LETRAS

Educación para el empleo

Educación para el empleo

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Pues nada, que uno cree estar descubriendo las Indias mientras la globalización se nos adelanta desde en denantes.

Pues nada, que uno cree estar descubriendo las Indias mientras la globalización se nos adelanta desde en denantes. Se acuerdan de la cacatúa con pelos de elote de quien les hablé la semana pasada, pues vengo a caer en razón que su soberbia e ignorancia son virales, pues resulta que Simon Marginson, Director del Centro Internacional de Investigación de la Facultad de Educación de la Universidad de Monash, Australia, vino a México para decirnos que la "educación para el empleo" no es más que "una receta para producir animales que puedan hacer cosas, y no para formar seres humanos", es decir, que es una educación para desarrollar "habilidades concretas" demandadas por el mercado de trabajo, no por las necesidades materiales y espirituales de los humanos.

Recapitulemos: la semana pasada les conté de la reunión del Patronato de la Universidad de Texas y el paradigma de los señores del dinero sobre "producir" profesionistas y/o técnicos que satisfagan la demanda de empleo de sus empresas.

Pues bien, ahora resulta que dicho paradigma es el que pretende imponer el gobierno de Fox (es de notarse que el Gobierno ya no es de la República o de México, es, según la publicidad gubernamental, de "Fox" ergo de Marta) en las secundarias mexicanas, "en lugar de promover, cito a Marginson, el pensamiento crítico, la creatividad y la formación humanista de carácter amplio con ideas que representan retos intelectuales".

Si bien se ve, de lo que estamos hablando es de la producción industrial de trabajadores por demanda, cual piezas intercambiables para la maquinaria productiva: "En esta línea pueden ustedes observar la producción de electricistas, en la siguiente de ingenieros en sistemas.

En los galerones del fondo se producen soldadores y contadores. La producción de filósofos se descontinuó hace dos décadas por falta de demanda". Pero oigamos a Marginson: "en la enseñanza para el empleo no quedan vestigios de currículos liberales, humanistas. Ahora éstos se integran por pedazos de información en función de necesidades y de una visión basada en habilidades específicas para la operación instrumental del trabajo, pero no para la reflexión; (los alumnos) de ninguna manera son estimulados para cuestionar o para pensar críticamente sobre estas ideas rígidas de lo que es el mercado, del papel de cada uno en el mundo mercantil, en el trabajo o en las relaciones laborales". Una Universidad reducida a estos parámetros deja de ser un agente de cambio y de transformación social; lo cual es seguramente lo que se busca, es decir, formar sujetos económicos, no sujetos capaces de reflexionar sobre sí mismos y autotransformarse y transformar el mundo. Insumos para la producción, no seres humanos.

Si en eso devendrá nuestra educación pública la muerte de los millones de mexicanos de nuestra Revolución (movimiento social de principios del siglo pasado) habrá sido en vano. En contrapartida, leo un ciclo de conferencias de Bhagavan Sri Sathya Sai Baba en la Universidad de Brindavan, Bangalor en la India. Para ubicar al personaje basta señalar que a su amparo se han fundado escuelas que van desde elementales hasta doctorados y hospitales de primer mundo totalmente gratuitos. Ello no tendría gracias de no ser porque el señor no tiene dónde caerse muerto y sus instituciones no gozan de subsidio público. Pero eso es lo de menos, lo importante es lo que se enseña en su Universidad: "En cierta forma, dice Sai Baba, han devaluado a tal grado la humanidad, que la actual generación es incapaz de reconocer su naturaleza divina. Habiéndose hecho esclava de la modernidad, la gente muestra total desprecio a la verdad y la rectitud e ignora la antigua cultura y tradiciones, creyendo ingenuamente que el desarrollo material es el bien máximo de la vida". La gente no se vuelve sabia sólo con la educación. Consideran a ésta como un medio para ganarse la vida y no de aprender el arte de vivir. "Hoy en día, señala el autor, se hacen muchos esfuerzos para cambiar al mundo sin intentar transformar al individuo.

El mundo sólo es una conglomeración de individuos; la transformación individual es la base del cambio del mundo. Individuos buenos forjan un mundo bueno. "Más cuando los individuos han dejado de ser para convertirse en piezas más en la maquinaria productiva la vida y el universo pierden su razón de ser.

PS.- "¿Soy alguien yo? -dice en su espíritu el hombre.- ¿Soy éste que soy? -dice en medio de la tierra.-" Chilan Balam. Libro VIII.

Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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