POLÍTICA

¡Emilio, se te quemaron los frijoles!

¡Emilio, se te quemaron los frijoles!

Foto Copyright: lfmopinion.com

"Ese orgullo insolente o seguridad que antecede la Némesis"

Juan Linz escribió "El factor tiempo en un cambio de régimen", texto recuperado y publicado en México por el Instituto de Estudios para la Transición Democrática (1994).

Linz aborda el tema bajo los criterios de una transición, lo cual no es óbice para recuperar sus asertos acerca del tiempo en tanto variable en la acción política.

Pero el tiempo para Linz no es exclusivamente una variable en juego, sino –y principalmente- un recurso escaso y no renovable que debe estar presente en todo cálculo político.

Esperar de los funcionarios de este gobierno y los Senadores del PRI hayan leído a Linz es un absurdo que no requiere prueba. Ello explica la crisis en que se obstinan en quedar sepultados.

Para Linz la acción política puede ser prematura, tempestiva, diferida, de última hora o superada por los acontecimientos.

Una acción diferida es aquella "que se hubiese podido realizar en una situación anterior y cuya postergación implica una pérdida de tiempo sin beneficio aparente (…) El tiempo, en la política como en la vida, es un recurso, por lo tanto una pérdida de tiempo o incluso solo el miedo a malgastarlo, pueden actuar negativamente en la estabilidad de un régimen, en las transformaciones oportunas en su interior que, si se hubieran llevado a cabo en su momento, hubieran podido facilitar el proceso."

Y apostrofa Linz: "A menudo el desacuerdo entre el gobierno y la oposición no se vierte sobre las metas que el Estado debe proponerse, sino en la elección de los tiempos y en los plazos autoimpuestos. Por ende, el tiempo que transcurre entre la determinación de los objetivos y su realización efectiva se convierte en un elemento de fundamental importancia para mantener las bases de consenso."

Y concluye Linz, las decisiones superadas por los acontecimientos son "las decisiones tomadas en el último momento, justo antes del epílogo que marca la caída del régimen. Pese a la incapacidad de tomar seriamente en consideración las abundantes señales de aproximación de una crisis final, pese a la indecisión aún una hora antes del desastre, pese a la sensación de gran seguridad que a veces muestran durante las situaciones más terribles –‘ese orgullo insolente o seguridad que antecede la Némesis’-, los gobernantes llevan a cabo en el último momento un intento de hacer frente a la crisis."

Peña y su operador en el Senado malgastaron inútilmente el tiempo y los consensos.

Ya no es cuestión de si pueden o no imponer a Cervantes en la Fiscalía General, es que todo lo que intenten ha sido ya condenado al fracaso y con impagables costos políticos.

Así entreguen la Fiscalía al peor de sus enemigos, o, incluso, al mejor hombre posible para el cargo, nadie se los va a reconocer, menos a agradecer.

La oportunidad política se pudrió; el tiempo, en términos yucatecos, se gastó; el problema floreció en crisis.

¡Pero qué necesidad!

Qué necedad.

Qué impericia.

#LFMOpinión
#Política
#JuanLinz


Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

Sigueme en: