Epifanías

Política de cobardes

Política de cobardes

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La política solía ser una vocación cuyo llamado incendiaba por dentro y arrostraba todas las consecuencias.

Electorerismo y dignidad.- El desvirtuar todo lo político al cálculo y chantaje del juego de sillas y traiciones electoreros, nos ha hecho no sólo una Nación de cínicos y simuladores, sino también de cobardes. La política solía ser una vocación cuyo llamado incendiaba por dentro y arrostraba todas las consecuencias. Claro, tenía sus costos. En la época caudillista, la propia vida; en el priísmo lúcido la marginación; en el decrépito los saltimbanquis o, como les llaman actualmente: vulgares ambiciosos. Pero ya en estos tiempos extras, donde sólo quedan cenizas y pieles resecas bajo el sol de un sistema político y de partidos que se apagó hace muchos años, pero cuya luz aún nos sigue alumbrando como la de aquellas estrellas desaparecidas millones de lustros ha y cuya oscuridad aún no nos alcanza a la distancia, lo que priva en estos tiempos es estirar la liga hasta la ignominia; hacer del chantaje arte y blasón, de la dignidad envilecimiento extremo y de la política papel higiénico. La 4T no sólo destruye instituciones; finiquita dignidades y decoros.

¿O será que nunca los hubo?

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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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