PARRESHÍA

Y se les apareció La Corte

Y se les apareció La Corte

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La ley sigue siendo la ley.Le bastó y le sobró con la ley y la dignidad jurisdiccional tan injustamente asediada en estos tiempos.

Como buenos abogados factureros, litigaron en las cañerías y en las redes, y se olvidaron que en México aún hay Suprema Corte de Justicia de la Nación y ésta se les apareció al cuarto para las doce, cuando ya descorchaban las champañas creyendo haber pasado por encima de la Constitución, las instituciones y la cordura.

Pero no se apareció y se hizo sentir sólo en Nuevo León. Su presencia, callada, inespectacular, puntual, oportuna y firme se siente en México como rocío de nuevo amanecer.

No necesitó de Guardia Nacional, carros artillados, fuerza pública y vallas metálicas, tampoco lúmpen electorero, ni Tik Toks. Le bastó y le sobró con la ley y la dignidad jurisdiccional tan injustamente asediada en estos tiempos.

Hay Corte. ¡Enhorabuena! La ley sigue siendo la ley.


PS. — Los siniestrados por el resolutivo de la Corte de ayer antes de medianoche ya se acercan en número a los del Huracán Otis… y contando.

#LFMOpinion
#Parreshia
#SCJN
#Huracan
#Nuevo León

Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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