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García, NL, el bastión perdido

García, NL, el bastión perdido

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El tal López Obrador, el tabasqueño cabecita de algodón tiene a dos personajes que odia a muerte de por vida: a Felipe Calderón y a Jaime Rodríguez.

No por levantarme el cuello, pero fui el primero, primerísimo en revelar cómo se involucró de tal manera Jaime El Bronco Rodríguez, en la dinámica morenista con un solo objetivo: no soltar el poder que aun detenta en el municipio de García, Nuevo León, y para eso se apoyó inteligentemente en su entrañable amiga Judith Diaz, la ex super delegada presidencial y hoy aparente candidata imbatible de Morena al Senado.

Como diría mi profe de prepa: me entienden o me explico, que la ex super delegada desde el 2021 le mostró todo su amor y respeto al entonces gobernador para hacer sinergia con el PAN estatal, empero, con mayor apoyo por ese cariño extraño que Judith le guarda a Manuel Gonzalez, otrora secretario de Gobierno, para ganar el distrito 7 federal con cabecera precisamente en ese municipio de García…

Ahora que Manuel saliera tan impopular y que las cosas le salieron de la fregada y que quien le pusiera un alto fuera el gran operador Francisco Cerda, a quien Manuel, fiel a su costumbre minimizó, humilló, desplazó, sería otra historia que luego les platico.

Pero les estaba platicando que en este previo al 2024 Judith se sacó la lotería de nuevo, al ir en la fórmula con Waldo Fernández, solo porque Clara Luz Flores fue más serena y más madura y supo hacerse a un lado… Los que saben del tema saben que había 60 puntos de distancia entre las dos damas.

Pues bueno, Judith supo igualmente metérsele a Viridiana Lorelei Hernández Rivera, la simpática representante legal de Morena ante el Consejo General del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (IEEPC) a quien convenció de que usaran la alianza con el Partido Verde para que El Bronco, en regreso, apoyara económicamente al proyecto y así darle a Jaime todo el sector de García, (que ya es de él desde hace años).

En tanto Waldo y Rogelio Hernández, quien por cierto es el gran amigo desde la infancia de Paco Cienfuegos, (pero eso es otra historia también) y todo mundo compró el proyecto de la ex panista que sabe de esos menesteres.

Lo que no sabía Judith es que el tal López Obrador, el tabasqueño cabecita de algodón tiene a dos personajes que odia a muerte de por vida: a Felipe Calderón y a Jaime Rodríguez.

A Felipe ya sabe usted porqué y a El Bronco lo detesta porque le mandó decir con un personero de altísimo nivel en su momento que amarrara sus perros y que jalara para el mismo lado.

La respuesta de Jaime fue que ni maíz. Y esto no me lo contaron porque yo lo atestigüé en un conocido restaurante de San Pedro allá por el 2015 o algo así.

Así que cuando la gente del PT, es decir, Beto Canaya descubrió todo el mugrero, lo puso en consideración de Palacio Nacional, y como ya les habías dicho, al saberlo López y la misma doctora Claudia Sheinbaum, ¡mocos, para atrás filders!

Léame el lunes y le sigo contando la novela, así como también el lío de la denuncia contra del incoloro e inoloro Daniel Carrillo, dizque alcalde de San Nicolás y del lidercillo panista Carlos de la Fuente ante la Fiscalía Anticorrupción.

@obedc
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Luis Farias Mackey

Luis Farias Mackey

Ser o no ser, preguntó Hamlet. ¿Soy éste que soy?, preguntó Quetzalcóatl. ¿Vivo yo todavía?, preguntó Zaratustra. La primera es una opción binaria: sé es o no sé es. La segunda es la trama de la vida misma: ser lo que sé es. La tercera es descubrir si, siendo, efectivamente aún sé es. Vivir es un descubrimiento de lo que sé es a cada instante. Porque vivir es hurgar en el cielo y en las entrañas, en los otros -de afuera y de adentro-, del pasado y del presente, de la realidad y la fantasía, de la luz y de las sombras. Es escuchar el silencio en el ruido. Es darse y perderse para renacer y encontrarse. Sólo somos un bosquejo. Nada más paradójico: el día que podemos decir qué somos en definitiva, es que ya no somos. Nuestra vida es una obra terminada, cuando cesa. Así que soy un siendo y un haciéndome. Una búsqueda. Una pregunta al viento. Un tránsito, un puente, un ocaso que no cesa nunca de preguntarse si todavía es.

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