Mentiras e infundios

Es Perogrullo, es truísmo, es tautología, lo obvio: “la historia la escriben los vencedores”. “Ya amaneció porque es de día”.

Se cuenta que fue el gran Quevedo, quien en Sueño de la Muerte hacia 1622, contribuyó para siempre para fijar la apodíctica afirmación de lo trivial, como perogrullada, entre exagerar la mentira y subrayar la verdad.

Para Trump, los migrantes somos ‘animales’ …En efecto, todos los seres humanos (incluyendo a sus abuelos y padres) migrantes o no (si acaso los hubiere), somos animales …racionales (aunque los del Frente X lo disimulen).

Para Netanyahu los de Hamas son miserables asesinos infrahumanos y su política de exterminio muestra como él mismo y sus aliados lo son también.

Sabemos que un mentiroso debe de tener cierta intención. El diccionario lo detalla, es femenino el vocablo: ‘la mentira (el mentiroso) debe tener la intención de engañar’. De tal forma, que se oculte la realidad o la verdad en forma parcial o total.

Según el mismo diccionario, un infundio es una ‘mentira (Perogrullo ‘ancore’), patraña o noticia falsa, generalmente tendenciosa’.

La historia de las naciones esta hecha de verdades y mentiras según conviene a los intereses de los grupos en el poder, de la burocracia dorada de moda, a los promotores de negocios e inversiones de alta rentabilidad de ipso facto, generadores de neomillonarios nylon.

O bien cuando van en contra de ideas avanzadas de Libertad para las mayorías, educación gratuita de calidad y salud tipo Dinamarca. De democracia y combate a la corrupción y privilegios. De independencia de las metrópolis en contra del sometimiento ideológico y cultural a los intereses dominantes, ya que por definición la educación, salud, la independencia y la cultura son fuentes de liberación y progreso. La ignorancia, en cambio, ni siquiera cuestiona las mentiras en la familia, la religión, la sociedad, la política y la economía y, desde luego, abona a la reproducción del modelo de sometimiento.

En la llamada comunicación social existente, los medios y aparatos de difusión privados y públicos han tenido una enorme importancia para subrayar y apoyar los intereses de los menos y presentar mayoritaria, indefectible y absolutamente como verdades axiomáticas (manipulación), sus dichos de clase, a costa de echar mano también a todas las perogrulladas, mentiras e infundíos existentes en los textos teóricos y manuales prácticos de dominación y que se repiten en escandalosa divulgación diaria; hasta que estalla una revolución o un movimiento social contrario y otros se acomodan para dominar.

Al respecto, recuerdo el cuento de Cortázar que relata cómo un líder estudiantil apedrea la casa de gobierno en protesta porque el gobierno vendió el petróleo y cómo ese mismo exlíder, ahora en el poder, es apedreado por entregar el petróleo al extranjero.

En literatura, las exageraciones pueden ser la diferencia entre arte y panfleto, como por ejemplo en el cuento de Borges de los hermanos pelirrojos que se separan en La Intrusa.

En cambio, en política las mentiras e infundios son expresiones de todos los días que tienden a engatusar o engañar para beneficio de algunos. Pretenden consolidar a un grupo en el poder. Como la expresión del eterno líder de los trabajadores, don Fidel, de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) : ‘a balazos llegamos y sólo así nos iremos’. O “quien se mueve, no sale”.

Otro ejemplo claro es la expresión conocida de “no pasa nada” cuando secuestran a familias enteras en Sinaloa, o la reiterada frase inaceptable de “estamos investigando”, cuando casi nunca se resuelve verdaderamente la fuente del conflicto porque está en la naturaleza de las relaciones sociales de producción y sobreexplotación. Lo anterior se olvida ante otro nuevo y más relevante escándalo social. Un nuevo asombro sustituye al anterior.

En su momento se celebran las estadísticas oficiales del éxito contra la violencia y la inseguridad. Se reducen oficialmente los homicidios y los secuestros, por ejemplo. Mientras del otro lado se encuentran muertos en todos lados, o se buscan y rebuscan hasta encontrarlos debajo de las piedras o en sus casa escondidos.

En el mismo sentido, la mayoría de los medios de difusión, de ‘simulación’, condicionan y determinan su apoyo o campañas de defenestración a enemigos o adversarios irreconciliables vía mentiras, exageraciones, intimidaciones y calumnias. Todo el poder de difusión para aplastar al contrario.

Por supuesto cambian la imagen y el discurso de sus aliados con relaciones de complicidad obvias, mentiras e infundíos, más exageraciones propias de épocas electorales, como sucede ahora en México y los EUA.

Que nadie se de cuenta de sus relaciones de complicidad con VOX, que la refinería está en Madero y no en Tampico, que la ignorancia y la vulgaridad prevalecen en su candidata, mientras un aliado recibe un cabezazo como respuesta. Es la testosterona dice la ingeniera.

En las mañaneras se combaten ‘las mentiras de la semana’, pero apenas sirve para advertir el enorme poder de los contrarios cuando inventan dichos y acciones contra el famoso pejePresidente que, a pesar de su popularidad, se irá en unos cuantos meses.

Entonces interviene y exacerba la herida. No es tanto lo que dice sino cómo, desde el poder lo dice, lo que escandaliza a los adversarios que de inmediato inventan infundios. No dice todo lo que le inventan, pero ellos interpretan añaden, mienten. Van por ahí y abonan al odio.

A los enemigos de clase se les niega la posibilidad de tener la verdad. Se descalifica, inventan declaraciones y las palabras se modifican a conveniencia, según la temporada electoral y el proyecto de nación y sus beneficiarios como sucede claramente en Venezuela y en Argentina, por señalar dos casos extremos, ambos de enorme costo social.

Ello también sucede lamentablemente tanto en México como en los EUA. Con la sangre derramada por migrantes, las narcobandas que dominan territorios, los twittes o aches del expresidente Calderón que luego borra arrepentido, las protestas por Ayotzinapa, la falta de acción para meter a los corruptos a la cárcel o traerlos del extranjero, llámese Israel, España o los propios EUA, por ejemplo.

En fin, así es y será, más las mentiras e infundios que se acumulen la próxima semana.

Es perogrullada: ‘es temporada de zopilotes’, de víboras y de chismes.

Cada vez las elecciones están más cerca y se irritarán aún más los ánimos… no queda otra, se saldrán de sus casillas y se les retorcerá el hígado, como cuando supieron los resultados de la encuesta del Reforma. Una de cal por las que van de arena.


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