Fortalezas y debilidades
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La capacidad camaleónica de la profesora Gordillo es infinita y le ha permitido construir un personal emporio sindical, político y económico.
¿Quién no la recuerda en el Grupo San Ángel, del brazo con Castañeda, Sodi y Aguilar Zinzer, con el buche tan pletórico de reclamos democráticos como alejados de los hechos que la definen?
En el PRI aún no se secaban las lágrimas que regó por la derrota del 2000, cuando, en lo oscurito, negociaba con el PAN dependencias públicas que le serían escrituradas a su persona y que hoy el Estado mexicano, con la política educativa por delante, pretende recuperar para la Nación.
Ya no hablemos de lo meloso de su apostolado docente y lo abnegado de su "sacrificio" por la excelencia educativa.
Capacidad camaleónica y poder fáctico le han permitido construir un feudo amurallado y estructurar un ejército de lealtades interesadas con divisiones acorazadas de mercenarios electorales.
Pero no hay murallas que contengan la marea, ni ejércitos que puedan contra la verdad.
La Maestra ha hablado y nos repite su destemplado y falaz discurso: No al atropello del mínimo derecho de los profesores; no al menor de los agravio en su contra. De acuerdo Doña Gordillo, pero nadie agravia a los profesores al exigirles que sepan lo que enseñan. El maestro tiene derecho a un estipendio y prestaciones por su trabajo, pero a México le asiste el derecho a una educación de calidad; que paga y no recibe. Parafraseándola: no al mínimo atropello a la educación de los mexicanos.
No nos equivoquemos, la educación es mucho más que la relación laboral entre el Estado y los maestros. Si queremos una educación de calidad, tenemos que contar con maestros de calidad y la calidad es producto del esfuerzo, la constancia y la excelencia, no de conquistas sindicales, plazas heredadas, chantajes e imposiciones violentas. La calidad educativa no puede ser producto de Congresos gremiales, sino del desempeño individual de cada maestro.
Dice la Maestra que ninguna reforma tendrá éxito sin la voluntad de los maestros. Nuevamente le asiste la razón. El problema es que nadie, empezando por ella, sabe quién es realmente maestro en el sentido lato de la palabra y, por ende, está capacitado para educar a nuestros hijos, y quién es un acaparador de nóminas y comisiones sindicales. Por supuesto que los verdaderos maestros, los del salón de clases, son el eje central de toda reforma educativa; pero hay primero que saber quién lo es y quién solo vive de ello sin serlo. De estos últimos ninguna reforma educativa puede esperar nada.
Continúa la Maestra con que está por la excelencia educativa, pero en contra de la privatización de la educación. Los estándares de excelencia educativa de la Maestra los conocemos de sobra por sufrirlos en carne propia varias generaciones de mexicanos. De igual forma, llevamos décadas oyéndola discursar sobre democracia, sin que el magisterio, que padece su liderazgo, goce de los frutos de sus disertaciones.
Contra la privatización de la educación la acompañamos sin dobleces, pero omite reconocer que la política educativa fue privatizada y puesta en manos de su sindicato. La reforma busca que el Estado recupere lo que jamás debió ceder y se encuentra hoy en poder de la Maestra.
Dice Doña Elba Esther que a los maestros no se les amenaza, se les exhorta y estimula. Nuevamente tiene razón, pero aquí las únicas amenazas son las de ella. El Estado no ha amenazado a nadie. Que haya quienes sientan amenazados sus feudos e intereses porque el Estado recupere para sí el control de la política educativa, responde a que se ponen el saco y la lumbre les llega a los aparejos.
Finalmente la Maestra nos enseña que evaluar no es calificar ¡Vive Dios! Evaluar, dice, es evaluar; es únicamente medir fortalezas y debilidades. Haberlo dicho antes y nos hubiéramos ahorrado varias generaciones de mexicanos en la ignorancia.
Atento a su dicho Maestra, la sociedad ya la evaluó y en materia de educación y rendimientos educativos no le encuentra más que debilidades. Sus fortalezas, y pronto las habremos de sufrir, radican en una infinita capacidad financiera, retorcidos contubernios políticos y antidemocráticos controles sindicales.
En otras palabras, tiene todo para descarrilar la reforma educativa, nada para apoyarla, menos para mejorarla.
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