PARRESHÍA

Noroñadas

Noroñadas

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La política exterior mexicana debiera manejarse por el Ejecutivo Federal y no quedar a expensas de las ocurrencias de un loquito.

En las relaciones internacionales y más aún en zona de conflicto, las invitaciones no son gratuitas, más si el viaje todo lo paga quien invita. Por otro lado, la política exterior mexicana (es un decir) debiera manejarse por el Ejecutivo Federal y no quedar a expensas de las ocurrencias de un loquito como Noroña. De la Fuente, si aparece, debiera retirarle su pasaporte y exigirle respete a la Cancillería; el Senado por su lado debiera revocar su licencia. Finalmente la Fiscalía abrirle una carpeta de investigación por el delito de usurpación de funciones, habida cuenta que la invitación es para quien presida el Senado, no a él.

Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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