SUSTENTABILIDAD INDIVIDUAL

CIENCIA Y SUSTENTABILIDAD INDIVIDUAL. Parte I.

CIENCIA Y SUSTENTABILIDAD INDIVIDUAL. Parte I.

Paradójico sobra siendo que en la medida en que ha avanzado la ciencia, y así la tecnología, somos menos sustentables en lo individual; y también en sociedad y a nivel global. De hecho, si asociamos los niveles de industrialización al avance científico, si atribuimos las cuatro generaciones de la "revolución industrial" al desempeño de la ciencia, podríamos coincidir en la relación vinculante que ha persistido en cada momento.

Para algunos, la ciencia es el transformador de la vida y de la raza humana, el generador de la modernidad y la causante de las más grandes amenazas mundiales – como el Cambio Climático. Pero no es así, en el último caso, puesto que la ciencia no es culpable de lo que nos aqueja, sino que es precursora de lo bueno, lo correcto, de lo objetivo. Los resultados opuestos son producto del uso que el hombre ha dado a la ciencia. Y nada más. Luego entonces, "la ciencia no tiene la filosofía que merece."

Dijo Heidegger que "la ciencia no piensa." Pero pensamos nosotros, y nosotros la generamos, la hacemos crecer. Y la aplicamos.

No obstante, la Sustentabilidad Individual no requirió de la ciencia para existir. En tiempos antiguos la vida era más sencilla, inmediata, era el presente. No había sedentarismo como lo conocemos – ser sedentario era dejar de ser nómada, pero no implicaba fodonguez. Las familias, los padres, madres, hijos, todos, contribuían con su fuerza de trabajo a sembrar el sustento, a cosecharlo, a venderlo cuando registraban excedentes. Incluso hasta para traer agua al hogar. No había nutriólogos, pero se comía bien; no había entrenadores, pero todos se ejercitaban, hasta al desplazarse de un lugar al otro; no había hospitales, pero la diabetes y el cáncer no eran un problema de salud pública. Se era natural, sano, activo, no contaminante, se era sustentable.

Hoy ante la modernidad, empero, para volver a la Sustentabilidad Individual debemos recurrir a la ciencia, sin menoscabo de los beneficios y comodidades que la propia ciencia nos ha aportado. La vía es: las ciencias aplicadas, que no es otra cosa que aplicar el conocimiento proveniente de las ciencias diversas a temas muy concretos, en nuestro caso de estudio, a la Sustentabilidad Individual.

Pero, ¿qué es la ciencia? Considero que un proceso racional que busca identificar, explorar, analizar y relacionar hechos físicos, químicos, de vida y sociales, decantando las causas de los problemas y sus efectos, mediante la aplicación de la investigación y el método científico, para comprobar, modificar o rechazar una hipótesis específica asociada a un objeto del conocimiento o para el conocimiento, con la finalidad de establecer teoría y enriquecer el conocimiento mismo.

De esta forma la ciencia nace y se engrandece. Y a ello podemos contribuir todos. La ciencia avanza pues, como lo decía Gastón Bachelard mediante la "ruptura epistemológica."

El término ciencia viene del latín "scientia," que viene de "scire" que significa "conocer." Quizá nace cuando el ser humano se pregunta sobre el sol, la luna, los astros y estrellas, tratando de comprender el universo y su existencia misma; quizá ante algunos fenómenos encuentra la ciencia para su mejor comprensión, o la religión cuando no la comprende, o incluso la filosofía para plasmarle sentido a la vida. Y así, va estableciendo historia, para plantar nuevos puntos de partida, más elevados en conocimiento y probablemente avanzados en desarrollo humano – cuando menos en la mayoría de los casos.

Curioso es pues que en las crónicas históricas se considere que, la ciencia, nace en Grecia probablemente 600 años A.C. Cuando se practicó desde las primeras civilizaciones. Fueron de hecho las primeras grandes ciudades las que debieron haber recurrido a la ciencia para erigir sus monumentales edificaciones: pero simplemente, no sabían que hacían ciencia y que de ella fijaban tecnología. En caso contrario no se habrían propagado ciertos métodos constructivos por regiones; y lo mismo para los tratamientos fisiológicos que desde la antigüedad se vienen realizando con la herbolaria y fitoterapia.

Las ciencias pueden ser formales o empíricas. Las formales son las matemáticas y la lógica; las empíricas son las naturales y sociales. Ciencias Naturales como la física, química, biología, astronomía, paleontología, geología; y las Ciencias Sociales como la antropología, economía, sociología, lingüística, semiología, psicología, arqueología, demografía, historia, ecología, geografía, pedagogía.

Aunque también se pueden clasificar en Ciencias Básicas o Puras como las matemáticas, la física, la química, la biología; o en Ciencias Aplicadas como la medicina, las ingenierías y muchas más que para efectos de nuestro tema de Sustentabilidad Individual serán a las que debamos recurrir.

Toda clasificación puede provocar polémica, así como la mera intención de calificar a una o varias disciplinas como ciencia. En este sentido, algunos académicos consideran que materias como la economía no son una ciencia pues nunca llegan a ser objetivas: y eso podría aducirse de casi todas las ciencias sociales. Pero de nuevo, para efectos de nuestro estudio y tema, esas discusiones son irrelevantes.

Lo que no es irrelevante, en cambio, es la determinación de asentar que la ciencia y su modalidad de ciencias aplicadas, deben tener como antecedente la verificación del método científico, es decir, investigación y desarrollo: los proyectos de desarrollo.

De lo antes explayado, cabe destacar, que todos los seres humanos nos encontramos íntimamente ligados a la ciencia, que somos parte de ella, que así la debemos asumir y por lo tanto aprovechar. Que debemos contribuir a la ciencia, mediante su práctica, entendimiento y utilización; cuando menos en su reconocimiento y necesidad de recurrir a ella, cuando se trate de atender a los problemas cotidianos, para alejarnos, en la medida de lo posible, de la simplicidad e ignorancia.

En nuestro caso, para remitirnos y regresar a la vida con Sustentabilidad Individual. Y para entenderla, así como a la ciencia: lo primero por tener es una mente sedienta de conocimiento y abierta al pensamiento.

"Toda la ciencia no es más que un refinamiento del pensamiento cotidiano."

- Albert Einstein -



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Hugo Rodriguez B.

Hugo Rodriguez B.

Nací en Tlalpan, Distrito Federal y cursé tres licenciaturas: en Comunicación, en Derecho y en Economía. La Maestría en Administración y el Doctorado en Ciencias. Adicional a mis actividades académicas, destaqué en los ámbitos deportivo y profesional. Deportivamente, ascendí en dos ocasiones al Monte Everest y soy el único ser humano que sobrevivió una noche en las inmediaciones de la cumbre sin oxígeno, tienda de campaña ni sleeping bag, situación de sobrevivencia que me fortaleció en disciplina y determinación para lograr todo lo que me he propuesto en la vida. Adicionalmente crucé a nado en dos ocasiones el Canal de la Mancha. Además tengo el récord mundial de larga distancia en nado de mariposa de 70 kilómetros de Cozumel a Cancún. Fui galardonado con el Premio Nacional del Deporte en 1986 y el Deportista del Siglo en el año 2000 (con 55 deportistas más de diversas disciplinas). He sido considerado como uno de los deportistas de extremo y alta resistencia más destacados del mundo.

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