Una cita de amor

Se descubrieron ambos entre el barullo de la ciudad. Entre reuniones burocráticas y responsabilidades oficiales.

Hijo del Zebedeo y de Salomé, a su vez hermana de María, hermano mayor de Juan y, por tanto, primo de Jesús.

Santiago Apóstol decidió acompañarlo y después del impacto de SU crucifixión se dedicó a predicar la nueva fe. Tal es su influencia que hoy como ayer, muchos peregrinos hacen el Camino a Santiago de Compostela.

Para completar la ruta podrán elegir varias opciones, unas más fatigosas que otras, dependiendo del saco que carguen, expiaciones y eliminación de culpas, reconocimiento por favores, bendiciones y reconciliación para eliminar los efectos del pecado. De los abusos, latrocinios y demás.

Ellos, en tanto, se descubrieron y se enamoraron. El festejo tuvo lugar en una admirable casona antigua, en honor de su amorosa madre. Todo tiene significado, se dijo, mientras besaba en público a la novia, que tampoco canta malas rancheras, aunque consejera de un desprestigiado instituto, siempre conservó su lealtad y acrecentó a diario su compromiso, aunque se sabe que en algún tiempo fuera esposa de panista.

Se trató de un festejo privado, con alrededor de 300 invitados, cada uno pagó su hospedaje, su transporte y regalos. Bueno, casi todos…

La idea era, por su naturaleza, su función y fama, hacerlo con discreción, hecho muy difícil en tiempos de redes y chismes de revistas modernizadas del corazón y Latinus al acecho.

El Diablo nunca está invitado, pero aparece cuando menos se le espera, a pesar de jaculatorias y más rezos. A pesar de buenas intenciones y promesas.

En efecto, una bella secretaria de Cultura de la ciudad capital, imbuida también de amor con quien organizó por asignación directa un desfile calavéricodel otro Gran Premio; en lugar de estar en su lugar y quedarse en su casa u oficina, decidió aceptar la invitación para viajar en el avión privado del dueño del periódico mundial, que además, según dicen las crónicas, ni siquiera era invitado, pero ya se sabe, son muy metiches los dueños del poder.

Así que despegaron con buen sol y a mediodía en un viaje de apenas unas horas, con comodidad privada ajeno a la vista del resto de los mortales, de los trámites engorrosos de Volaris y Aeromexico, por ejemplo. En un viaje agradable y nada comparable al fatigoso Camino de Compostela.

El hombre es fuego, la mujer estopa, llega el Diablo y sopla. Al llegar a su destino, no declararon 35 mil dólares o más y las autoridades vecinas descubrieron el pastel.

Dijeron que era para pagar los médicos, medicinas, tratamientos y demás del dueño universal con poder que sería atendido de sus cuitas disfrazadas en la ciudad de Los Ángeles.

Nunca hagas nada bueno que parezca malo. Sobretodo en tiempos puritanos.

Antes, a las acusadas se les sometía al potro, a la rueda, se les arrancaban las uñas. Hoy las hacen renunciar.

Tanto amor planeado y tan amarga la medicina. Mientras el piloto que verdaderamente comanda el lujoso jet privado se carcajea por el cuatro.

¿Habrá sido el susodicho novio organizador de desfiles también cómplice del desaguisado?

En comparación, en pleno siglo XXI en la montaña de Guerrero, en Oaxaca y en otras partes del país, se siguen vendiendo a las niñas por una botella de mezcal. Ave María Purísima. Hay diferencias aún.

En la antigua casona, los dos ya mayorcitos, juraron su amor eterno hasta el final, pasare lo que pasare. Todos aplaudieron contentos, resguardados. Copa en mano brindamos por su felicidad. Unos de cerca y otros de lejos.

En la rueda de la fortuna, nadie oyó a las brujas agoreras, las que, en otro tiempo, advirtieron a Macbeth.

Nadie intuyó lo que después pasó, a pesar de que parecía cantado, parte de un guion conocido. Ejecutado al dedillo.

Los novios bailaron, se divirtieron en los cuernos de la Luna. En la madrugada se abrazaron sobre pétalos de rosas, de común acuerdo decidieron amarse para siempre.

Mientras tanto el Diablo actúa, tienta, hace de las suyas y nunca duerme.

El todo poderoso del jet privado, que dicen no haber sido invitado, empacó sus achaques y se rio por lo bajo. Le pegó, como a diario, a esta línea nueva de flotación amorosa de la Cuarta Transformación. Otros dicen que es tal su influencia que sí fue al festejo y que olvidó los 35 mil incautados del águila calva, puesto qué más da, es sólo otra rueda del molino.

Una renunciada más y se perdió otra buena oportunidad de cuando menos adornar la cultura citadina.

En tanto, el escándalo subió de tono y afectó al novio. Como todavía hay caballerosidad no se involucró a la novia, que parece ser, es la verdadera amiga.

Subió como leche hervida en el cazo y nadie le pudo soplar.

Promovido, auspiciado, Santiago renunció a su encargo, que tan buena opinión sumó. Interrumpió la luna de miel y se despidió de su equipo.

Parece otra lastimosa decisión por el buen trabajo ejecutado. Sin embargo, que nadie se llame involuntariamente a engaño. La 4T tiene normas y políticas más allá de los abrazos. Primero la austeridad, aunque no guste a todos. Y, en efecto, aunque sea en mucho teatral, ya se ha llevado a varios.

Renunció y el famoso pejePresidente de inmediato nombró a otro, ahora va Pablo Gómez que los puso a temblar, tiene fama de serio, de dogmático e inflexible.

Es perfecto para el cargo, haber si también mueve a la quelónica Fiscalía que se aburre en las tardes, mientras se pudren sus familiares en la cárcel.

¡Cosas veredes mío Cid! Como en el juego infantil, unos se van a descansar, ‘time out’ y otros que llegan prenden alarmas entre los contrarios. Su sola presencia los asusta. El tiempo no está para bollos.

Espero que pronto el recién casado, paradójicamente rescindido, encuentre otra oportunidad digna en la transformación, que requiere sumar y no restar.

Mientras tanto, a pesar de todo, ¡ que viva el amor!


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