Liga del tiempo...

Donald Trump ha presionado desde febrero hasta el mes de julio a la presidenta con A con la espada de los aranceles, para imponer su voluntad y sacar ventaja a su favor, los hechos están a la vista.

En este mismo lapso la presidenta con A, su respuesta va desde un discurso patriotero, hasta apoyarse en el verbo colaborar, para justificar su excelente relación con el vecino del norte.

Sin embargo, en este juego de quedar bien con los gringos y a la vez mantener el aplauso de los morenos, le ha generado un costo de Imagen política a su propia investidura.

Los noventa días de plazo que le concedió Donald Trump los debe aprovechar, más allá del tema comercial y utilizar este paréntesis para limpiar la imagen de su gobierno, de ser un narco-gobierno señalado por los gringos.

La liga del tiempo no la puede estar estirando cada vez que se le venza el plazo impuesto por Trump.

En esta ocasión, no fue casual que la presidenta con A este calculando sus acciones a seguir en función del mes de octubre, cuando su gobierno cumple un año de ejercicio, para asumir decisiones de impacto político.

Mientras tanto hará uso de eventos que centren la atención de sus seguidores, del pueblo sabio y de sus oponentes, como es el caso de la liberación de Israel Vallarta en dos líneas:

La primera, pasarle nuevamente la estafeta discursiva y mediática a Felipe Calderón que es un narco-gobierno, por tener en sus filas a Genaro García Luna, confeso y detenido en los Estados Unidos y, con ello, limpiarse la cara.

Segundo, ensañarse con Carlos Loret, para difamarlo en las redes sociales y en medios convencionales, y echarle responsabilidades legales por el montaje en contra de Israel Vallarta.

Por tanto, estos tres meses de gracia los utilizará, aprovechando el distractor, para medir sus acciones en un tema central para su gobierno:

"Cómo subsistir en el Poder", ante el deterioro de la vida pública de la 4t y de su partido Morena.

Ese es el reto.

Qué hacer ante personajes que se empeñan en patear el bote de la soberbia, del cinismo y de la hipocresía como estilo del ejercicio del poder.

Cuando los llamados a misa se han quedado en proclamas, y

Qué hacer con los personajes vinculados al crimen organizado que han dado lugar a que al mexicano se le nombre narco-gobierno y sea motivo de desconfianza ante sus vecinos del norte.

Ante esa realidad evidente la presidenta con A tiene dos caminos:

La primera, seguir estirando la liga del tiempo, hasta dónde se pueda, frente a Donald Trump y asumir los costos comerciales en perjuicio del país, y

La segunda, apoyarse en el libro de la historia gubernamental, es decir, el segundo año es para deshacer de sus lastres heredados por su jefe.

En esta perspectiva:

Unos podrán visitar Las Vegas, otros, se irán a pasear con sus familias, y a los que no entienden que no entienden, se les amagará con expedientes donde tendrán por opción: la cárcel o el botín.

El darse este escenario tan esperado por Donald Trump provocará en él que se convierta en un caballero frente a la presidenta con A, al regalarle un ramo de flores por esa actitud de valentía.

Nuevamente la presidenta con A se enfrenta a su propia circunstancia, actuar como estadista, o como capitán de un cártel llamado Morena.

Al tiempo.

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