¿Pudiera ser Lyme?
Te sientes mal, el doctor dice que no tienes nada, que todo sale bien en las pruebas de laboratorios e imagen. Como le crees, regresas a casa, pero te sigues sintiendo mal, entonces insistes, regresas al doctor para escuchar lo mismo, aunque tú continúas sintiéndote mal. Corren las semanas, el doctor afirma que todo está bien, pero tú no lo estás, quizás colitis nerviosa, dice. Tu familia se preocupa, duda, se preocupa, vuelve a dudar, tú también. Regresan al doctor, todo está en tu cabeza, dice ahora, con el tono de alguien que jura estar ante una madre paranoica y un hijo hipocondríaco.
Desde el 2016, que le dio Lyme a mi hijo, hasta la fecha (2025), he recibido una buena cantidad de llamadas de mamás desesperadas que de boca en boca supieron de nuestro caso (de éxito) y ver si de milagro logran correr con nuestra suerte. Pero la mayoría no ha corrido. El tiempo es clave, la prevención también. Nosotros dimos con la persona correcta en el momento preciso: un doctor de estetoscopio, de esos que ya casi no hay.
El Lyme es una enfermedad que, como muchas otras, hay que detectar a tiempo para prevenir el daño a largo plazo; lograr matar la bacteria (borrelia burgdorferi) y posibles cobacterias (mi hijo tenía 3 más), antes de que causen un daño crónico o mortal, no es nada fácil, se debe actuar rápido, pero esto es difícil, muy difícil, pues es una enfermedad que no tiene síntomas definidos y una gran mayoría de doctores la desconoce. Difícil, además, porque en el remoto caso de dar con un doctor que sospeche de ella, los falsos negativos son por demás recurrentes, ¿por qué? Muchas veces los análisis disponibles en la mayoría de los laboratorios de México sólo detectan los anticuerpos que suelen aparecer tiempo después, cuando la infección ya se “instaló”. Por ello, hay que buscar laboratorios que realicen las tres pruebas (ELISA, Western Blot y PCR) necesarias para detectar las bacterias cuando la enfermedad es reciente y activa, ese momento donde comienza a invadir el cuerpo, aunque éste todavía no alcance a generar anticuerpos (por lo que no salen en esa prueba que es la que se suele hacer).
Habrá quien diga que el Lyme es una enfermedad de gente con dinero, que viaja y, por lo tanto, no es endémica de México. Se equivoca, ya tenemos casos documentados en México de gente que jamás ha salido del territorio. ¿Cómo? Son ellas, las causantes de esta enfermedad (diminutas garrapatas de venado o también llamadas “garrapatas de patas negras”), las que viajan y cruzan la frontera, en pájaros y roedores.
No soy una persona anti-ciencia, mucho menos anti-vacunas, todo lo contrario, doy gracias por los avances y las medicinas que salvan vidas (como las que matan las bacterias de estas garrapatas). Sin embargo, después de mi experiencia con el primer doctor y la de las mamás que me han llamado, estoy convencida de que la medicina y muchos doctores se han deshumanizado, por lo que necesitamos tomar acción y sacarle provecho a una herramienta que tenemos en nuestras manos para compartir información y así evitar que alguien se contagie, o bien ayude a alguien que ya se contagió; hablo de las redes sociales.
En un mundo donde los doctores han perdido el estetoscopio y la salud se ha convertido en un gran negocio o en un fracaso público, es necesario que nos cuidemos nosotros mismos y recurramos a la prevención e intuición. Menciono el estetoscopio, no sólo como símbolo de prácticas más humanas y minuciosas, sino porque justamente el doctor que salvó a mi hijo (cuyo padecimiento era el llamado cardio Lyme) escuchó, con uno de estos, una arritmia que ni la mejor máquina o prueba más sofisticada de laboratorio pudo detectar.
A diferencia del cáncer y otros padecimientos crónicos, esta devastadora enfermedad, causada por una garrapata del tamaño de una semilla de fresa (más pequeña que un ajonjolí) se puede evitar. Sí, se puede evitar. Una campaña masiva de información y prevención ahorraría miles de historias como las que he escuchado (por no mencionar los miles de pesos, quizás millones, que ahorrarían familias y el sector salud). El reto es enorme, pero ciudadanía y Estado, juntos, pueden trabajar con el único fin de generar conciencia y prevención. Si hay alguien en la Secretaría de Salud que nos escuche (como no lo hizo el Dr. Narro en su momento, incapaz ni de acusar de recibida mi carta), podemos lograr algo.
Antes de pasar a los posibles síntomas y recomendaciones, es muy importante informar que hay una señal de alerta inequívoca de este padecimiento: una roncha en forma de tiro al blanco, (muy parecida al logotipo de la tienda estadounidense Target) el famoso bullseye, eritema migratorio. En ese afortunado caso, no hay duda que se trata de Lyme y se debe comenzar el tratamiento de inmediato. El grave problema es que solo un pequeño porcentaje de las personas que la padecen desarrolla este síntoma (hay quien habla de un 40%, mientras otros especialistas sostienen que no llega ni a un 6%).
Otra cosa que puede ocurrir como señal de presencia de la bacteria de Lyme es si, al tomar Doxiciclina (antibiótico usado para tratar varias infecciones por bacterias), la persona presenta una reacción conocida como Jarish Herxheimer, que es cuando, dentro de las 24 horas posteriores a iniciar esta medicina, se eleva súbitamente la temperatura (39ºC o más) y provoca sudores, temblores y un malestar terrible; paradójicamente, gracias a esta reacción es posible sospechar que la persona puede tener esta enfermedad, ya que solo se produce en Lyme, sífilis o leptospirosis.
Posibles síntomas:
Los primeros síntomas de Lyme suelen aparecer entre tres días y un mes después de la picadura de la garrapata. A pesar de ello, una cosa a la que hay que poner siempre atención es a la temperatura, pues no siempre la intensidad está relacionada con la gravedad de lo que está pasando, aunque es una manera de nuestro cuerpo para decirnos que algo no anda bien (y él sí que no se equivoca). También es pertinente señalar que todos los síntomas varían y pueden aparecer en las distintas etapas de la enfermedad; en nuestro caso solo hubo febrícula leve que iba y venía durante varias semanas acompañada de síntomas vagos.
Síntomas más recurrentes:
• Fatiga que evoluciona
• Dolor o molestia de cabeza, muscular, articular, en espinillas, ingles, baja espalda, cuello
• Ardor en boca del estómago
• Palpitaciones, dolor en tórax o pecho (carditis de Lyme)
• Posible febrícula intermitente
• Ganglios linfáticos inflamados
• Sarpullido en forma de diana o tiro al blanco (en este afortunado caso, no hay duda que se tiene Lyme y hay que iniciar el tratamiento de inmediato)
Si no se detecta la enfermedad en su fase temprana (hasta 2 meses más o menos después de la picadura), ésta suele avanzar y puede tornarse peor durante meses y años, incluso dejar en silla de ruedas al paciente o, en el peor de los escenarios, resultar mortal (aunque esto es raro), si afecta el corazón, en caso de tratarse de cardio Lyme (carditis de Lyme).
Prevención:
Evitar las picaduras de garrapatas es la mejor manera de evitar la enfermedad, por eso, cuando se vaya a un lugar boscoso (sobre todo si hay venados de cola blanca cerca, aunque esto ya no es una sola condición) se deben tomar ciertas precauciones, ya que la mayoría de ellas se suelen prender a la parte inferior de las piernas o pies cuando se camina en las zonas con pastos altos o mucha vegetación, en ocasiones saltan desde las copas de los árboles o arbustos, y buscan un lugar del cuerpo dónde adherirse, por eso es muy importante tomar en cuenta los siguientes consejos:
• Meter el pantalón debajo de los calcetines, para evitar el contacto de la garrapata con la piel.
• Usar camisas de manga larga y ropa clara, así es posible identificarlas con mayor facilidad en caso de que se encuentre sobre la ropa (puntito oscuro sobre un fondo claro).
• Cubrir el cuello con un paliacate y usar gorra o sombrero.
• Usar repelente de garrapatas (debe contener DEET u otra sustancia aprobada para uso humano contra las garrapatas), rociar ropa, zapatos, cabello y piel.
• No usar sandalias o zapatos abiertos.
• Y, lo más importante: bañarse muy bien al regreso de la visita al bosque con un estropajo y en todas las zonas del cuerpo; de ser posible, explorar todo el cuerpo (axilas, atrás de las orejas, cuello, ingles, ombligo, etc.) y cuero cabelludo con un espejo o con la ayuda de alguien, para comprobar que no haya alguna garrapata adherida, ya que la “buena” noticia es que éstas necesitan estar incrustadas por aproximadamente 24 horas, o más, para poder contagiar a la persona (entre más tiempo permanezca en el cuerpo, mayor posibilidad de contraer la enfermedad).
• Revisar bien la ropa que se usó y, de ser posible, meterla en la secadora en lo más caliente por al menos 10 minutos.
• Si se tiene mascota (perro o gato), revisarla a consciencia, pues también pueden contraer la enfermedad.
Si saben de alguien que lleva algún tiempo sintiéndose mal (sobre todo después de haber hecho una excursión o viaje a algún lugar boscoso), no dejen de comentarle que pudiera ser Lyme. Desafortunadamente, al día de hoy el empleo de vacunas no es una alternativa y todo depende principalmente de la prevención y la educación pública sobre las medidas de protección, señales y síntomas de la enfermedad. A falta de una campaña de conscientización pública, hagamos nuestra parte en una campaña de boca en boca y compartiendo experiencias e información.
P.D.1 SIEMPRE agradecidos hasta el infinito y más allá con el Dr. Sarbelio Moreno Espinosa, nuestro entrañable doctor de estetoscopio.
P.D.2 Noticias esperanzadoras: https://news.northwestern.edu/stories/2025/04/taking-the-bite-out-of-lyme-disease/#:~:text=The%20antibiotic%20doxycycline%20is%20the%20current%20gold%20standard%20treatment%20for%20Lyme.
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