Ya no está aquí

Por Luis Farias Mackey Nov 07, 2023

Mejor no le movamos porque está a punto de decretar desde su mundo que Otis nunca fue.

Realidades. — Una es la realidad, llamémosle real, objetiva, comprobable; y otra la suya, ante la que llevamos todas las de perder. En su realidad, López llegó a Acapulco, incluso, antes que Otis. Allí estuvo y ha estado. En el lodo y la destrucción, en el dolor y la muerte, en el hambre, la sed y la desesperanza. Nadie más que él ha abrazado a los acapulqueños, nadie los comprende mejor. Sólo él los ama. Que nadie lo haya visto, que no haya más fotografías que su lodero montaje de mala hora es problema de nuestra realidad. Y mejor no le movamos porque está a punto de decretar desde su mundo que Otis nunca fue y que todo es poliquitería de sus adversarios contra la verdadera transformación. Y no es un problema de dejarlo solo mientras divaga en sus propios infiernos. Es que hace mucho lo perdimos. Ya no está aquí.

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Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.