Comprención y arraigo
PALABRAS DE LUIS FARÍAS MACKEY EN LA PRESENTACIÓN DE SU LIBRO “¿CÓMO LLEGAMOS AQUÍ?” EN EL CONGRESO DE ESTADO, EN MONTERREY, NUEVO LEÓN, EL DÍA 24 DE OCTUBRE DE 2025.
Arendt decía: “lo que quiero es comprender”. Comprender, agregaba, “mi vida, mi obra”.
En sus esfuerzos por comprender topó con dos conceptos que, diversos, hermanó indisolublemente: profundidad y arraigo.
Ella, una desarraigada de su natal Alemania por el nazismo habló en su conferencia “Nosotros los refugiados” de esos “errantes desesperados” que, a diferencia de Odiseo, no saben ya quiénes son. Por ello urgía de comprender su vida y obra.
De Bernard Lazare tomó el concepto “parias conscientes”, conscientes de que a todos los parias y a los advenedizos la historia les ha puesto el estatuto de proscritos.
Desarraigada y proscrita, a Arendt sólo se le permitió comprender.
Y en carne propia comprendió que en el desarraigo se pierden las dimensiones de profundidad y de grandeza, que se perteneces recíprocamente, porque en su fronda la grandeza irradia la profundidad de su raigambre: toda grandeza está radicada en lo profundo.
La profundidad es la dimensión propia de la raíz y de la identidad; tanto como de la superficialidad, en su anchura, lo es el des-arraigo, la des-rraigambre.
Y la profundidad es también la dimensión de la comprensión, comprender engendra profundidad, enraíza, alimenta y sostiene; políticamente es encontrar patria, saberse en el mundo, hallar hogar. Odiseo tenía a Ítaca y a Penélope por norte, pero también a Laertes, su padre, y a Telémaco, su hijo, como raíz y fronda; sabía bien quién era y a dónde iba, dónde estaban sus raíces y dónde sus restos se harían raíz. Nunca fue un desarraigado.
El desarraigo impide la profundidad y nos condena a lo epitelial, imposibilita la comprensión y la oportunidad de reconciliarnos con nosotros mismos y con el mundo, nos condena a una anchura muda e impenetrable. En el desarraigo la profundidad es abismo, vaciedad.
“¿Cómo llegamos aquí?” pretende ser un ejercicio de comprensión, una búsqueda de raigambre, una huida de lo superficial, una necesidad de patria y de hogar.
Porque hemos acomodado nuestras raíces a contentillo del poder, amputado pasados, travestido ayeres, prometido no olvidar sin saber qué memorar. Somos unos desarraigados en patria propia, desesperados errantes en una Odisea sin Ítaca y sin identidad radical.
Necesitamos arraigo y cobijo, ponernos en paz con nosotros mismos, con nuestro pasado… necesitamos comprendernos.
Uranga dice que cada presente interroga con nuevas preguntas al pasado, y que la verdad y lección del ayer no son una ni siempre las mismas; no abdiquemos de nuestra oportunidad de cuestionar al pasado con lo importante y útil para hoy.
No hagamos del pasado momia… tampoco fetiche político.
Seamos respetuosos de su sabiduría y de su savia.
Sólo comprendiéndolo podremos comprendernos y resignificarnos en un nuevo comienzo.
#LFMOpinion
#Parreshia
#Comprener