LO DE HOY
La maldición de ser, otra vez, un chairo engañado
Ya no más.
Carlos González Blanco
Colaborador invitado
Imposible seguir creyendo en un traicionero corrupto como el Peje que notoriamente es peor que los políticos que nos han lastimado siempre.
Es igual de ladrón, pero lo que agravia es que sea cínico se burle y trate a la gente como tarada.
Nadie le perdonará engañar al pueblo con encendidos discursos de austeridad desde un Palacio y combatir a la corrupción, pero dando contratos de Pemex a gringos cambio de que le den una mujer presentable a su hijo haragán y viva a expensas de eso en una casa con cine, alberca y jardines.
La hipocresía lo evidencia como un tipo nefasto.
Los mexicanos tenemos una sensibilidad especial sobre estos temas.
Salinas, tenía los más altos niveles de aprobación popular, todo se le derrumbó con los abusos de su hermano incómodo.
Mucho más que con el homicidio de Colosio y la aparición del EZLN.
Fox llegó al poder con un bono social inconmensurable, le creímos, le toleramos tonteras, él tenía su chairiza panista y femenina, pero perdió nuestra confianza cuando supimos los abusos de los hijos de Martha a costa del gobierno encubiertos por Fox.
Peña arribó al poder con una credibilidad enorme por ser una figura de marketing, cumplir lo que comprometió ante notario, ofreció ser la nueva generación de políticos que necesitábamos, una esposa hermosa y una presencia que le hacía parecer buen chico.
Le toleramos que fuera ignorante, un hombre hueco, artificial y arrogante; ni siquiera fue relevante la gigantesca corrupción perpetrada con Videgaray en contratos, ni la institucionalización de los moches, ni la corrupción que propició en todos los estados.
Empero, la catástrofe de credibilidad le sobrevino, fue odiado y perdió el apoyo del pueblo cuando supimos de la casa blanca a nombre de su Gaviota.
El costo del negocio de la casa blanca era nada comparado con los costos de la corrupción generalizada que generó en todo el país, pero al pueblo le dolió más la burla de la mansión.
En el caso del Peje, los chairos le han tolerado sus aberraciones, como los ecocidios en el sureste, la destrucción del proyecto del aeropuerto y locuras como la refinería inviable en su pueblo; al fin que casi nadie puede imaginar la inmensidad que significa en dinero.
Hasta le pueden perdonar el homicidio generalizado por la culpa implícita en el manejo de temas sanitarios.
Ser narcodelincuente, mediocre e incoherente cuando habla.
Pero el cinismo de decirse honrado y ser exhibido como corrupto beneficiando a su hijo holgazán, lo desnuda como un farsante.
México no se lo perdonará.
Ningún chairo, por obnubilado que esté con el Peje, podría se tan estúpido para defender al corrupto del Peje
Ya no más.
Ya no es posible tolerar que les sigan viendo la cara otra vez, como los políticos de siempre.
Es incompatible con la dignidad.
Lástima.
De ser el más emblemático luchador social, se convirtió en el más patético presidente.
El cariño a nuestro México nos obliga a exigir gobernantes éticos.
carblanc@yahoo.com
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