una política exterior que lo posicione como un socio atractivo y confiable en todos los ámbitos económico, político, social, cultural y de seguridad.

Los más importantes vínculos comerciales, económicos, demográficos, migratorios, ambientales y de seguridad de México son con Estados Unidos –donde habitan 38 millones de mexicanos y descendientes de mexicanos– y con Canadá.

El interés económico fundamental de México con el exterior es contribuir a que América del Norte se consolide como una de las zonas más dinámicas y competitivas de la economía global para que, así, los beneficios se extiendan a toda la sociedad mexicana.

Los tratados de libre comercio deben cumplirse. No obstante, hoy se ha puesto en vilo el de México, Estados Unidos y Canadá por no cumplir con las obligaciones asumidas, a riesgo de sanciones de gran cuantía y desconfianza internacional.

La migración es un problema global que debe abordarse desde las categorías de la dignidad y los derechos humanos.

Temáticas a ponderar:
• Preservar y cuidar el medio ambiente, atendiendo a las causas del cambio climático y la dilapidación de los recursos naturales necesarios para la sostenibilidad de los ecosistemas.
• Procurar el acceso a fuentes de energías modernas y sostenibles, baratas para la mayoría de la sociedad, capaces de suministrar lo requerido para soportar los procesos productivos y que no sean contaminantes.
• Hacer grandes obras de agua potable.
• Construir muchos más sistemas de transporte colectivo.
• Pemex y CFE deben obligarse a cumplir con las normas ambientales y con los compromisos nacionales internacionales en términos de emisiones que dañan a la salud y al medio ambiente, incluyendo las emisiones de gases de efecto invernadero.
• Establecer políticas y sinergias metropolitanas y fronterizas.
• Recuperar nuestro lugar en el mundo y honrar nuestros compromisos.
• Aprovechar los convulsos cambios mundiales
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Un solo México



La polarización debe cesar. México sólo debe ser uno y plural.

Convocamos al reencuentro en la pluralidad, reconociendo nuestros distintos puntos de vista, nuestros diferentes problemas y soluciones, y a enfrentar los problemas y desafíos en paz y concordia, con los mecanismos de la democracia.

Queremos un país en concordia y franco progreso del cual nuestros hijas e hijos se sientan orgullosas y orgullosos, en el que vivan mejor que nosotros; en paz, con justicia y bienestar. Queremos un México con esperanza y calidad de vida para todos. Es nuestro deber y tiempo.

Te invitamos a una deliberación donde todos tengamos voz, cabida y futuro.

#LFMOpinion
#Parreshia
#UnPuntoDePartida
#20N

Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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