El significado de una extraña propuesta

No han faltado los ingenuos y los bien pensados que atribuyeron el pronunciamiento de AMLO por una alianza para el progreso con EU, a una expresión neblinosa de su añoranza por el pasado o a una ocurrencia sin más. Pero el lance, incomprensible a primera vista, encuentra sentido y explicación si se le mira a la luz de los tiempos que corren.

Si la fracasada Alianza para el Progreso de los años sesenta fue la estrategia de Estados Unidos para atajar el vibrante ejemplo de la revolución cubana, poco más de cincuenta años después, la alianza que con ese mismo nombre propuso López Obrador a Donald Trump (¿a qué otro destinatario podría dirigirla si no a Trump?) tiene por objeto ofrecer sus servicios a la gran potencia que golpe a golpe contra las democracias nacionales, viene revirtiendo los avances del proceso de unidad latinoamericana despertado a raíz de la caída de las dictaduras instaladas por el imperialismo y por la subsecuente democratización de todos los estados latinoamericanos protagonizada por la irrupción liberadora de los pueblos.

La nueva alianza por el progreso fue presentada en sociedad con todas sus letras durante el segundo debate presidencial. Pero la versión actualizada del viejo esquema de ayuda a cambio de sometimiento, se origina ya no en el que busca reforzar su dominación sino en el que se quiere sometido. Y se inscribe en el contexto de la contraofensiva general del imperialismo por la que está restaurando su predominio, no sin la resistencia de los pueblos, en Argentina, Brasil, Colombia, Paraguay, Honduras, Ecuador, Chile. Pero que no ha podido vencer a la revolución bolivariana de Venezuela, ni a Bolivia y se desarrolla violenta contra la Nicaragua sandinista.

La propuesta de AMLO, lejos de ser una ocurrencia, ha sido preparada en paralelo a la escalada antipopular en el continente. Primero fue anunciada tiempo atrás como "Alianza para el Desarrollo" y la ofrecía a cambio de regular la migración hacia los Estados Unidos, "con más ayuda para carreteras,etc, disminuirá la migración de mexicanos hacia EU", dijo. Y más recientemente López la disfrazó de "cooperación para el desarrollo", principio general de política exterior que debe regir las relaciones entre los estados, pero que se usó como paracaídas de la obscena propuesta que en el debate lanzó AMLO.

Porque ha sido el propio AMLO quien en innumerables ocasiones ha subrayado que él no tiene nada que ver con los movimientos de inspiración bolivariana, socialista y antiimperialista, Por el contrario, su liderazgo se sirve de los recursos ideológicos del populismo de derecha que culpa a la corrupción de todos los males sociales con lo que justifica el intervencionismo norteamericano, como claramente lo dijo en el debate.

Ante tal escenario, México debe proseguir por el camino de las reformas progresistas y de la unidad nacional y en esa perspectiva, José Antonio Meade es quien ofrece esa posibilidad.

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