Adiós

Adiós se usa como ‘vaya con Dios’. Al término de una relación o despedida.

Como se sabe, en la ambivalencia mexicana, es también una forma utilizada para mandar a los contrarios al carajo.

Depende de la entonación y el contexto.

Hemos tenido un sexenio de grandes cambios, de polarización social y de beneficios para millones.

El famoso pejePresidente ha disfrutado su tiempo presidencial y ha hecho que la pasión por la política pública vuelva a renacer, después de la mediocridad de De la Madrid cuando empezó la pausa y se colgó el cartoncito de ‘sólo para iniciados’. La elite y sus cuates.

Los insultos y odios manifiestos en contra del presidente de la República incluyeron a doña Manuelita, a su descendencia y a la doctora su esposa, así como a algunos destacados colaboradores y en su momento, a las llamadas y bautizadas por él mismo como ‘corcholatas’.

Denominación que trató de parecer ‘chistosa’ y es falta de respeto a los contendientes que, dicho sea de paso, todo aguantaron, por las posibles recompensas a la vista. Es una forma de dominación y expresión del poder presidencial que debió de haberse evitado y que contribuyó a su calificación de prepotente autoritario.

Es cierto, peores cosas se han visto en la lucha sucesoria por la primera nominación presidencial. Desde mayores denigraciones, expulsiones hasta asesinatos.

En salud pública algún día alcanzaremos a Dinamarca, por lo pronto fue una suerte de utopía para avanzar y combatir los negocios privados de periodistas famosos y políticos tradicionales. Se le cargó la mano a López Gatell porque desde la barrera se ven mejor los toros y se olvidó el desastre e intereses de mafias en el sistema antes y durante la pandemia.

En educación, algún día todos los niños y jóvenes mexicanos tendrán la posibilidad de una educación de calidad, gratuita, laica y en los niveles básicos, obligatoria. Se prefirió la cantidad y llegar, aunque con condiciones mínimas, hasta el último rincón del país, además de llevar la fiesta en paz con los poderosos maestros agremiados.

Las críticas contra este régimen que acabó el lunes 30 de septiembre han sido feroces, sin tregua, inundadas de mala leche sin ningún reconocimiento a lo positivo, a la esperanza por mejorar o subrayar los aciertos, ante la terca realidad de falta de compromiso de la inversión privada nacional y la necesidad de utilizar la capacidad militar más allá de sus funciones tradicionales.

El odio está en las entrañas de muchos periodistas, comunicadores y sus jefes del ‘Ancien Régime’ donde tradicionalmente las genuflexiones al señor presidente en turno les garantizaron prebendas y negocios, antes de “Liópez”.

El tiempo y la Historia pondrán a todos en su lugar y México seguirá buscando ser un faro de libertades, de expresión y de acciones de progreso, un espacio de luz para las ideas libertarias y modernas donde todos hasta los más recalcitrantes conservadores pueden vivir y opinar, incluido el asesor ferrocarrilero artillero de Zedillo que insiste, cada vez que puede, en decir tonterías hiladas, junto a otros de su misma estirpe profobapróica, o mientras se van a Madrid.

Por un lado, AMLO terminó con los negocios privados con recursos públicos y en lugar de privatizaciones a rajatabla, se empeñó en rescatar a Pemex y a la CFE. Así como fomentar oportunidades y opciones laborales y rutas de apoyo para salir de la pobreza.

Por el otro lado, la violencia, la inseguridad y las guerras entre narcobandas se extendieron en gran parte del territorio nacional, casi siempre por el dominio de mercados consumidores de drogas, principalmente del mortal fentanilo.

Es inaceptable que, en los últimos sucesos en Sinaloa, Sonora, Nayarit, no se asumiera plenamente la responsabilidad de los gobiernos federal, estatales y municipales.

Y en cambio se acuse de Corresponsabilidad (lo que puede ser cierto, pero no lo fundamental), al gobierno de Biden por el secuestro de dos capos al gobierno de EUA sin haberse coordinado, dicen, con las autoridades del gobierno de México.

Como a muchos otros presuntos criminales, las fuerzas nacionales debieron de haberlos capturado y juzgado antes de irse o ser llevados a EUA, a Israel o Europa.

En la lucha contra la inseguridad y la violencia, hay que reconocer la estrategia fallida de ‘abrazos’. Con tal de no declarar la guerra como Calderón, se prefirió apostar a cambiar las condiciones que originan las disputas y mandar a patrullar a las zonas calientes a más elementos de la Guardia Nacional, ahora ya incorporada a Sedena. Al final es un doloroso capítulo fallido. Como son los feminicidios, las desapariciones, los cobros de piso, levantones y raptos.

A contracorriente AMLO terminó con los negocios privados con recursos públicos y en lugar de privatizaciones a rajatabla, se empeñó en fomentar salud pública para todos. Educación pública para todos. Más oportunidades y opciones laborales y rutas de apoyo para salir de la pobreza.

Ojalá que en la nueva administración femenina se arregle lo que se necesita y se cuiden los avances de esta administración

Que todos los mexicanos paguemos impuestos y que se acabe la mentada corrupción que ha manchado a los tres poderes de la Unión, pero más más al Judicial, que tanto daño ha hecho a los más desprotegidos y que ha perdido dignidad y olvidado su razón de ser, es decir, ser garante de justicia y certidumbre y en cambio, liberó a capos y criminales confesos y promovió las mordidas, influencias y cochupos.

¡Viva México! con mejor distribución del ingreso, menor pobreza y menor concentración del ingreso y la riqueza.

Adiós al famoso pejePresidente. Odiado y querido por millones de ciudadanos.

Tanta ruindad esquivaste y en cambio, tanto bienestar para millones de pobres generó tu gobierno.

Frente a la manipulación de los medios informativos de mayor influencia y tradicionalmente ligados a negocios privados con recursos públicos, se extrañarán las mañaneras que les retorció el hígado a más de uno y que en casi 1500 conferencias desplegó una necesaria ofensiva contra los poderosos “adversarios” irreconciliables.

En la democracia mexicana se mostró a diario que es posible convivir sin aniquilar a las minorías y velar por los intereses mayoritarios expresados en las urnas.

Hasta siempre presidente.

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