Nada está definido

Diez días antes de la elección Trump estaba perdido y el Brexit era impensable a una semana de las urnas.

Por igual, hace una semana y media la mafia del poder estaba muy nerviosa, en Mantra del propio López Obrador, pero hoy el Mesías llora porque es objeto de guerra sucia. Y qué si no es guerra sucia lo del avión presidencial que no tiene ni Obama, las pensiones de los expresidentes sumadas todas para presentarse como si el total fuese de cada uno de ellos, las acusaciones de masacres por parte de marinos y el cobarde montaje de que fue el Ejército quien desapareció a los 43 normalistas para tapar y negar la relación con Abarca y sus nexos con el narcotráfico.

La verdad es que nada está definido, las campañas son carreras de obstáculos, golpes y patadas.

Las gana el que menos errores cometa y la experiencia que le permite a Andrés Manuel moverse como pez en el agua en la plaza pública, acredita también que en errores ha sido siempre puntero.


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