PARRESHÍA

Presentación El FONDEN Electoral

Presentación El FONDEN Electoral

Foto Copyright: lfmopinion.com

Deshumanizado y criminal desprecio al mexicano

Agradezco cumplidamente su presencia. Lo que tenía que decir está en el libro. Les ahorro, pues, el suplicio de repeticiones. Hoy en la mañana, sin embargo, Ricardo Rocha me preguntaba cuál era mi conclusión sobre el libro y confieso que la pregunta me ha atormentado a lo largo de todo el día.

Mi conclusión no podría ser más aflictiva: el mal uso del FONDEN, sea por malversación de fondos, por utilización electorera o cualesquiera otro ajeno al fin al que se halla afecto, no es otra cosa que un deshumanizado y criminal desprecio al mexicano. Y no a cualquier mexicano, sino al que por motivo de un desastre natural se halla en condiciones reales de muerte.

La situación no puede ser más inmisericorde: en vez de solidarizarnos y responder con verdadera compasión humana al daño físico, psíquico, económico, moral y social del damnificado, aprovechamos su tribulación en beneficio propio.

La circunstancia que hoy aquí ventilamos es sobre un programa y recursos públicos, pero bien puede aplicarse a cualquier otro ámbito del acontecer cotidiano: la utilización del desastre como oportunidad para restañar popularidades políticas, para mancillar al adversario, para apuntalar al adepto, para hacer un uso patrimonialista de la ayuda, para alarmar a la sociedad, para incrementar el raiting, para vender filantropía barata, para hacerse publicidad, para salir en la foto, para ganar la exclusiva, o el contrato, o una placa de reconocimiento; para demandar lo imposible con miras a minar la solidez de instituciones.

La lista puede seguir, que ejemplos sobran. Hoy mismo, si no estamos consciente de ello, pudiésemos caer en una utilización del drama de los damnificados del Isidore en vez de ser voceros de su denuncia sin mayor propósito que el dejar constancia de la misma para que jamás vuelva a repetirse el abuso.

La conclusión, pues, es que como sociedad tenemos que abordar los desastres naturales con verdadera compasión humana y no sólo con una visión de costo beneficio, cualesquiera que sea su naturaleza o el rol que en ello juguemos, que un desastre natural nos obliga a todos como sociedad y no sólo a las autoridades directamente responsables.

El libro, pues, bien podría no ser sólo un testimonio del haber del FONDEN en Yucatán, sino un espejo, tan negro como el de Tezcatlipoca, donde todos nos podamos mirar y encontrar nuestro lugar y responsabilidad ante los desastres naturales y, quizás, la verdadera compasión que nuestros hermanos en desgracia esperan de sus compatriotas.



PALABRAS DE FARÍAS MACKEY EN EL AUDITORIO DEL SENADO

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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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